Wall Street crea un "comité de riesgo" para seguir a Argentina: proyecta que se dispararán el dólar y los casos de coronavirus
Martes, 10 de la mañana en Nueva York. Uno de los bancos con más exposición a activos financieros de la Argentina organiza un zoom con alguno de sus clientes, la mayoría fondos de inversión americanos e ingleses. Lo primero que se anuncia es la creación de un "comité de riesgo" para evaluar la dinámica de la crisis que se agravó en el país luego de la reestructuración de la deuda, un escenario imprevisto hace dos meses para esos financistas.
La pérdida constante de reservas del Banco Central y la disparada en las cotizaciones de los dólares "alternativos" se llevan los primeros 30 minutos de exposición y análisis. En la segunda parte, la temática vira hacia la temible expansión del Covid-19 a lo largo y lo ancho del país.
Los brotes (y rebrotes) de los contagios vuelven a tomar protagonismo en el mundo financiero internacional. Para los inversores, en el país existen dos agujeros negros. Cuestiones sobre las que no existen respuestas convincentes, al menos en el corto plazo.
Uno es, claro, el precio del dólar "oficial", en medio de una verdadera pulseada entre las autoridades y el "mercado", con los ahorristas locales y extranjeros intentando dolarizar cada peso que cae en su poder.
La otra incógnita refiere a la extensión que finalmente tendrán los contagios en el país. Los rebrotes en Europa y en los Estados Unidos extremaron la atención de los financistas, algo que quedó explícito este miércoles, con derrapes en los principales mercados globales. Como no ocurrió en la primera etapa, esta vez existe la sensación de que una oleada de contagios impactará en las economías más allá de lo esperado.
La percepción de los inversores es que un escenario con el virus activo varios meses más perjudicaría a las economías más débiles, como la Argentina, en donde el Estado tiene un poder de fuego muy débil para asistir a la población.
Esa vulnerabilidad quedó expuesta, una vez más, en la reunión del equipo económico de este miércoles, en la Casa Rosada. Allí se dispuso limitaciones al programa ATP (pago de salarios complementarios por parte del Estado).
Se decidió que, hasta fin de año, el Estado subsidie exclusivamente a los sectores críticos, más castigados por los contagios. Es decir, seguir abonando parte de los salarios de los trabajadores de restaurantes, agencias de turismo, algunos rubros del transporte, cultura y entretenimiento.
Para el resto -incluso para las compañías que muestren una caída en la facturación interanual- que hasta ahora tenía disponible el subsidio estatal, ahora le quedará exclusivamente la posibilidad de sacar un crédito al 27% anual a 12 meses, con tres de gracia. Claro, no es lo mismo un subsidio que tomar deuda para pagar la masa salarial.
Ese cambio radical no hace más que exponer a la luz pública lo raquíticas que están las arcas públicas.
En ese mismo sentido se encuadra la indefinición de la cuarta ronda del IFE, que sigue bajo evaluación. Con la expansión de los contagios del Covid-19, lo más sensato sería la continuidad de esa ayuda de $10.000.
El propio Alberto Fernández mencionó en la semana que la chance de una cuarta versión sigue bajo análisis, y lo más probable es que esa ayuda se otorgue, por última vez, antes de las Fiestas. Pero no hay para más.
Decodificando la señal de ordenamiento fiscal
La señal de ordenamiento fiscal que se propuso Martín Guzmán no pasa desapercibida en Wall Street. Los financistas sospechan que forma parte de las conversaciones que se iniciaron con el Fondo Monetario Internacional para llegar a un acuerdo no más allá de fin de año, aunque el propio Gobierno pretende bajarle el tono al estirar esa posibilidad para el primer trimestre de 2021.
Mientras tanto, desde el Banco Central, un devaluado Miguel Angel Pesce observa cómo las Reservas se escurren. Hay jornadas muy preocupantes. Como el último viernes: el BCRA debió intervenir con ventas por u$s142 millones a pesar del súper cepo, que en la práctica cortó la chance de que los ahorristas compren billetes verdes a través del home banking.
Entre el inicio del mes y el viernes pasado, el Banco Central vendió u$s804 millones. Quiere decir que, en promedio, se tuvo que desprender a razón de u$s50 millones diarios para evitar un salto cambiario disruptivo.
En un comunicado, el Central se vio obligado, en la tarde de ayer miércoles, a aclarar que "los 39.866 millones de dólares de Reservas (...).es un nivel que constituye un respaldo adecuado para morigerar la volatilidad del peso y garantizar los insumos necesarios para continuar con el proceso de recuperación de la actividad económica".
El dato positivo en ese contexto es que la estrategia de mover fichas en el mercado financiero, por parte del ministro Guzmán, tuvo una buena respuesta por parte de inversores institucionales. El titular de Hacienda colocó nada menos que $254.000 millones en un set de cinco títulos públicos (uno de ellos -por $129.800 millones- atado directamente a la evolución del tipo de cambio).
Un reclamo por el "estilo Moreno"
El "Plan Guzmán" para secar la plaza de pesos -en medio de un ordenamiento fiscal- puede otorgar cierto alivio en el mercado cambiario, pero de ninguna manera se puede percibir como la llave a la solución de fondo.
La expectativa devaluatoria continúa en el mercado, y desde Wall Street se preguntan los motivos que llevan a Guzmán a evitar una negociación con las cerealeras, los "dueños" de los dólares en la Argentina.
La rebaja de tres puntos de las retenciones -un beneficio que llega a su fin mañana- no derivó en un incremento sustancial en la liquidación de divisas por parte del "campo".
Desde el BCRA consideran que Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, debería mejorar la gestión de las divisas. Concretamente, el reclamo consiste en que desde esa Ministerio se podrían implementar trabas a las importaciones no esenciales. "Al estilo Moreno", dicen desde Reconquista 266, a modo de reclamo.
Tanto desde Wall Street como en algunas consultoras consideran que "algo más hay que hacer" para robustecer las Reservas y dar certezas al mercado. Mientras los dólares sigan yéndose, la pulseada en el mercado se intensificará día tras día.
¿Habrá algo más? Funcionarios aseguran que hay herramientas a las cuales todavía no se echó mano para construir el puente hasta fin de año, cuando se espera la liquidación de la cosecha fina.
"No hay secretos. Se necesita que crezca la entrada de divisas en el canal oficial. Hasta que los sojeros no intensifiquen la liquidación de divisas, las dudas se mantendrán", argumenta un economista cercano a la administración. "Si no se logra eso, cada día será peor, dada la enorme incertidumbre", completa.