Las dos caras de la logística: mientras el traslado de cargas se desploma crece de manera exponencial el "puerta a puerta"
La logística atraviesa dos momentos casi contradictorios: por un lado, la distribución de productos que se compran a través de internet crece de manera exponencial; por el otro, el traslado de mercancías de un lado a otro del país está reducido prácticamente a la mitad. La cuarentena es la razón de ambas situaciones, aunque ambas también llegarán a una conclusión común: la digitalización de los procesos logísticos inició una aceleración que ya no tendrá marcha atrás una vez que comience a retornarse a la nueva normalidad.
Los datos muestran la disparidad que atraviesan los dos segmentos de este sector. Mientras que la distribución de productos en media y larga distancia implicó una reducción del 55% de los camiones en circulación, de acuerdo a datos de la Cámara de logística especializada en distribución y transporte (CEDOL), las empresas que se ocupan de la logística de última milla, la que une al comprador con una tienda por la vía digital, experimentan crecimientos que están por encima del 50% según el caso. La compra en supermercados, en farmacias o en plataformas horizontales explican el comportamiento.
Las aplicaciones como Rappi, Glovo, Pedidosya están cubriendo aquellos lugares que, aún con un sistema de logística incorporado, no dieron abasto con la demanda. A ellos se sumaron en las últimas semanas las opciones de las aplicaciones de movilidad que, con una caída del 80% de la actividad del traslado de personas, se dedicaron también a los envíos entre personas, aún cuando algunas mantienen acuerdos con cadenas de retail para resolver la llegada al consumidor. Inclusive algunas agencias de viajes también dieron un viraje agresivo a su foco de negocio para ocuparse de este aspecto.
Que hayan podido readaptarse en el lapso de 15 días o menos de un mes a una situación que aprieta desde lo sanitario y desde lo estrictamente económico responde a un factor esencial: el basamento tecnológico sobre el que tienen cimentado su negocio y su estrategia. Y es lo que también se observa en el mundo de la logística.
Moova es una empresa que conecta a vendedores y compradores mediante la tecnología para ocupar la capacidad ociosa de todos aquellos que se dedican al traslado de algo, sean cosas o personas, como remiserías, agencias de motomensajería, pequeños camiones y fletes, y también a los que realizan los trabajos de delivery de manera autónoma como rapitenderos o glovers. Esa conexión se realiza mediante una aplicación que conecta a ambas puntas cuando se lo necesita con el objetivo de hacer la entrega en el mismo día.
Con apenas algo más de un año de operaciones, la empresa pasó de tener unos 10.000 entregas por mes a más de 25.000 en el primer mes de la cuarentena.
"Les damos a las compañías de logística, una herramienta tecnológica donde cada empleado se baja la app y el encargado de esa compañía ven en donde están los moovers y en dónde hay nuevos pedidos", explicó a iProfesional, Tony Migliore, fundador y CEO de Moova. Moovers se les llama a los trabajadores que están realizando las entregas.
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Sostuvo que la ventaja de la herramienta es que permite contar con flotas a medida y, como los clientes toman el servicio a voluntad, termina ofreciéndose una solución potente y flexible que permite encontrar rápidamente la logística que se necesita para, en un escenario como el actual, poder responder a la demanda.
"Empezamos a operar hace un año, en marzo de 2019. En este tiempo realizamos 100.000 entregas, donde por lo general se trataba de productos. Ahora estamos duplicando esa cantidad. En el primer mes de cuarentena pasamos de 10.000 a 25.000 entregas aún con un contexto de muchas restricciones", agregó, además de la incorporación de nuevos rubros para distribuir, como pizzas o hamburguesas.
En el otro lado de la logística la del transporte de las mercancías de media y larga distancia, la situación es distinta, tal como se describió más arriba.
"El mercado se resintió en general, a diferencia de la última milla porque el parate fue muy fuerte para la industria en general y los camiones en particular, con la excepción que representaron la agroindustria, los alimentos y la limpieza. Para nosotros fue un golpe pero no tanto, aún cuando lo vinculado con materiales para la construcción cayó a cero y la larga distancia en general, entre 60% y 70%", admitió a este medio Diego Bertezzolo, cofundador y CEO de Avancargo.
La compañía opera como si fuera un Uber de camiones. Mediante un app quienes tienen que enviar cargas de un lugar a otro la solicitan y eligen la que les resulta más conveniente dentro de un menú de propuestas que recibe. La ventaja es que, al regreso, ese camión tiene la chance de hacerlo con otra carga y, así, evitar volver vacío, lo que se traduce en una mejora de los costos.
Como la media y larga distancia está parada, por estos días la empresa mantiene conversaciones con una empresa que, aún teniendo uno de los mejores sistemas de logística del país, necesita reforzar esa última milla. Entonces Avancargo tendrá la chance de acercar a los vendedores a los depósitos a fin de que se resuelva más rápidamente el tramo de llegada al usuario final.
"Nos integraremos en la cadena de valor de estos vendedores que necesitan llegar con pallets o con otros volúmenes a determinados puntos. Esto es algo que surgió en este contexto pero que lo vemos como una actividad que, en el futuro, podría ser más importante", agregó Bertezzolo.
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Lo que dejará la crisis
Más allá de que parte de la experiencia de compra por internet sucedida desde el inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio viene sufriendo más tropiezos de lo previsto -y que se ve a las claras en los casos de los supermercados que no dan abasto con los envíos a domicilio y los tiempos de entrega- la conducta prevalecerá. Y es lo que ya están anticipando los especialistas en consumo, en logística y en innovación.
"Esta crisis es profunda y violenta. Aquellas empresas de comercio electrónico que están sólidas en los aspectos de logística los profundizan y las que no, quedan desnudas. Esto sucede porque no se aborda la experiencia de la compra electrónica de manera completa. Aquellas empresas nativas digitales que registraron algún problema en la logística ante esta situación pudieron resolverlo rápidamente, otras no", expresó, por su parte, Alvaro Casalins, socio de líder de innovación de KPMG.
La logística es la parte más aburrida de la venta on line o de cualquier otro proceso donde esté involucrado el uso de tecnología para unir partes. Pero es fundamental para que todo el diseño del negocio previo opere correctamente.
Casalins señaló que el comercio electrónico tiene muchos puntos de dolor: el primero, acceder al sitio y hacer rápidamente la operación; el segundo, concretar rápidamente el checkout, el pago; y tercero, la logística que, en su mirada, es el secreto para que todo lo anterio termine de cerrar de manera completa.
Por eso, Migliore, de Moova, apuntó que la plataforma que ofrecen "está en el medio de las compañías y de los usuarios finales, por ejemplo, los vendedores de Mercado Libre. Los dos son clientes y en la suma de ambos factores se encuentra el mayor valor del servicio".
Si bien Moova resuelve la parte de la entrega el objetivo es ayudar a las pyme a llegar con sus productos a los compradores. Objetivo que se cumple también cuando se busca ocupar la capacidad ociosa de todos aquellos que, de una manera u otra, se dedican a cubrir la última milla.
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Transformación digital al fin
La previsión hacia adelante es que el crecimiento experimentado en estos días de cuarentena continuará produciéndose porque hay hábitos de compra que se consolidarán, más allá de que un día se vuelva a la actividad sin confinamiento.
Del lado de la logística de media y larga distancia la previsión es la misma. "Vemos que esto permitió una mayor apertura al cambio de procesos. El traslado de mercaderías está muy atado al papel y no importa si es el camionero o el ejecutivo de una empresa que hace un envío. Una entrega urbana de productos de consumo masivo puede tener hasta 90 hojas de remitos que tienen que ser validados en papel para que la carga se pague. Como nuestra solución permimte digitalizar estos procesos en estos días se vio un mayor interés para ir hacia ese cambio de procesos", señaló Bertezzolo.
Se trata de un proceso de transformación digital que generará mayor agilidad en la logístia, especialmente en un sector donde hay más de 300.000 camioneros y dueños de camiones que se mueven a lo largo del territorio argentino, y más del 90% de los camiones circulantes pertenecen a pymes.
"No prevemos ningún tipo de baja de esta actividad en el futuro, todo lo contrario. Esto creció mucho y estamos reforzando la operación. Esto no se pudo prever", anticipó Migliore, para quien la nueva normalidad introducirá nuevas costumbres donde internet, lo digital ocupará un lugar de mayor peso.
"Estamos atravesando un pico de demanda de los distintos servicios pero van a quedar las prácticas. Pensar en el comercio electrónico ya no es pensar sólo en una tienda sino en explorar las múltiples posibilidades de ventas por Whatsapp o por otras vías y llegar con otro servicio. Los supermercados o aquellas empresas que resuelvan con calidad los problemas que se registraron a nivel de logística serán los que capturen la mayor adopción hacia adelante", consideró Casalins.
Para el ejecutivo de KPMG si bien la logística mejoró mucho en el último tiempo, también a nivel de la última milla, todavía tiene chances de continuar incorporando nuevos elementos que le permitan sumar alternativas para llegar mejor a los consumidores. Ejemplificó con las farmacias y las estaciones de servicios como espacios que pueden integrarse para mejorar lo relativo a agilizar las entregas a nivel de la última milla.