En pie de guerra: empresas amenazan con rebelión fiscal y piden descongelar los precios, ¿se podría disparar la inflación?
Los empresarios se resisten a ponerle adjetivos a su relación con el Gobierno pero -por lo que cuentan- no quedan demasiadas alternativas: hoy, las fábricas de alimentos están en pie de guerra. Varias de las cámaras que agrupan a las principales industrias del sector volvieron a enviarle cartas a Matías Kulfas, básicamente, para reclamarle un urgente descongelamiento de los precios.
Es la segunda tanda de cartas con el mismo reclamo en una sola semana. La primera vez fue para pedir que el Gobierno ponga punto final al plan de Precios Máximos, que rige desde principios de marzo.
Se trata de un programa que incluye a más de 2.000 productos, en su gran mayoría alimentos, que tuvieron incrementos de 10% en promedio en ocho meses, por debajo de la inflación.
La respuesta al pedido de las alimenticias fue una prórroga por 90 días de Precios Máximos -hasta el próximo 31 de enero-, y sin la autorización de nuevos ajustes en los valores.
Cuando, hace 48 horas, la Copal -cámara que agrupa a las fábricas de alimentos- tuvo una reunión con Kulfas y con la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, los funcionarios se comprometieron a desactivar Precios Máximos de manera gradual y, en forma simultánea, darle más volumen a Precios Cuidados.
La diferencia entre ambos programas es notoria: mientras Precios Máximos engloba a unos 2.300 productos, en Precios Cuidados se listan menos de 400.
Para los empresarios, la actual modalidad debe cambiar urgente porque, argumentan, los costos de su producción se encarecieron al ritmo de los precios de los insumos y también de la cotización (oficial) del dólar. El "mayorista" subió 32% desde principios de año y hubo insumos, como el arroz, la yerba y los aceites, que se encarecieron por encima a ese registro.
¿Rebelión fiscal en marcha?
Algunas empresas no se limitarán con mandarle una nueva tanda de cartas a Kulfas. Prometen hacer lo mismo con intendentes del conurbano bonaerense, a quienes les advertirán que dejarán de pagar las tasas municipales en caso de que el gobierno nacional vuelva a rechazar un ajuste en los precios de sus productos.
Esa amenaza de rebelión fiscal, aseguran fuentes empresarias a iProfesional, podría ser imitada por compañías -sobre todo pymes- en el interior del país, a las que los supermercados les rechazan las nuevas listas de precios por los controles.
Los ejecutivos le reclaman a Comercio Interior que les permitan incrementar los precios en forma inminente. En diálogo con iProfesional admiten que aceptarían un movimiento de 5% o 6% ahora. Y, una vez más, durante diciembre, antes de fin de año.
De acuerdo a lo que los propios empresarios presentaron en Comercio Interior, existe un retraso de 25% en los precios de ventas. Los ejecutivos ya le comunicaron a Kulfas que no pretenden recuperar ese porcentaje de un solo golpe, pero sí tienen la idea de "no trabajar más a pérdida".
Algunas de las cámaras, como las de los fideeros, directamente pusieron sobre la mesa la posibilidad de reducir personal en sus plantas en caso de que el Gobierno siga demorando los permisos para ajustar.
El pedido empresario se produce en momentos en que se evidencia una aceleración inflacionaria. La mayoría de las consultoras privadas midieron que, durante octubre, la inflación superó el 3% por primera vez desde el inicio de la pandemia. Y que el rubro "alimentos" fue el que más creció. Una tendencia que se viene dando en las últimas semanas.
Los industriales argumentan, con razón, que los aumentos en alimentos se explican por los reajustes en frutas, verduras y carnes (productos frescos), pero no en los industrializados, justamente, porque el Gobierno tiene pisados los precios.
La pulseada por el descongelamiento
"Vamos a desactivar Precios Máximos y a reforzar Precios Cuidados. Pero lo vamos a desactivar de manera progresiva, consensuada y ordenada. Se van a deslistar de a poco los productos de Precios Máximos, y no se van a poder aplicar aumentos importantes", indicaron a Télam desde la Secretaría de Comercio Interior.
La idea del Gobierno pasa por deslistar algunos de los productos y marcas "premium" del programa de Precios Máximos. Se trata de algunas marcas de vinos, otras de fideos pero también algunas presentaciones de atún en lata y aceites de oliva, que -al no considerarse básicos- podrían tener un tratamiento diferente en la política de precios.
Fuentes de distintas cámaras empresarias explicaron a iProfesional que el atraso trepa a entre 20% y 25%, según los distintos rubros.
Hay casos particulares con desfases todavía mayores. Sucede con el arroz -que se encareció a nivel mayorista el 84,6% en los últimos meses ante la caída de la producción en Brasil y al hecho de que desde allí se incrementaron las importaciones para abastecer al poderoso mercado interno-; con el trigo -que también se encareció alrededor de 44,3%- y la yerba, cuyo precio mayorista aumentó 46,7% desde el congelamiento de marzo.
Hasta ahora, Paula Español venía argumentando que la estrategia de semi congelamiento de los precios de los alimentos se justificaba por el golpe de la pandemia en los bolsillos de los consumidores. Y, además, porque el propio Estado era el que sostenía el nivel de consumo al pagar el IFE de $10.000 y parte de los salarios de las empresas a través del sistema ATP.
Ese argumento, según los empresarios, fue válido hasta ahora, momento en que el Estado comienza a desarmar esos subsidios.
Al respecto, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, confirmó en las últimas horas que se dará "una acompañamiento fuerte" a través de un refuerzo de la Tarjeta Alimentar antes de fin de año.
Según trascendió, los beneficiarios podrían recibir un refuerzo durante el mes de diciembre aunque todavía no se definió el monto del incremento.
De todas maneras, el Gobierno se mantiene en su posición, ya que los funcionarios advierten que, aun con la ayuda estatal, las ventas de los supermercados y autoservicios -y el consumo en general- mantienen sus números en rojo ante la caída en el nivel de ingresos de la población.
El lobby empresario por los precios de los alimentos se produce en simultáneo con la presión cambiaria sobre el tipo de cambio oficial.
Los empresarios consultados por iProfesional desestiman que, a diferencia de otros sectores económicos, la amplitud de la brecha entre el dólar "oficial" y los "alternativos" (contado con liqui, MEP y paralelo) tengan relación con el reclamo planteado al ministro Kulfas.
Sostienen una y otra vez que el pedido guarda relación únicamente con el atraso de los precios en relación a los costos de producción.
Una calificada fuente del sector empresario argumenta en diálogo con iProfesional: "Nosotros aceptamos este congelamiento cuando apareció la pandemia. Pero así como el Gobierno ya adelantó que a partir de enero vuelven los ajustes en las tarifas de los servicios públicos, nosotros también necesitamos que se terminen los congelamientos", argumenta una de las fuentes consultadas.