El índice de pobreza trepó hasta el 35,5% al cierre de 2019: afecta a más de 16 millones de argentinos
El Índice de pobreza alcanzó al 35,5% de la población económicamente activa al cierre del segundo semestre de 2019, lo que representó una suba de 3,5 puntos porcentuales respecto al 32% de igual período del año anterior, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
En tanto, el nivel de indigencia alcanzó entre julio y diciembre del año pasado al 8%, por encima del 6,7% de igual período de 2018.
De esta manera, en base a una población total estimada en 47 millones de habitantes, alrededor de 16,4 millones de personas no tuvieron los ingresos suficientes para adquirir alimentación, pagar servicios básicos y comprar indumentaria que se requieren para no ser ubicados por debajo de la línea de pobreza.
De este número, 3,7 millones son indigentes, es decir que sus ingresos no alcanzaron para comprar el mínimo de alimentos para la subsistencia.
Al término del segundo semestre del año pasado, el índice de pobreza se ubicó en 35,4 % y el de indigencia en 7,7%.
En cuanto a la condición de pobreza por grupos de edad, más de la mitad (52,3%) de las personas de 0 a 14 años eran pobres.
Alerta por el coronavirus
El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, destacó este miércoles que "el primer objetivo" de la cartera que conduce en el actual contexto de crisis económica por la pandemia de coronavirus es "sostener el ingreso de las familias" que se encuadran dentro del universo del 40% de informalidad laboral.
Al exponer de forma virtual ante la comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados, enumeró las políticas de refuerzo económico para los sectores más vulnerables, como los jubilados de la mínima, los beneficiarios de Asignación Universal por Hijo, de planes sociales y del Ingreso Familiar de Emergencia.
Precisó que una segunda pata de la política de su Ministerio son las políticas de refuerzo alimentario a comedores y merenderos escolares y comunitarios, con un aumento de fondos y del universo de beneficiarios, de 8 millones antes de la pandemia a 11 millones de personas en la actualidad.
El tercer objetivo es lograr que en los barrios más vulnerables, donde la gente vive en condiciones de hacinamiento, haya "el menor movimiento posible" en el marco del aislamiento social obligatorio.