Cada vez más gente deja de pagar expensas: edificios se deterioran y peligran sueldos de los encargados
La parálisis económica derivada de la expansión del Covid-19 en Capital Federal y el conurbano bonaerense coloca a los consorcios de esta parte del país al borde del desmoronamiento. Como nunca antes en décadas, la morosidad es tendencia predominante en el grueso de los edificios. Y entre los administradores se multiplican las preguntas respecto de cómo hacer para que los complejos de viviendas no colapsen.
La merma en la recaudación, indicaron a iProfesional desde organizaciones como la Liga del Consorcista, viene originando un endeudamiento fuerte de los edificios tanto en lo que hace a servicios de agua, luz y gas, como en el ABL que el Gobierno de la Ciudad sigue remitiendo a cada locación.
De acuerdo con la entidad mencionada, y en coincidencia con referentes de la Federación de Asociaciones de Consorcios, la morosidad promedio ya es del 45 por ciento con picos de hasta 60 en determinados complejos. Ambas organizaciones señalan, también en sintonía, que la falta de pago se extiende por todos los barrios de Capital Federal sin que exista una zona que resalte.
"La situación es catastrófica para los consorcios, que no han recibido hasta ahora ningún tipo de ayuda oficial. Estamos tratando de obtener la calificación de pyme para ver si de esa manera logramos que el Gobierno al menos cubra las cargas sociales de los encargados. Sería de gran ayuda dado que, de lo que se cobra de expensas, el 70 por ciento tiene como destino el salario y demás ítems de esos mismos encargados", dijo a iProfesional David Loisi, máxima autoridad de la Liga del Consorcista.
El directivo sostuvo que, desde inicio de la cuarentena, el grueso de los consorcios optó por suspender las penalizaciones para quienes incumplan el pago de expensas. Esto, como medida tendiente a no agravar las dificultades financieras de inquilinos o propietarios. Pero que la intensificación de la parálisis económica terminó transformando en deudor a personas que jamás incumplían con el compromiso.
"La gente no puede pagar. No tiene con qué. Y para los consorcios los gastos no disminuyeron. De hecho, en algunos casos se incrementaron fuerte por el costo de mantenimiento. Hay que pensar que muchos encargados se ubican en la franja del grupo de riesgo, por lo que automáticamente con la irrupción del coronavirus dejaron de trabajar. A esas personas igual hay que cubrirles el salario pero con el problema de que, además, hay que contratar suplentes para que se siga haciendo la limpieza de los edificios", dijo Loisi.
Pago fraccionado a los encargados
Desde la Liga del Consorcista indicaron a iProfesional que a raíz de la fuerte caída de la recaudación, en más de un complejo de viviendas comenzó a aplicarse el pago "escalonado" de los sueldos del encargado.
"El encargado es un trabajador como cualquier otro, pero con una diferencia: a su actividad no se le fijó de forma oficial ningún recorte en el monto de sus salarios. El inconveniente está en que la mayoría de los consorcios no puede sostener el pago sin recaudación. Lo que está ocurriendo es que, en aquellos casos donde existe una confianza fuerte con el encargado, se negocia un pago dividido de haberes", sostuvo Loisi.
El experto precisó que, bajo esa modalidad, en algunos casos se abona 50 por ciento del salario de un mes y luego, ya al período siguiente, se completa la porción restante.
"En muchos casos se completa antes, no se llega a postergar al mes siguiente. En cuanto el consorcio se hace con el pago de alguna expensa, lo primero que se salda es la fracción adeudada de ese sueldo. Pero lo valioso es que muchos encargados entienden el escenario y ponen su buena voluntad para que los edificios no dejen de tener su limpieza y mantenimiento", aseguró.
Desde la Federación de Asociaciones de Consorcios su titular, Samuel Knopoff, sostuvo ante iProfesional que el incremento de la morosidad también tiene sustento en que, por efecto de la falta de pagos de algunos departamentos, los montos se dividen y van a parar a las facturas del resto de las viviendas. Ese aspecto, comentó el directivo, operó como "cascada", acentuando aún más la morosidad.
"En las expensas cuando alguien no paga, bueno, eso se fracciona y agrega al importe del resto porque el consorcio debe seguir funcionando y los fondos se necesitan sí o sí. Pero el nivel de morosidad subió tanto con la cuarentena que para los pocos que seguían pagando mes a mes se les hizo imposible sostener el compromiso. Hoy, la situación es de consorcios arruinados y edificios que mes a mes se endeudan más y más porque no alcanzan a cubrir los servicios esenciales", aseguró.
Knopoff sostuvo que el peso del salario de los encargados en el bolsillo de los consorcios se hizo más intenso en estas semanas de cuarentena en tanto, por acuerdo gremial, "los porteros acaban de hacerse con un bono de 3.000 pesos con retroactividad a febrero y marzo".
"Hoy tenemos la situación de edificios muy endeudados en luz y gas porque lo poco que entra va a parar a los encargados. Es una situación que ya venía difícil previo al coronavirus. Ahora directamente se ha vuelto imposible de sobrellevar. La salida de esto será con consorcios que deberán tramitar algún tipo de ayuda financiera con los bancos para poder cubrir algo tan simple como los servicios básicos que requiere un complejo de viviendas", vaticinó.
Amenities y desinfección
La falta de fondos, reconoció Knopoff, obliga a reparar en la capacidad de los consorcios de garantizar la desinfección de los edificios en esta instancia de pandemia. Respecto de esto, el titular de Federación de Asociaciones de Consorcios "blanqueó" sus reservas.
"Si no hay una mejora en la recaudación, será muy difícil sostener la limpieza que se necesita. Hoy todo lo que es mantenimiento está muy parado. Ni hablar de las refacciones que se venían haciendo en algunos lugares. Eso se detuvo por completo: no hay plata", expresó.
Loisi, de la Liga del Consorcista, fue más cauto. "Por el momento no hay inconvenientes, aunque los consorcios están buscando la manera de garantizarse nuevos fondos para que se puede cumplir con la desinfección. Algunos están negociando para instalar cartelería, otros dialogan con los bancos. Hay tareas que se siguen realizando sin cambios más allá del problema de dinero. Desinfección de tanques, de áreas comunes, por ejemplo. Confiamos en que habrá una ayuda oficial si el panorama se complica más", dijo.
Consultados respecto de las pautas establecidas para los "amenities", en tanto puntos que podrían generar algún tipo de aglomeración, Loisi reconoció que en algunos complejos "es un tema de debate fuerte".
"Una opción que se está planteando es que exista una división por terminación de DNI, par o impar, para establecer el acceso y uso de esas áreas. En algunos edificios se estableció de esa manera, de manera interna, dado que no existe una pauta oficial sobre cómo establecer la actividad dentro de los complejos de viviendas", explicó.
Por su parte, Knopoff fue contundente. "Es insólito pero no existe ningún tipo de protocolo establecido para los consorcios. Con todo el riesgo que eso implica en caso de contagio. Hoy garantizar la salud depende de las mismas personas que viven en los edificios y alguna pauta común que se les establece a los encargados. Lamentablemente, nadie a nivel autoridades reparó en el desastre que podría originar esta falta de pautas sanitarias para los sitios donde vive mucha gente", concluyó.