TENSIÓN CAMBIARIA

Ante la volatilidad del dólar blue suenan las alarmas en el despacho de Guzmán: qué hará el ministro ahora

A Guzmán le quedó el malhumor después del traspié de la semana pasada. Tras el paquete de medidas, no logró sostener el achicamiento de la brecha cambiaria
ECONOMÍA - 16 de Noviembre, 2020

Antes del fin de semana, Martín Guzmán le confió a uno de sus colaboradores que habrá que acostumbrarse a la volatilidad en el mercado cambiario. Pero que está seguro de que le ganará la pulseada al mercado. Que en algunas semanas el mercado se convencerá de que en la Argentina no habrá una devaluación disruptiva del dólar "oficial".

Lo mismo, a Guzmán le quedó el malhumor después del traspié de la semana pasada. Pensó que sería distinta. En vez de alargar el achicamiento de la brecha cambiaria, al ministro le sonaron todas las alarmas.

Justo en la semana en que desplegó varias señales "pro mercado" que debieron ser útiles para contener la ola especulativa, al final sucedió todo lo contrario.

Economistas ligados al kirchnerismo tomaron nota de lo sucedido. Y, como pudieron le hicieron llegar el mensaje al titular del Palacio de Hacienda: "El mercado siempre va a pedir más. Siempre te van a correr el arco. No hay que perder de vista que acá lo único que te va a salvar es el fortalecimiento del mercado interno. No las señales al mercado financiero. La historia manda: a Cristina, en los peores momentos de desconfianza, lo que le resultó fue reivindicar la fortaleza del mercado interno antes que nada. Y, si no, que observe lo que pasó en la crisis de 2009", argumenta un ex funcionario de Cristina Kirchner, preocupado por el escenario financiero.

En efecto, Guzmán lanzó distintas medidas que, en principio, debieron servir para mantener la paz cambiaria. Pero la desconfianza en la administración se perpetúa a pesar de esas noticias.

En simultáneo con el inicio de las negociaciones con el Fondo Monetario, el ministro anunció el final del IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) y también del ATP, los dos programas con los cuales el gobierno de Alberto Fernández dio asistencia desde la aparición de la pandemia.

Esos programas fueron la estructura del denominado "Gasto Covid". Su finalización está relacionada con la intención de Guzmán de llevar el rojo fiscal del actual 7% a menos del 4% en 2021, según confió el propio funcionario a los empresarios más poderosos del país, cuando lo fueron a ver a su despacho, hace exactamente dos semanas.

Aquella convocatoria a los ejecutivos de la poderosa AEA fue uno de los primeros movimientos de los gestos amigables al "mercado".

Una serie de medidas (y gestos) que se sucedieron luego de la carta pública de Cristina Kirchner en la que focalizó su diagnóstico sobre el bimonetarismo en la Argentina, al tiempo que le dejó las manos libres a la Casa Rosada para tomar las medidas que crea necesarias para dejar atrás la crisis cambiaria.

La presentación de una nueva fórmula para actualizar las jubilaciones, a partir del próximo año, justo el día en que comenzaron las negociaciones formales con los técnicos del FMI también constituyeron una indisimulable señal del ordenamiento fiscal que quiera encarar el Gobierno.

Antes del fin de semana, la nueva suba de las tasas de interés -a pesar de que el propio Guzmán vino resistiendo esa iniciativa- fue la última medida de corte ortodoxo con la cual el Gobierno busca asegurarse el terreno hacia la estabilidad.

La reunión con Miguel Pesce -el número uno del BCRA- tuvo la única intención de mostrar un equipo cohesionado en plenas turbulencias. Una foto, se sabe, no alcanza para disimular las profundas diferencias que ambos funcionarios mantuvieron (y mantienen) en relación a la estrategia económica y financiera.

Como publicó iProfesional, Alberto F. ya le dijo a Guzmán que lo quiere en el cargo por los próximos cuatro años. Puede sonar a exageración, en medio de las tensiones con el dólar, pero el Presidente jugó todas sus fichas al ministro. Aunque le pidió que se respalde en Pesce, un funcionario con una vasta experiencia en el mundillo político, y al que Fernández le tiene un enorme respeto técnico.

Guzmán desplegó señales pro mercado que debieron ser útiles para contener la ola especulativa pero sucedió lo contrario

Las alarmas

Guzmán, se sabe, está obligado a moverse por un pasillo extremadamente angosto. Cualquier movimiento en falso le pone tensión al dólar. Pero no es el único riesgo.

La atención está puesta en la actividad económica. Si Guzmán excede en su dureza fiscal, es probable que esa estrategia termine limando una futura recuperación económica.

Entre las alertas hay que sumar a las presiones sobre los precios. La inflación de octubre sorprendió al Gobierno y a las consultoras de la City, que habían previsto un 3%, lejos del 3,8% del resultado final anunciado por el Indec.

Esta semana que viene habrá nuevos contactos entre las fábricas de alimentos y el Gobierno. Las compañías vienen alertando semana tras semana sobre la necesidad de ir liberando los precios. No alcanzó con el desarme parcial del programa de Precios Máximos elaborado por Comercio Interior.

La Copal -cámara que reúne a las principales alimenticias- ya advirtió que podría haber desabastecimiento de mercadería en el corto plazo.

Como informó iProfesional, en la mañana del viernes, las empresas fabricantes enviaron nuevas listas de precios a supermercados y mayoristas de aquellos productos habilitados por el Gobierno. Lo hicieron sin esperar a consensuar con Comercio Interior. Fueron incrementos de hasta 11% en productos de consumo masivo. Por ahora limitado a algunas marcas. Pero la tensión es creciente.

La atención de Guzmán está puesta en la actividad económica, donde no pueden cometerse errores 

El camino

La historia económica reciente de la Argentina está llena de errores de diagnóstico que terminaron por perjudicar la estabilidad. O la reactivación. ¿Quién va a reemplazar el consumo de aquellas personas que durante tres veces consecutivas recibieron los $10.000 del IFE?

¿Esos beneficiarios habrán recuperado sus puestos de trabajo, perdidos durante la pandemia? Ni el Gobierno lo sabe. Otra vez: será una cuestión de prueba y error, con escaso margen para las equivocaciones.

Sobre el ATP también hay dudas en las cámaras empresarias. Los subsidios para el pago de los salarios fue un verdadero apoyo a los ejecutivos. Pero la finalización de ese programa, cuando todavía no se ha recuperado los niveles de actividad, llenan de incertidumbre a los empresarios.

Esta semana habrá, de hecho, contactos entre algunas de las cámaras sectoriales con funcionarios de la administración para darles a conocer los últimos datos sobre el nivel de actividad en los distintos rubros.

Como en el caso del IFE -que se evalúa reemplazo transitorio, un último esfuerzo fiscal anual a través de un bono a favor de jóvenes de entre 18 y 29 años desempleados- , el ATP también tendrá una especie de "hermano menor".

Se trata del "Repro II", que le va a asegurar $9.000 a las empresas que sean seleccionadas, para pagar sueldos, durante sólo dos meses. Todavía no se dieron a conocer los detalles para poder calificar, pero está claro que esa ayuda, en términos de volumen, es más parecida al Repro I de 2009 (125.000 beneficiarios) que a la experiencia masiva del ATP.

La semana que se inicia, otra vez con el mercado cambiario en primera plana, será clave para sacar conclusiones. Las reservas del BCRA se siguen deshilachando. Y resulta necesario que aparezcan más vendedores en el canal oficial para dar la idea de que acá no hace falta una devaluación.

Esa sería -sin dudas- la señal más poderosa.

Te puede interesar

Secciones