Con los anuncios, el Gobierno lanza el último "manotazo" para evitar un salto abrupto del dólar: ¿lo logrará?
El ministro de Economía, Martin Guzmán, presentó este jueves el plan oficial con el que el Gobierno buscará promover "un conjunto de medidas que ratifiquen la estabilidad de la macroeconomía" y apuntalar el desarrollo de sectores clave.
En particular, se anunció una baja de retenciones a las exportaciones de soja y carne, con el objetivo de que el sector agropecuario liquide las más de 17 millones de toneladas de cosecha que tiene almacenadas en silobolsas.
La actual alícuota del 33% para las retenciones a la soja bajan al 30% en octubre, irán al 31% en noviembre y 32% en diciembre. Los derechos de exportación volverán a ser del 33% en enero.
También se realizará una quita sustancial de retenciones a empresas petroleras y mineras, con el objetivo de fomentar inversiones de capitales extranjeros en dichas actividades.
En paralelo, el ministro anunció el envío de un proyecto de ley para desgravar el pago de bienes personales a los activos de inversiones financieras en pesos, al tiempo que se licitará un bono "en pesos atado al valor del dólar".
Único objetivo: frenar el desplome de reservas
La batería de medidas que lanza el Gobierno busca un único objetivo: detener la sangría de las reservas internacionales.
Desde que colocaron las nuevas restricciones cambiarias, a mediados de septiembre, las arcas del Banco Central caen u$s1.114 millones, a razón de u$s139 millones por jornada hábil.
La magnitud del derrumbe, que viene de antes y acumula en el año una merma de u$s3.400 millones, se explica por la escasez de oferta y la (aún con el mega cepo) demanda privada. Según estiman en el mercado, el Gobierno podría comprar "algo de tiempo" pero dudan que los exportadores inunden la plaza de dólares.
"Es un simple parche que dura unos días y vuelve a complicarse todo en una semana. Nadie te va a liquidar en serio con esta brecha", indicó a iProfesional un ejecutivo de un banco privado.
Las medidas, más de allá de los supuestos incentivos para estar posicionados en pesos, apuntan a que los exportadores salgan a liquidar. Se busca que "suelten" entre u$s7.000 millones y u$s10.000 millones, según estimaciones, de divisas "encanutadas" de la cosecha anterior.
El problema, más allá de la baja de retenciones por tiempo limitado, es que la brecha cambiaria desincentiva vender. No hay medida oficial, excepto que le pague más precio al productor, que tienen a los sojeros.
Nadie quiere pesos (ni ahora ni nunca)
Los números muestran que no es negocio liquidar con este nivel de brecha, más allá de la baja de retenciones. Tomando el precio de la tonelada de la soja en 305 dólares, al tipo de cambio oficial de $76, reciben $23.200. Pero esos pesos al dólar MEP o contado con liqui equivalen a si vendieran la tonelada de soja ya no a u$s305 sino a u$s160 aproximadamente. Lo mismo pasa con el maíz, que se vende a u$s170 pero que al precio del mercado paralelo el productor estaría recibiendo (en pesos) el equivalente a u$s90. Y el trigo, que cotiza a u$s213 la tonelada se la pagan como si valiera u$s112.
"No te cambia mucho la baja de retenciones. Es cierto que el que venda, al ponerle instrumentos en pesos que más o menos sirven para cubrirse, no se va a ir al blue. Pero hasta que no tengan que ponerse con la próxima campaña no necesitan pesos. Por eso no van a vender", advirtió otro ejecutivo de un banco extranjero que trabaja con las grandes cerealeras.
De todas formas, algunos creen que en medio de la escasez de divisas "algo puede aportar". "No será mucho, por es dudoso que muchos liquiden en serio, pero quizás tiran unas semanas. No está claro, por ahora aporta poco a la oferta con lo cual creo que seguirán cerrando la demanda de dólares", advierten en el mercado.
La historia marca que se termina siempre igual
El Gobierno, con estas medidas, busca evitar lo que -para el mercado- es inevitable. Una devaluación desordenada del peso oficial. Si el Central no logra estabilizar el mercado y sigue vendiendo dólares en el mercado cambiario, la expectativa seguirá jugándole en contra. A eso se le suma la incertidumbre con los depósitos, que caen cerca de u$s1.000 millones desde que se colocaron las nuevas restricciones. Y los bancos piden billetes para hacer frente a los retiros. ¿Eso cambiará? En la City dicen que estas medidas, a priori, quedarán lejos de subsanar la falta de confianza extrema que existe con las políticas oficiales.
Barclays Capital recuerda que en el pasado reciente, "episodios de corridas contra las reservas similares a la que se está produciendo ahora han llevado finalmente a una devaluación del tipo de cambio". "Por lo tanto, aunque el momento es difícil de predecir, ya que es probable que el gobierno intente evitar una devaluación antes las elecciones de mitad de período -mediante controles más estrictos si es necesario- creemos que eventualmente una devaluación podría ser inevitable", afirma, si bien desde la perspectiva del tipo de cambio real no parece tan caro, esto no es lo mismo desde una cuenta de capital.