La paradoja del "súper cepo": por qué las restricciones le darán un golpe fuerte a la recaudación
Otra vez el fenómeno de la frazada corta: si se cuidan las reservas se perjudica la recaudación tributaria. Y viceversa.
Es una de las mayores contradicciones que tiene el Gobierno en estos días: cuando se produce la avalancha compradora de dólares, sufre por las reservas del Banco Central pero le queda como consuelo un alivio fiscal, dado que ingresan pesos a las arcas de la AFIP por concepto del impuesto PAIS. Y, a partir de la aplicación del "súper cepo", empezó a darse el fenómeno inverso: se prevé un desplome en la cantidad de divisas vendidas a los ahorristas pero también será inevitable un impacto sobre la recaudación.
De hecho, el impuesto PAIS ha sido uno de los pocos motivos de alegría que ha tenido el Gobierno en esta duro 2020 recesivo. Es uno de los rubros impositivos de mayor crecimiento y de a poco se ha convertido en un pilar de la recaudación.
Desde su debut en enero, cuando tenía un volumen mínimo, ha llegado a representar un 3,5% de lo que ingresa a las arcas de la AFIP, un monto que a primera vista puede parecer modesta, pero que duplica otros gravámenes de muchos años de aplicación, como el impuesto a los Bienes Personales.
En septiembre, su aporte fue de $20.858 millones y lleva un acumulado anual de $110.469 millones. Para tomar una dimensión de lo que eso significa para el fisco, basta recordar que la pelea en la que se enfrascaron el Gobierno nacional y el de la Ciudad de Buenos Aires sobre la coparticipación es por un monto de $40.000 millones.
Lo cierto es que sin el impuesto PAIS, el Gobierno no habría podido hacer el festejo por el aumento de la recaudación, que presentó como " indicios positivos sobre la recuperación de la economía en el marco de la pandemia y del carácter progresivo de las medidas tributarias adoptadas desde diciembre del año pasado".
Y, efectivamente, septiembre fue el primer mes con incremento real de la recaudación, ya que el aumento nominal de 43,7% superó por fin a la inflación, que se presume dará un anualizado de 36,2% para los 12 meses. En términos reales, eso es una variación positiva de 5,5%.
Pero si no fuera por la existencia del impuesto PAIS, la variación habría resultado bien inferior, del orden del 1,8%. Esto es así porque si se descuenta el aporte de este impuesto, la recaudación fiscal total habría aumentado sólo un 38,7% nominal.
Se cae la venta de dólares, ¿y también la recaudación?
La gran paradoja es que, en el celo por frenar la sangría de reservas que supone el cupo mensual de u$s200 para las arcas del Banco Central, el "súper cepo" también achicará la recaudación del impuesto PAIS, y por un monto bastante significativo.
La recaudación de septiembre permite inferir que durante ese mes los ahorristas argentinos compraron por esa vía unos u$s885 millones. Y la experiencia de los primeros días de octubre, en los cuales han sido masivos los rechazos a las solicitudes de compra por parte de los bancos, lleva a pensar en una caída importante del monto total que se venda en el mes.
Hablando en números, las estimaciones de los bancos indican que difícilmente se llegue a un volumen de u$s200 millones. Pero suponiendo que se pudiera llegar a esa cifra, esto implicaría una recaudación de impuesto PAIS por unos $4.800 millones.
Es decir, $16.058 millones menos que lo que ingresó a las arcas de la AFIP por ese concepto en septiembre. Equivale a un 2,6% de la recaudación fiscal del último mes.
Es cierto que el "súper cepo" reinstauró el cargo de 35% por cobro a cuenta del impuesto a las Ganancias y al de Bienes Personales. De manera que la venta de dólares implica que se "recupera" un cargo de 35% por cada dólar vendido. Eso daría una compensación de $5.600 millones.
Pero en términos estrictos, ese cargo no es un impuesto sino un adelanto a cuenta. De manera que la AFIP no considera ese ingreso como un aumento real en su recaudación, o por lo menos no en su totalidad, porque habrá una parte de los compradores que reclamen la restitución más adelante.
Previsiones del presupuesto, en duda
El otro posible efecto de la aplicación del "súper cepo" sobre el impuesto PAIS es la alteración de las previsiones plasmadas en el proyecto de Presupuesto 2021.
En ese texto, figuraba una previsión que ahora queda seriamente en duda: que el impuesto PAIS ingresará a las arcas de la AFIP unos $342.713 millones. Lo cual implica –si se calcula la recaudación según el tipo de cambio proyectado para el año próximo- que los argentinos destinarán $1,48 billón a comprar dólares durante todo el año próximo. Esa sería la cifra total que incluiría el valor del dólar más el impuesto.
En otras palabras, el proyecto de ley presupuestaria está previendo que los argentinos se llevarán debajo de sus colchones algo así como 12.542 millones de dólares. Redondeando, unos u$s1.000 millones por mes.
Este presupuesto fue presentado el mismo día en que se anunciaron las nuevas restricciones cambiarias y todo hace suponer que, cuando esos cálculos fueron realizados, todavía se estaba calculando el mantenimiento "normal" del cupo de u$s200. Algo que, dada la emergencia en que se encuentra el Banco Central, nadie da como seguro ni siquiera para el mes próximo.
En todo caso, lo que llama la atención del proyecto de presupuesto es que para el equipo de Martín Guzmán el impuesto PAIS debería ser, por lejos, el de mayor crecimiento: se prevé su expansión nominal en un 89% respecto de lo recaudado este año, frente a un incremento de 43,7% para la recaudación total.
Para pasar esas cifras a términos reales, si se considera que el Gobierno calcula una inflación en torno de 28% para el año próximo, eso implica que el ingreso por el impuesto PAIS tendrá una suba de 47%, contra una mejora de 12% en la recaudación impositiva global.
Estas proyecciones se realizan bajo la premisa de que la economía estará en un camino de recuperación, con un rebote del PBI en torno de un 5%. Esto se refleja en la previsión de una mayor recaudación para los impuestos que típicamente son "pro-cíclicos" –es decir, que aumentan cuando mejora la actividad económica-.
Es así que se pronostica una mejor nominal en la recaudación para tributos como los derechos de importación -54%- o de los combustibles -53%-. Mientras que el impuesto más importante, el IVA –que explica casi el 30% de la torta impositiva de la AFIP- tendría una mejora nominal del 47%.
El desafío de no perder una estrella de la AFIP
Lo cierto es que esas proyecciones no hacen más que confirmar en el proyecto de presupuesto 2021 lo que el mercado estaba sospechando: que el impuesto PAIS ha ganado importancia rápidamente, al punto de convertirse en uno de los puntales de la recaudación. Y que, paradójicamente, ahora el celo del Banco Central por frenar la salida de dólares le podría poner un brusco recorte a esa fuente de ingreso.
En un año en el que se produjo un desplome fiscal, fue de los pocos tributos que mes a mes aumentaban su ingreso. Lo cual implica todo un dilema a la hora de pensar en el futuro de la política cambiaria.
Por un lado, todos los indicios permiten suponer que el impuesto PAIS tendrá una larga vida: nació como forma de desestimular la salida de divisas, pero ya se transformó en un pilar de la recaudación fiscal.
Y ahora el desafío para los funcionarios es encontrar la forma de que siga haciendo un aporte a las arcas de la AFIP aun cuando la compra de los dólares para ahorro y turismo ingresen en una fase cada vez más represiva.
Con todas las lupas puestas en los números fiscales, no parece que el Gobierno esté en situación de recortar $16.000 millones de su recaudación impositiva mensual. Menos todavía si se considera que quienes han venido abonando ese impuesto pertenecen al grupo más rico de la población, el que tiene capacidad de ahorro suficiente como para atesorar divisas y viajar al exterior. En otras palabras, ese segmento al que la reforma tributaria en ciernes tiene identificado como el que, en palabras de Mercedes Marco del Pont, tiene mayor capacidad contributiva como para hacer ahora un mayor aporte para paliar la crisis.