Invertí pesos y seguí al dólar: así es el nuevo plazo fijo "sojero"
En el marco de la crisis económica generada por la pandemia del coronavirus, y en medio del boom de nuevos tipos de inversiones, las sucursales del Banco Nación tendrán disponible una nueva alternativa financiera a partir del próximo 17 de junio.
Se trata de los DIVA, es decir los Depósitos con tasas de Interés Variable Ajustados al valor mayorista del dólar.
Estas herramientas estarán orientadas a canalizar las inversiones de los clientes, tanto personas humanas como jurídicas, con actividad agrícola.
Los productores podrán acceder a esta iniciativa con retribución variable y realizar plazos fijos por un importe de "hasta dos veces el valor de sus ventas de cereales y/u oleaginosas registradas a partir del primero de noviembre de 2019", según dispuso la entidad bancaria a través de la Comunicación 7020, del 28 de mayo pasado.
Los depósitos deberán ser en pesos y el plazo mínimo establecido para este producto es de 60 días y el máximo de hasta 370 días. Los intereses se liquidarán al vencimiento de cada una de las operaciones.
En esta nueva modalidad, las inversiones estarán exentas de la obligación de realizar operaciones de cobertura de riesgo de tipo de cambio, condición que estaba vigente hasta la actualidad.
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Nueva línea de crédito
Paralelamente, el Nación pondrá en vigencia una nueva línea de crédito con interés variable, destinada a empresas de todos los sectores "sin distinción de la dimensión" de la unidad económica.
Estos préstamos serán en pesos, con una tasa equivalente a la variación del tipo de cambio del dólar mayorista –entre la fecha de otorgamiento y la del vencimiento, o fecha de cancelación-, y un interés fijo del 4 por ciento.
Además, el plazo en todos los casos será de 180 días con la posibilidad de precancelación a partir de los 45 días.
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La pandemia agravó casi todos los problemas que arrastraba la alicaída economía argentina. En respuesta, el Poder Ejecutivo implementó una batería de políticas expansivas para atenuar el impacto económico de la cuarentena.
"Dado que la recaudación se desplomó por la menor actividad, y que nuestro país tiene cerrado el acceso al crédito desde 2018, el mayor déficit se financió con emisión, dando lugar a una mayor oferta de pesos", señalan desde la consultora Ecolatina.
La asistencia monetaria al Tesoro en los primeros 5 meses del año ya superó el billón de pesos. En un contexto de crisis y con el mercado cerrado, el Banco Central (BCRA) emitió $1,052 billón para asistir al fisco mediante adelantos transitorios y transferencias de utilidades.
Los pesos que emite el BCRA van a financiar las diversas líneas de apoyo estatal a los sectores más perjudicados por la crisis que desató el coronavirus. Sin embargo, una parte de esos pesos terminan alimentando la disparada del dólar.
Resultado de la mayor demanda de dólares, el contado con liquidación saltó de $90 a mediados de marzo a más de $120 dos meses más tarde (+35%). Dado que el tipo de cambio oficial se deslizó lentamente en el período, la brecha cambiaria orilló 80% a mediados de mayo, casi duplicándose respecto de la situación previa al confinamiento.
En este contexto, desde la consultora plantean dos escenarios cambiarios para fin de año y, en función de ello, dos precios posibles para el dólar oficial:
1. Si se mantienen las restricciones al dólar
En este caso, según Ecolatina, el avance del dólar oficial y la pérdida de reservas seguirían acotados, pero la inflación se aceleraría producto de la mayor relevancia del tipo de cambio paralelo en las operaciones comerciales y, en consecuencia, en la formación de precios.
En este escenario, proyectan que el dólar cerraría el año en la zona de $85, acumulando una depreciación apenas superior al 40% en 2020.
Cabe destacar que el viernes, el dólar oficial cerró en $72,50.
2. Si se relajan las restricciones al dólar
Ahora bien, siguiendo las declaraciones del presidente del BCRA y también las del ministro de Economía, estas restricciones para acceder al mercado serían transitorias y podrían relajarse ante un contexto menos adverso.
"En este escenario, si bien el cepo continuaría, lo haría con una menor incidencia sobre las operaciones comerciales, atenuando la relevancia del dólar paralelo en la formación de precios", explican. No obstante, esta flexibilización reabriría las puertas del mercado de cambios a varias empresas, aumentando las presiones en el mercado oficial.
Como resultado, la depreciación del peso rozaría el 60% en 2020 y la divisa cerraría el año en torno a $95, "pero con menores restricciones de cara a la recuperación post-pandemia", detallan.