"Efecto Guzmán" sobre los precios: empresas alimenticias ya empezaron a remarcar
Sólo por pudor el directivo de una de las empresas alimenticias más grande del país evita reivindicar la frase "les hablamos con el corazón y nos contestaron con el bolsillo", que popularizó el entonces ministro de Economía Juan Carlos Pugliese en la crisis de 1989, una de las peores de la historia económica de la Argentina.
Pero, en un "zoom" con iProfesional, admite la gran preocupación por el momento actual. Y no es el único de la industria alimenticia. La incertidumbre en el mercado cambiario hace crujir al sistema de precios de la economía, y la preocupación máxima se concentra en el rubro alimenticio, el más sensible a nivel social.
Distintos rubros industriales ya advirtieron sobre las remarcaciones en productos plásticos, por caso, pero los ejemplos cruzan a todo el sector. También hay alertas por alzas en artículos siderúrgicos e incluso en el rubro maderero.
La tensión en el mundillo financiero -con una brecha entre el dólar "oficial" y el "paralelo" cercana al 100%- se traslada rápidamente al resto de la economía. Y el hecho de que el Gobierno no logre "encontrarle la vuelta" a la situación enciende todas las alarmas entre los empresarios de distintos sectores. Aun de aquéllos que acompañaron al ministro Martín Guzmán en el último anuncio en la Casa Rosada.
En lo que refiere al sensible mercado de los alimentos, lo cierto es que cadenas de supermercados y grandes mayoristas se fueron al fin de semana con la recepción de "nuevas" listas de precios en los alimentos de la cadena básica.
Lo de "nuevas" (entre comillas) tiene una explicación: no se trata de incrementos sobre los productos que están incluidos en los programas de precios acordados con el Gobierno (Precios Cuidados y Precios Máximos) sino que hay variaciones por otra doble vía: una, la aparición de nuevas marcas o productos -que no están bajo las regulaciones- y, dos, la quita de bonificaciones, que implican un incremento encubierto en los precios.
Dos cadenas de supermercados -una mayorista y una minorista- advirtieron sobre la situación, en diálogo con iProfesional. Se trata de una práctica que las fábricas vienen concretando en los últimos meses, y que en los hechos significaron la desaparición de promociones en las grandes tiendas.
Y también en la desaparición de las góndolas de productos que, ante las remarcaciones, fueron rechazados por los gerentes de compras de esas cadenas.
Distinto es el caso de los autoservicios y almacenes de barrio, que no se encuentran bajo la lupa oficial, no adhirieron a ninguno de los programas de congelamiento de precios, y se ven obligados a comprar en los mayoristas con los aumentos.
Los aumentos, en marcha
Algunos ejemplos de lo que está pasando:
El sector más crítico en el tema precios-abastecimiento es el aceitero. Estrechamente vinculado a la exportación, las fábricas entregan con restricciones. Por un lado, algunas hicieron lanzamientos de nuevos productos, con pequeñas modificaciones, con el objetivo de escapar de las regulaciones de precios y poder vender más caro.
Un caso es el aceite de girasol, al que algunas empresas le agregaron la leyenda "Aceite Girasol Plus, con alto contenido oleico", que les permitió incrementar los precios entre 15% y 20% en la última semana.
La lista mayorista de ese producto pasó a costar entonces $125 la botella de un litro y medio; y $79 la de 900 mililitros.
Algunas cadenas mayoristas, incluso, tuvieron problemas para abastecerse de ese producto, y tuvieron que reemplazarlo por "aceite mezcla" y "aceite de soja", que son más económicos y sobre los que no hay faltantes.
Algo similar sucedió con la harina. En las últimas semanas aparecieron en el mercado algunas variantes (harina enriquecida con zinc) y cambio de marcas (que quedan afuera de la lupa de la secretaría de Comercio).
El resultado de la movida fue que el "mismo" kilo de harina (ahora enriquecida o con otra marca del mismo fabricante) saltó en el mercado con un incremento promedio del 15%, mientras la marca tradicional desaparecía de la oferta.
Otro caso: la yerba, que de por sí ya forma parte de un mercado complejo a pesar de que se trata de un producto local. Acá también, bajo la leyenda de "yerba selección" aparecieron aumentos de 10% promedio la última semana.
Con los lácteos ocurre algo diferente: los aumentos, por ahora, se limitan a los productos de por sí más caros (yogures) y en la leche en polvo, que tiene como referente al mercado internacional, que obviamente cotiza en dólares.
Ni hablar de otros productos, como el café o los enlatados de pescados y de legumbres, que directamente llegan desde el exterior y que en las últimas dos semanas registraron incrementos en los precios de nada menos que entre 15% y 20% en promedio. No porque haya variado la cotización del dólar "oficial" de manera abrupta, sino básicamente por la incertidumbre en el mercado cambiario.
"Se sienten obligados a cargar en los precios la posibilidad de que haya una devaluación o que no consigan los dólares "oficiales" en el Banco Central para importar. Trasladan parte de esa incertidumbre a los costos", comenta a iProfesional un supermercado mayorista que en la última semana se vio obligado a rechazar nuevas listas, con los precios remarcados.
Otro de los cambios de las últimas semanas fue que algunas empresas incluyeron rubros inéditos. Una gran láctea, por ejemplo, envió sus últimas entregas con un renglón que mencionaba el "recupero de fletes" para sumarle a la cuenta final.
El Gobierno, bajo presión
Esta realidad obligó a entidades que representan a más de 150.000 comercios de consumo masivo de toda la Argentina a advertirle al Gobierno sobre estas remarcaciones. Entre ellas la federación que agrupa a las cadenas regionales (FASA), la Cámara de Distribuidores Mayoristas (Cadam) y los almacenes nucleados en FABA.
Por ahora, Comercio Interior no tomó cartas en el asunto. El Gobierno dejó trascender que esta semana prorrogará la vigencia de Precios Cuidados y Precios Máximos y autorizará incrementos en el set de productos de la canasta básica. La mayoría de esos incrementos seguramente estará por debajo de los que ya se dan por hecho en el mercado.
La historia no es nueva. Se recrea cada vez que resurgen las tensiones cuando existe un congelamiento de precios. Lo destacable, ahora, es que esa pelea se está dirimiendo en plena cuarentena. En un momento muy especial de la dinámica social y económica de la Argentina.
Se trata de la clásica puja entre formadores de precios: de un lado, los fabricantes de alimentos y, del otro, las cadenas de supermercados. Esa pelea suele intensificarse cuando los controles de precios oficiales muestran señales de fatiga.
Esta semana será clave para el esquema de precios, sobre todo los que rigen a los alimentos. Con el escenario cambiario bajo tensión extrema, el Gobierno debería tomar nota de que esa presión se está trasladando rápidamente a los precios de la comida, en medio del agravamiento de la recesión y del escenario de la pandemia.