La inflación de septiembre llegó al 2,8%: cuáles fueron los rubros con mayores subas
La inflación de septiembre llegó al 2,8% y acumuló en lo que va del año un alza del 22,3%, informó este miércoles el INDEC.
En comparación con igual período de 2019, el Indice de Precios al Consumidor (IPC) trepó al 36,3%, según la información difundida por el organismo encargado de las estadísticas.
En agosto, la suba generalizada de precios se ubicó en el 2,7% y para septiembre la mayoría de las consultoras había estimado una inflación cercana al 3%.
"La inflación mensual fue 2,8%, con un componente Núcleo que se desaceleró desde 3% en agosto a 2,3% en septiembre. La mayor suba se dio en los bienes y servicios Estacionales (7,9%), reflejando el comportamiento habitual de los precios de la indumentaria dado el inicio de la nueva temporada, junto con subas en los precios de las frutas y verduras", destacaron desde el Banco Central.
"En tanto los Regulados tuvieron un alza de 1,9%, donde incidieron los incrementos en las naftas y gas oil, los cigarrillos y los servicios postales, en el marco de la estabilidad de las tarifas de servicios públicos", agregaron.
Las mayores subas
El rubro Alimentos y bebidas no alcohólicas -que más incide en sectores de menores recursos- aumentó 3,0% en septiembre y fue la de mayor incidencia en el nivel general y en todas las regiones.
Se destacaron las subas en frutas, verduras, tubérculos y legumbres y carnes y derivados, que fueron parcialmente compensadas con aumentos menores -e incluso algunas bajas- en lácteos, aceites, grasas y manteca, y bebidas no alcohólicas.
Las divisiones Prendas de vestir y calzado (5,8%) y Bebidas alcohólicas y tabaco (4,3%) fueron las que mostraron las mayores subas tanto a nivel nacional como en la mayoría de las regiones.
Los menores incrementos se observaron en las divisiones Educación (0,3%) y Comunicación (0,1%), principalmente por el comportamiento de los servicios educativos, en el primer caso, y de telefonía e internet, en el segundo.
Los aumentos en prendas de vestir, frutas y verduras incidieron en el alza de la categoría Estacionales (7,9%) y en Bienes (3,6%), mientras que el menor incremento de los servicios educativos, telefonía e internet explicaron parcialmente que las subas en la categoría Regulados (1,9%) y en Servicios (1,1%) hayan sido mas acotadas que el Nivel General, señaló el INDEC.
Los precios ¿se aceleran en octubre?
La semana pasada el Gobierno actualizó el listado del plan de Precios Máximos, con subas que van del 2% al 6%. La medida busca que haya una referencia en lo que pagan los consumidores que sea guía para el resto de los productos y de esta forma intentar moderar la inflación.
A diferencia de las veces anteriores, en esta última versión, los aumentos autorizados se encuentran bien por debajo de las pretensiones de los empresarios.
Atentos a esta dificultad por llevar adelante un programa resistido por las principales empresas del sector, Comercio Interior prorrogó la vigencia del plan sólo hasta fin de este mes.
Se trata de un programa de más de 2.000 artículos -de primeras y segundas marcas-, que los empresarios buscan desarticular.
La idea de los ejecutivos es que Precios Máximos se fusione con Precios Cuidados, una cuidadosa lista de productos de primera marca, con la que el Gobierno busca darle referencia al resto de los artículos de la canasta básica.
En el caso de Precios Cuidados, los aumentos promedian el 5%, con picos de incrementos del 9%. Algunos productos de primera marca desaparecen, como es el caso del arroz, porque hubo un fuerte incremento de la materia prima. Lo mismo en el caso de los vinos.
Repercute en la inflación
El "descongelamiento" parcial de este programa impactará en el bolsillo de los argentinos. La tensión generada por la brecha entre el dólar "oficial" y el "paralelo" cercana al 100% se traslada rápidamente al resto de la economía. Y el hecho de que el Gobierno no logre "encontrarle la vuelta" a la situación enciende todas las alarmas entre los empresarios de distintos sectores.
Ahora bien, lo que fue alivio durante la cuarentena podría ser un problema para la pospandemia: los precios de estos bienes, esenciales para cualquier canasta de consumo, quedaron muy rezagados frente a los demás. En consecuencia, sumarían presiones en el corto plazo.
Por lo tanto, cuando ese programa se flexibilice, correspondería esperar una aceleración en estos precios, que obviamente impactará de lleno en el nivel general", señala el reporte, titulado "Muchas regulaciones, muchas inflaciones: muchas presiones latentes".
"De cara a los próximos meses, la situación empieza a complejizarse. A pesar de que el Gobierno congeló las tarifas de televisión por cable e Internet hasta fin de año, y que no habría aumentos en los servicios públicos, aun cuando los subsidios económicos se hayan duplicado en relación con 2019 (superan 1,5% del PIB en el acumulado enero-agosto 2020), las tensiones inflacionarias reaparecerían. Esa dinámica obedecería en parte a algunas actualizaciones salariales y revisión de Precios Máximos, y en mayor medida a las presiones cambiarias que posiblemente se terminen trasladando al nivel de precios. En este marco, proyectamos que la inflación se aceleraría hacia fines de año y cerraría el 2020 apenas por debajo del 39%, promediando 4% mensual en el último cuatrimestre", dice el reporte de Ecolatina.
El cambio de año calendario no romperá la dinámica. "Para peor, vale remarcar que, aún con esta aceleración, muchas correcciones de precios relativos quedarán pendientes para 2021: a las mencionadas tarifas de servicios públicos y privados, se sumarían algunas actualizaciones salariales, nuevas flexibilizaciones de Precios Máximos y, posiblemente, más presiones sobre el tipo de cambio. Por lo tanto, la aceleración inflacionaria no sería solo cuestión de fines de este año: también persistiría una vez entrado el año electoral", concluyen.
Otros problemas que se avecinan
Hay que tener en cuenta que la inflación actual se encuentra atenuada por distintos factores como las restricciones a la movilidad que hacen que la velocidad de circulación del dinero sea menor; los precios regulados (entre ellos de servicios públicos) que se mantienen inalterados; y la caída de la actividad y consumo.
Los especialistas destacan que una vez normalizada la situación se deberán actualizar diversas tarifas, que en un contexto de fuerte expansión monetaria, puede elevar la inflación y superar las últimas expectativas (39% anual).
También señalan que, en este contexto, y ante la incertidumbre, muchos comerciantes aprovechan a remarcar sus productos.
Y a medida que aumenta la inflación, la canasta básica familiar de pobreza se acerca al valor del mínimo no imponible de Ganancias. Esto significa que basta contar con un salario un poco superior al valor de la línea de pobreza para que le descuenten el impuesto a las Ganancias.
Por ejemplo, a agosto, el mínimo no imponible para una persona casada, cónyuge y 2 hijos era de $73.102 y la canasta básica familiar de $45.477. Es decir, la canasta básica representaba el 62,2% del minino no imponible. Unos años atrás, esa relación llegó a representar el 40%.
El mínimo no imponible se ajustó para este año un 44,27%, por debajo del 53,8% de inflación de 2019. Así, con salarios en términos reales más bajos –por la pérdida con relación a la suba de los precios– el peso de Ganancias en los sueldos de los trabajadores es mayor.
Por otro lado, el endeudamiento en pesos de empresas y familias a través del sistema financiero argentino creció un 50,1 por ciento en el último año y superó la inflación de los últimos 12 meses.
Esta alza se vio impulsada sobre todo por un aumento del 94,5% en los préstamos comerciales y del 64,7% en las operaciones con tarjetas de crédito, según el informe.