"Un eventual sobrante de pesos puede calentar los precios, empezando por el dólar"
De acuerdo al Relevamiento de las Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central (BCRA) y que fue difundido el viernes pasado, el promedio de los consultados espera que 2020 cierre con una inflación de 37,8%, lo que implica una reducción de 1,7 puntos porcentuales respecto a la proyección anterior de este mismo relevamiento.
Dicha reducción responde a la expectativa de que se corra un poco en el tiempo la aceleración de los precios que se esperaban para el segundo semestre: corrigieron al alza las estimaciones para diciembre y enero.
También corrigieron a la baja las estimaciones sobre las tasas de interés, pero, aunque esperan 51,2% de inflación para los próximos doce meses, creen que la Tasa Nominal Anual (TNA) promediará sólo 33%, que equivale a 38,5% efectivo anual. De esta manera, quedaría muy por debajo de la inflación esperada y del 48% que pronostican que subirá el dólar, que esperan que llegue a los $108,10 dentro de un año.
¿Qué puede pasar con los depósitos si se dispara el blue?
"Puesto en otras palabras, los analistas esperan un escenario de ligera apreciación cambiaria real, con las tasas corriendo por detrás en una dinámica que puede ser sostenible para licuar los pasivos monetarios del BCRA y ayudar a la recuperación de la actividad, pero que queda desarbitrada respecto a la demanda de pesos/dólares", explicó Martín Tetaz en su newsletter.
De acuerdo con el especialista, un punto a favor del BCRA y de esa dinámica es que los plazos fijos del sector privado continúan en su trayectoria ascendente, lo que muestra que no está habiendo un desplome de la demanda de dinero como el que se observó en agosto del año pasado, tras el triunfo de Alberto Fernández en las PASO, o en abril de este año, cuando el dólar paralelo saltó de $83 a $118.
"Por eso se entiende la velocidad de (el ministro de Economía) Martín Guzman para asegurar que se mantendrá el cupo de US$ 200 y su pelea con el BCRA, puesto que si el ‘puré’ deja de alimentar el paralelo, un eventual salto en la cotización del ‘blue’ podría producir un desarme de depósitos que vayan contra el billete", indicó .
En este marco, señaló además que en el mediano plazo hay una preocupación adicional y es que en la medida que la economía vaya retomando la normalidad tras el abrupto freno de la actividad por la implementación de la cuarentena y no se requiera de un pedido de turno en las entidades bancarias para retirar dinero en efectivo, el sistema será más vulnerable a una corrida cambiaria.
"Al mismo tiempo, si en junio la combinación de tasas más altas y las regulaciones del BCRA al dólar Bolsa habían permitido una recuperación en la velocidad de crecimiento de los depósitos (se movían por encima de la tendencia lineal en rojo), en las últimas dos semanas de agosto ese ritmo menguó y si bien es pronto para advertir una caída en la demanda de dinero, el semáforo se pone en amarillo", resaltó.
Por otra parte, Tetaz señaló que había cierta expectativa del Gobierno y de algunos economistas en cuanto a que el rebote del segundo semestre permitiría remonetizar la economía, generando una mayor demanda transaccional. Sin embargo, resaltó, los indicadores de alta frecuencia por el lado de la demanda de energía muestran un estancamiento desde fines de julio, según datos de Cammesa, mientras que un reporte del BBVA indica que el consumo en agosto cayó 15% interanual y se redujo 7% respecto al trimestre anterior, volviendo a los guarismos de fines de abril.
"Por lo tanto, hay un riesgo de que ceda la demanda precautoria en la medida que o dejamos el pico de la epidemia atrás (como en CABA) o aprendemos a convivir con el virus (como en GBA), por lo que ese eventual sobrante de pesos puede calentar los precios, empezando por el dólar", advirtió.