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El 78% de los importadores no consigue dólares: advierten que habrá escasez y presión sobre los precios

El difícil acceso al dólar para importar impactó de lleno en los costos de industrias locales. "Nunca vimos algo de tanta dureza", alertan desde el sector
04/06/2020 - 06:27hs
El 78% de los importadores no consigue dólares: advierten que habrá escasez y presión sobre los precios

El ejemplo es trivial pero ilustra con toda claridad la complicada situación en la que se encuentra la economía: dos de las principales importadores de especias y legumbres de la Argentina les adelantaron a sus clientes -supermercados y mayoristas- que no podrán cumplir con la entrega de los últimos pedidos. Y que algunos productos, como la pimienta negra, tendrá un aumento de precio a partir de hoy mismo.

Las últimas medidas restrictivas que ponen condiciones al acceso al mercado cambiario a los importadores comenzaron a alterar el clima en el mundo de los negocios.

No es para menos: un informe oficial que en las últimas horas recorrió los despachos de los ministros del gabinete económico da cuenta que casi ocho de cada 10 empresas importadoras quedarán afuera del acceso al dólar de $70 para traer mercadería al país.

En concreto, según los registros a los que tuvo acceso iProfesional, sobre un total de 22.500 empresas registradas para importar, nada menos que unas 17.500 no podrán cumplir con las nuevas condiciones. Y quedarán al margen del mercado de cambios oficial.

Como era de esperar, en las compañías hay revuelo: ayer hubo un "zoom" de la que participaron más de 2.000 compañías para tener detalles de la ya famosa "Comunicación A7030" del BCRA.

La medida se tomó a fines de la semana en un contexto de caída (y escasez) de reservas. El escenario empeoró en plena pandemia y salto de la brecha cambiaria. La diferencia entre la cotización del dólar oficial y el "blue" llegó al 86% y ayer miércoles se estacionó en 76%. Mientras que en el "contado con liqui", la brecha se encuentra en el 64 por ciento.

La ampliación de esa brecha aceleró la dolarización de las empresas. De acuerdo al BCRA, "durante el bimestre abril-mayo se pagaron importaciones por 30% más del volumen importado. Aproximadamente se importó por 5.800 millones de dólares y los importadores accedieron a divisas por 7.500 millones de dólares. Ese comportamiento fue disruptivo respecto del historial de acceso al mercado de cambios".

Esa diferencia de u$s1.700 millones fue lo que las compañías se apuraron para sacar de las Reservas, seguros de que están comprando dólares "baratos". 

"Creen que habrá una devaluación pero se equivocan. Creen mal", expresaba con evidente malestar una alta fuente del Central, en diálogo con iProfesional.

"La Circular A7030 establece las condiciones de acceso al mercado para normalizar esa situación disruptiva", señalan desde Reconquista 266.

La restricción determinó que quienes deban importar o cancelar obligaciones tengan que recalcular costos al valor del paralelo
La restricción determinó que quienes deban importar o cancelar obligaciones tengan que recalcular costos al valor del paralelo.

En contra de la preocupación empresaria, desde el BCRA aclaran que "no hay impedimento para importar ni alteración en el régimen de importaciones del país. Están las divisas disponibles para el normal funcionamiento de la actividad productiva".

Y si bien las propias fuentes oficiales estimaron que la mayoría de los importadores no podrá cumplir con las nuevas condicionalidades, desde el Banco Central aclararon que harán modificaciones si detectan que hay trabas a las importaciones.

En principio, las últimas restricciones instauradas esta semana, tendrán vigencia hasta el próximo día 30.

Algunas de esas condiciones son:

  • Que las empresas no hayan accedido a dolarizarse en el mercado "contado con liqui" en los últimos 90 días. Y comprometerse, bajo declaración jurada, de que tampoco lo harán en los tres meses siguientes.
  • Que no tenga activos en dólares en una cuenta del extranjero.
  • Tampoco divisas atesoradas por afuera del sistema financiero argentino (en una caja de seguridad, por ejemplo).
  • Que cumpla con un cupo de importación: básicamente, no se puede comprar más dólares de los que ya se importó en bienes o servicios.
  • En el caso de las pymes, la condición es que no hayan accedido a los créditos subsidiados a una tasa anual del 24 por ciento.

Hay excepciones: las importaciones de medicamentos y los pagos de productos vinculados con el Covid-19, como los kits para realizar testeos.

Dureza inédita

"En 34 años de trabajo en el comercio exterior, nunca vi algo de tanta dureza para acceder a los dólares oficiales", comenta el funcionario de un banco líder, experto en estos temas, ante una consulta de iProfesional.

Esa fuente comparó estas condiciones a las que existieron, por ejemplo, a mediados de la década del ´80, cuando -bajo el gobierno de Raúl Alfonsín- era necesario realizar un depósito previo para importar mercadería, que recién se podría abonar si el Banco Central, presidido por entonces por José Luis Machinea, aprobaba el "formulario 4008".

"Ni siquiera en la época del cepo del Cristina, la situación fue tan extrema. Estaban las DJAI (muchas de las cuales se aprobaban vía amparos judiciales), y el cupo era de u$s50.000 por día. Para una gran empresa es poco, pero a las pymes les solucionaba la vida", rememora el mismo experto.

Desde el sector privado, lejos del optimismo expresados por los funcionarios, suponen que en las próximas semanas habrá una parálisis del comercio exterior. Un posible efecto no deseado para cuidar las Reservas.

De acuerdo a estimaciones de distintas consultoras de la City, en el Banco Central quedan unos u$s8.500 millones de reservas "netas". Un monto exiguo, si se tiene en cuenta que el BCRA viene perdiendo divisas desde mediados de abril, por las maniobras de las empresas para adelantar pago de importaciones o bien para pagar deudas en el exterior.

Los funcionarios ganan tiempo

Un funcionario del equipo económico admite, ante iProfesional: "Las medidas del Banco Central evitan desbordes; males mayores. Responden a un problema -la caída de las reservas-, pero no tratan de dar ninguna solución".

La idea de los funcionarios es que si, finalmente, la Argentina se pone de acuerdo con los acreedores y se evita el default, estas restricciones podrían ser flexibilizadas. Por eso mismo se pone como fecha límite de vigencia, el próximo martes 30.

El propio Miguel Ángel Pesce ya admitió esa fecha clave. "Espero que podamos liberar el mercado una vez que se resuelva esta negociación por la deuda", dijo Pesce en una entrevista telefónica con la agencia Bloomberg, antes del fin de semana.

Pesce justificó las medidas con el argumento de que había que dar una señal de estabilidad al mercado.
Pesce justificó las medidas con el argumento de que había que dar una señal de estabilidad al mercado.

El director de un banco privado líder coincide con el diagnóstico: "Un acuerdo por la deuda es clave. Aliviaría todos los canales de crédito con el exterior. Imagínate ahora, quién le va a abrir una carpeta a una empresa argentina. Hay mucha desconfianza", afirma.

Desde el lado de las empresas, Rubén García, presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), lanza una advertencia: "Es una medida que resulta violatoria de la Constitución por la igualdad ante la ley. Muchas empresas estarían haciendo una cautelar si fuera otro el tiempo de la Justicia", asevera.

Desde el BCRA son categóricos: Pesce no quiere que, en una actividad ya severamente golpeada por la cuarentena, haya un golpe mayor por culpa de las restricciones. Por eso mismo prometen realizar modificaciones para los casos que, en verdad, detecten que las empresas se vean impedidas de llevar adelante su proceso productivo.

Desde que puso las limitaciones a las ventas de divisas, el BCRA logró dar vuelta la dinámica cambiaria: entre el viernes y ayer miércoles -lejos de perder reservas- pudo adquirir u$s460 millones.

Ese resultado, un verdadero alivio al fin de cuentas, podría ser momentáneo si, para lograrlo, se castigan el normal abastecimiento de las empresas. Ahora viene el trabajo fino para despejar lo que son maniobras especulativas del trabajo productivo.