Martín Guzmán buscará un nuevo plan con el FMI a pesar de que fracase el canje con los bonistas privados
A pocos días de que venza la fecha límite para aceptar la oferta de canje, el ministro de Economía, Martín Guzmán, reiteró que el país ya hizo su máximo esfuerzo y que no habrá mejoras en los aspectos económicos de la oferta. Y fue más allá. Afirmó que si los acreedores no toman la propuesta, seguirán trabajando pero que "más allá de resultado del canje iniciaremos la negociación para tener un plan con el Fondo Monetario Internacional". ¿Hay vida a pesar de mantenerse en default? Al parecer, para el equipo económico, pareciera que sí.
Guzmán habló durante 30 minutos en una conferencia virtual organizada por el Atlantic Council, un think tank con sede en Washignton. Se rumoreó que esa charla en realidad se la armó HSBC, uno de los bancos colocadores de la deuda, como una forma de transmitir un mensaje indirecto a los bonistas. Sea como fuere, Guzmán dejó algunos conceptos ya conocidos y otros no tanto acerca de cómo sigue la saga de la deuda que, en teoría, el 4 de agosto vence la fecha para ingresar a la operación.
"Todavía estamos evaluando todas las opciones y pronto tomaremos una decisión", dijo, escueto, el ministro de Economía cuando se le preguntó específicamente sobre los rumores de que habrá una prórroga más hasta mediados o finales de agosto. Por otro lado, con respecto a los cambios legales que están pidiendo los bonistas para modificar las condiciones legales de emisión de los bonos que tienen en indenture del 2016, Guzmán esquivó si lo harán o no e incluso los mandó a pedirle la aprobación de esos cambios al FMI y el G20.
En busca del Fondo
"Argentina adoptará cambios legales a los contratos de bonos si son respaldados por la comunidad internacional", afirmó el ministro, pateando la pelota a la tribuna. El titular del Palacio de Hacienda, que fue presentado curiosamente como "su excelencia Martín Guzmán" por parte del think tank que lo entrevistó, dijo que en caso de que no se llegue a un acuerdo con los acreedores externos, igualmente "lo primero es restaurar la macroeconomía para que haya estabilidad".
"Para la macro hay que resolver la crisis de la deuda, pero en forma sostenible", avisó el "protegido" por Joseph Stiglitz. "Si los acreedores no aceptan seguiremos trabajando y más allá del canje de la deuda iniciaremos con el FMI un programa que esperamos ayude a la Argentina", remarcó.
Otras definiciones del ministro durante la charla con el Atlantic Council fueron las siguientes:
-"Los controles de capitales en Argentina no están destinados a ser permanentes, pero el país necesita acumular reservas extranjeras antes de levantar los controles"
-"Sería importante que los acreedores de todo el mundo cooperen con las naciones en desarrollo para reestructurar su deuda. Y además que respeten el análisis de sustentabilidad de los países que avala el FMI"
-"En términos económicos, esto es lo máximo que podemos hacer, no tiene sentido algo que no se puede cumplir. Muchas veces las promesas no fueran cumplidas y eso no queremos hacerlo. Esperamos que los acreedores se sumen"
Con poder de veto (al canje)
-"En Argentina hay mucha oportunidades para invertir en energía, minería, servicios, agro y demás. Tenemos metas y tenemos principios para el manejo de la económica para llegar a esas metas"
-"Nuestro objetivo es tener una estructura de producción que genere puestos de trabajo y que calme la economía"
El ministro volvió a mostrarse en un foro internacional donde obviamente los destinatarios fueron los acreedores que, en su gran mayoría, manifestaron la idea de que no van a aceptar la oferta tal cual está.
Por eso, con el deadline a la vuelta de la esquina, el Gobierno tiene que decidir si prorroga (lo más probable) o decide cerrar con el número que obtengan. La cuestión relevante es que los 3 grupos de bonistas se unieron y sumaron voluntades para, según ellos, tener el 50% de los bonos Globales y 60% de los bonos K surgidos en los canjes 2005 y 2010.
Con esos números, el poder de bloquear la operación es real y el país podría sufrir un duro revés en el intento por salir del default en el cual está inmerso desde mayo (y que extendió este fin de mes con los bonos que tampoco pagó luego de cumplirse los 30 días de gracia).