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Alertan por temido escenario: más cuarentena puede provocar la mayor caída industrial desde el 2002

Según los industriales, el segundo semestre también será negativo para la producción y pone en riesgo cientos de empresas y miles de trabajos
23/06/2020 - 17:01hs
Alertan por temido escenario: más cuarentena puede provocar la mayor caída industrial desde el 2002

Camino a superar ampliamente los 100 días de iniciada la cuarentena por el Covid-19 y conocido el profundo impacto negativo que las medidas para combatir el virus dejaron en la actividad económica y financiera durante estos meses, desde el sector empresario se advierte sobre un preocupante panorama para lo que resta del año y hasta temen que la caída en la actividad sea mayor que la que se dio durante la crisis del 2002.

De hecho, un reciente informe de la Unión Industrial Argentina (UIA), reveló que la actividad productiva se derrumbó 30,6% en abril, mostrando el nivel más bajo de este índice desde abril del 2003 como consecuencia del cepo sanitario que llevó a que actualmente sólo el 43% del empleo industrial formal se encuentre autorizado a trabajar.

En ese marco, la entidad empresarial que preside Miguel Acevedo alertó que se trata de la caída más aguda de la serie -que inicia en 1994- y del nivel de producción fue más bajo desde abril del 2003.

Así, en el primer cuatrimestre acumula una baja del 11,5% en la producción manufacturera, respecto a igual período del año anterior por la contracción de prácticamente todos los sectores, destacándose la industria automotriz, que no registró producción.

O lo que ocurrió con el sector de minerales no metálicos, incluyendo a los despachos de cemento, con una baja de 67%; los productos textiles, que se contrajeron 57,8%; metales básicos, con una baja del 65,4%; refinación de petróleo, que cayó 40%, mientras que la metalmecánica se contrajo 38,7%, entre otras actividades fuertemente afectadas por la pandemia.

Otro indicador preocupante para lo que vendrá surge del consumo de energía eléctrica de los grandes usuarios industriales, que se recuperó en la mayoría de los sectores pero que todavía es un 25% menor a los niveles pre cuarentena.

Y si bien sectores considerados dentro de los esenciales, como alimentos y bebidas; producción de sustancias y productos químicos y la industria farmacéutica, presentaron caídas más moderadas e incluso leves subas, el escenario para el segundo semestre no es alentador.

Ni siquiera teniendo en cuenta que casi el 70% de la actividad industrial ya se encuentra fuera de la cuarentena obligatoria y puede operar aplicando los protocolos sanitarios necesarios para evitar la propagación del coronavirus.

Industria
La industria manufacturera acumuló una caída del 11,5% en el primer cuatrimestre.

Por qué la reapertura parcial no es suficiente

Fuentes de la UIA estimaron que esta reapertura parcial no alcanzará para mejorar la performance de toda la actividad industrial, en especial si se vuelve a extender el aislamiento y si se da marcha atrás en la zona del AMBA que, al agrupar a la Capital Federal y el Conurbano bonaerense, concentra el 40% de toda la actividad productiva de la Argentina.

Será difícil, estiman los industriales, que la utilización de la capacidad instalada, que ya tocó un mínimo histórico al promediar 42% en abril, pueda incrementarse a partir de julio próximo.

Recuerdan que la última encuesta industrial dada a conocer en mayo dio cuenta de que solo el 17% de las empresas produce al mismo nivel que antes y el 62% tiene caída de las ventas mayor al 30%.

"A tres meses de desatada la pandemia, los problemas económicos y operativos se van acumulando y las perspectivas para las empresas se deterioran", advirtió la entidad empresaria en ese documento.

En ese sentido, los analistas económicos y financieros a cargo de la elaboración de esos informes industriales anticipan que lo que ocurrirá en los próximos seis meses dependerá de la progresión que tendrá la pandemia y las medidas de aislamiento que esté dispuesto a tomar el Gobierno con una economía que se desploma y con cientos de empresas a punto de quebrar y miles de trabajos bajo amenaza permanente de desaparecer.

Advierten que el tercer trimestre que abarca de abril a junio será complicado pero estiman que el cuarto trimestre será algo mejor gracias al cambio de temperatura que podría ayudar a aliviar la propagación del virus y permitir una mayor apertura productiva en la zona del AMBA.

De todos modos, esta mejoría temporal no alcanzaría a equilibrar la balanza total y terminaría por generar una caída de la actividad industrial que oscilaría entre el 12% y el 15% durante todo el año.

La mayor caída de la industria desde 2002

Si bien se trata de datos preliminares e informales, el número ya preocupa a los industriales ya, de confirmarse, sería el mayor derrumbe del Estimador Mensual Industrial (EMI) desde diciembre del 2002, cuando tras la violenta salida de la convertibilidad, la industria acumuló una contracción del 10,6% en esos 12 meses.

Desde el sector empresario consideran que una mejor performance en mayo puede suavizar en parte la fuerte caída de abril pasado, en parte gracias a mayores ventas de alimentos, autos y otros rubros que han vuelto a ser habilitados para producir.

Sin embargo, se espera una menor demanda de parte de los consumidores en casi todos los rubros que componen la canasta productiva, teniendo en cuenta la incertidumbre que todavía se expande por el mercado laboral y el panorama industrial hasta fin de año.

En especial, en el interior donde se encuentran habilitados una gran cantidad de rubros productivos pero donde también las ventas se mantienen planchadas y sin síntomas de crecimiento en el corto plazo.

Según los analistas de la UIA, con el AMBA en cuarentena extendida habrá pocos canales industriales que permitan generar buenas noticias a partir de un genuino incremento de la demanda que ni siquiera será empujado por la llegada del aguinaldo que, más allá de si se paga o no en cuotas, será canalizado a la compra de bienes esenciales y, si sobra, como resguardo para la cancelación de deudas que la mayoría de la sociedad está tomando en la actualidad para sobrevivir a la crisis.

Con esta radiografía parcial, el comité de crisis de la UIA sigue dialogando con el Gobierno sobre la extensión de la asistencia a los sectores más castigados por las medidas sanitarias, a pesar de que las últimas señales oficiales no parecen querer mantener los planes de ayuda lanzados hasta ahora.

O por lo menos, no en la dimensión que han tomado desde el inicio de la cuarentena, con casi 21 millones de personas dependiendo del Estado o de algún plan de auxilio estatal como el IFE; los créditos a tasa 0 para monotributistas o autónomos. O los planes de financiación bancaria con interés no mayor al 24% para las pymes.

Una de las posibilidades que se barajan en la UIA a modo de propuesta para el segundo semestre se basa en profundizar esta asistencia crediticia, con líneas mucho más ágiles y baratas, teniendo en cuenta que el Gobierno no tiene mucho margen de mitigar la carga tributaria debido al costo que la emisión monetaria comienza a acumular en las cuentas fiscales del Estado.

"Dado el bajo nivel de penetración del crédito, que es histórico y no de este momento, se deberían explorar ideas innovadoras por este lado y que se parezcan a lo que en materia de crédito se da en el resto del mundo", aseguran desde la entidad fabril más importante del país, donde también consideran que se deberán seguir de cerca otras variantes como el dólar, la inflación y las tasas.

Acevedo y Fernández: los industriales piden mejor acceso al crédito.
Acevedo y Fernández: los industriales piden mejor acceso al crédito.

"Si vuelven a cerrar todo, va a ser insostenible más allá de que las empresas grandes puedan resistir porque la cadena de proveedores se va a complicar cada vez más", aseguraron en una automotriz.

Desde la compañía agregan que el problema se plantea inversamente proporcional a la solución que se adopte.

Es decir, a mayor tiempo de cuarentena, mayor deterioro de la economía y, a menor tiempo de cuarentena, un probable riesgo de aumento de la cantidad de infectados.

Por eso, piden que el equilibrio entre ambas posturas sea lo más prudente para que en un tiempo razonable se puedan ir normalizando las actividades.

En este sentido, Luis Betnaza, vicepresidente de Desarrollo Industrial de la UIA y uno de los ejecutivos más importantes del Grupo Techint, hace referencia a la necesidad de buscar una salida exportadora.

Una referencia que no es casual si se tiene en cuenta que las ventas al exterior de manufacturas de origen industrial (MOI) cayeron 58,3% interanual en abril, con sectores como los automotrices; de calzado y material de transporte terrestre casi sin envíos al resto del mundo.

"La dimensión de lo que viene es de una magnitud desconocida, por lo que se necesita el apoyo del Estado para la post pandemia porque el grado de riesgo de quiebra de empresas es muy alto", asegura el ejecutivo.

"Desde el sector privado tenemos vocación para salir lo más rápido posible pero la agenda debe estar guiada por impulsar las exportaciones, facilidades para invertir y ayuda oficial", agrega.

Desconfianza en el peso

Al respecto, el economista Juan José Llach evalúa que el escenario futuro se encuentra signado por datos de la macro economía que reflejan la desconfianza interna y externa en nuestra moneda y y activos.

"Algo previsible dados el riesgo y la demora en el acuerdo con los acreedores, el caso Vicentin y el retiro de LATAM y porque no parece entenderse que la condición más necesaria para combatir la pobreza es la creación de empleos, que esto requiere un aumento sustancial de la inversión que no ocurrirá si no se regenera la confianza en el futuro de nuestro país", advierte

Por su parte, Eduardo Fracchia, director del IAE Business School, advierte sobre las serias amenazas que se evidencian en tanto se extienda el confinamiento y subraya la relevancia de prepararse para la pospandemia. "Si bien lo que se puede hacer hasta septiembre es acotado, en el corto plazo es importante el control de daños por lo cual es central cómo seguirá jugando la dinámica del gasto público, destaca.

Plantea además la gran duda que implica la inflación del segundo semestre y más aún la de 2021 "dada la altísima emisión de una moneda que, a diferencia de Estados Unidos y Europa, los argentinos no desean stockear".

En el mismo camino, un informe de la Fundación Mediterránea titulado "La necesidad de crecer", hace referencia a que el país no parece encaminarse a un nuevo período de crecimiento ni a adoptar factores necesarios para construir una historia de éxito.

"Nuestro país no sólo no ha logrado tomar esas enseñanzas, sino que en el último tiempo parece alejarse cada vez más de esta agenda, como lo muestran noticias recientes, vinculadas a los casos de Vicentin y Latam, la pérdida de automaticidad para la creación de empresas y para la operatoria del comercio exterior, así como los cambios que se estudian en el plano impositivo y las medidas que introducen mayor rigidez en el funcionamiento del mercado de trabajo", detalla el documento.

También se evidencia una preocupación por la ausencia de un plan de estabilización para la etapa de normalización "que debería suceder a los momentos más serios de la pandemia, la falta de negociaciones con el FMI para lograr algún tipo de financiamiento de organismos multilaterales, así como las últimas novedades vinculadas con la reestructuración de la deuda pública en manos de acreedores privados".

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