Piacentini: "Alberto está tomando medidas significativas pero no creo que reviertan la situación actual"
Las primeras medidas económicas están sobre la mesa, y para analizarlas iProfesional entrevistó a Felix Piacentini, economista salteño que fue durante los últimos tres años de la gestión de Mauricio Macri el Director Nacional de Asuntos Provinciales dentro del Ministerio de Hacienda.
En su diagnóstico, el también ex asesor económico de la Dirección General de Rentas de la Provincia de Salta considera que el gobierno de Alberto Fernández está atacando el problema que tiene la Argentina elevando impuestos pero que esta estrategia no contribuye a reactivar la economía.
Incluso, afirma que las restricciones al acceso al dólar tienen "más perjuicios que beneficios", algo que "va generando una presencia de tipos de cambio múltiples", enfatiza Piacentini, que además fue desde 2009 a 2013 el Economista Jefe de la Filial NOA del IERAL de Fundación Mediterránea.
-¿Cómo evalúa las medidas que está barajando Alberto Fernández para revertir la situación actual?
-Ya está tomando medidas significativas pero no creo que provoquen como resultado revertir la situación actual, porque se está atacando el problema elevando impuestos. Es el caso de la actualización de retenciones, que se las lleva al máximo posible que se había instaurado el año pasado. También ocurre con la doble indemnización por despido por 180 días y lo de posponer con los gobernadores la baja gradual de ingresos brutos, que obviamente es un componente muy importante de la competitividad de las economías regionales. Esto se debe a que es un tributo que incide en las provincias porque tiene un efecto cascada en los costos que se van acumulando en el eslabón de la cadena productiva. Lo mismo ocurre al aumentar el impuesto de los bienes personales.
Es decir, se está aumentando la carga fiscal y entorpeciendo la flexibilidad del mercado laboral, algo que hace muy difícil pensar que eso va a reactivar la economía y que va a mejorar la productividad de nuestras empresas. En definitiva, era lo esperable y lo que se preveía que se anuncie: un combo muy heterodoxo dentro de la necesidad de seguir conteniendo el gasto público y alcanzar un equilibrio primario para este año, después de un déficit muy grande.
-¿Por qué sostiene que no se va a reactivar la economía?
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-En una posible reestructuración de deuda que se ofrezca como plausible a través de un mejor resultado fiscal o equilibrios primarios, a medida que estos equilibrios se consigan más por aumento de la presión fiscal que por contención del gasto, eso no va a tener un efecto reactivante sobre la economía tan grande. Me refiero en el sentido que va a ser compensado con mayor "gasto social" o aumento de salarios. Es apuntar al mercado interno solamente, achicando nuestra productividad y presencia en el mundo y eso hace que la economía crezca menos.
-Todo indica que el Gobierno va a recurrir a subir la emisión para recomponer el consumo, ¿cómo puede impactar esto en la inflación?
-La emisión de dinero siempre va a repercutir en los precios, la única diferencia es que eso se puede esperar a que ocurra más rápido o lento. Pero en una economía donde la demanda de pesos ya es baja, el dólar volvió a hacer de reserva de valor por excelencia de cualquier argentino promedio, evidentemente eso va a producir que una mayor emisión monetaria produzca un impacto en precios.
-¿Entonces?
-Algo de ese impacto puede contener el Gobierno al apreciar el tipo de cambio. Es decir, usar al tipo de cambio como ancla nominal, pero tarde o temprano eso tiene efectos de emisión monetaria, y usarla para financiar al Tesoro va a tener un impacto en la inflación. Puede ser más lento esto en medio de una economía recesiva y sin demanda de pesos por la desconfianza de la gente. Pero con la experiencia que vivimos con este mismo gobierno en el pasado y el uso creciente de la emisión, creo que el impacto va a ser bastante rápido en los precios pero va a estar compensado con el ancla del tipo de cambio nominal, incluso con tendencia a la apreciación.
-¿Y cómo ve el recargo de 30% a compras al exterior y otras medidas restrictivas al acceso al dólar?
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-Tiene más perjuicios que beneficios. Además es curioso que este mismo gobierno en su primera gestión, con un tipo de cambio apreciadísimo devolvía encima el 35% de las compras con tarjeta en el exterior. Pero ahora ha tomado la decisión totalmente opuesta que, con un tipo de cambio muy depreciado, que de por sí desestimula los viajes al exterior de los argentinos. Y ahora encima se agrega un impuesto del 30% a esas compras. Me parece que subir un impuesto sobre una base imponible decreciente me parece un mal negocio porque produce todos los incentivos erróneos, limita las libertades económicas y además ni siquiera produce un efecto fiscal importante.
Entonces, "cuidar" los dólares por ese lado y pretender frenar una sangría de divisas por ahí no tiene sentido y afecta siempre a los sectores que, dentro de las posibilidades que tienen de viajar y de consumir en el exterior, son los más pertenecientes a la clase media que a los más acomodados. Y entorpece un montón de operaciones, como a pymes o startups que compran insumos y pagan con tarjetas de crédito. En cambio, una empresa grande no compra así sus insumos. Entonces es más el ruido y la distorsión que provoca que el efecto fiscal y el efecto de drenaje de divisas. Además genera una sobreprotección de la industria local y del turismo nacional, que puede generar que estos sectores incrementen sus precios. Algo que también reduce el atractivo y competitividad de estos sectores internos.
-En cuanto a los efectos, ¿qué puede ocurrir con el cepo cambiario y el dólar?
-El cepo es una medida que, y la experiencia lo demuestra, es más fácil de poner que de levantar, sobre todo en una situación en la que el Gobierno argentino coquetea con el default, y en la que luego de los resultados post PASO se generó un shock de confianza tan negativo. Algo que provocó una estampida y pérdida de casi el 50% de los depósitos en dólares del sistema financiero, por lo que el cepo es algo que va a quedar como una medida por un tiempo más. Quizás se pueda lograr una estabilidad macroeconómica y luego relajar un poco la restricción del monto de compra mensual de dólares, que ha quedado muy bajo. Pero no apostaría a eso ni en el corto ni el mediano plazo.
Con respecto al dólar, estas medidas restrictivas al turismo exterior y el aumento de retenciones van generando una presencia de tipos de cambio múltiples en la economía argentina, y un dólar oficial que va quedando rezagado. Entonces ya tenemos que empezar a ver al dólar blue como el dólar libre y el de referencia, y ya ahí hay una brecha que se va incrementando. Esto tampoco es nuevo, recordemos que el kirchnerismo tuvo un tipo de cambio oficial muy apreciado para contener la inflación y para mejorar el salario real de un sector más "urbano" a través de esa herramienta. Por ese lado, es de esperar ahora un tipo de cambio que tienda a la apreciación y uno blue o libre que refleje más la inflación y no se atrase en términos reales.
-Como ex funcionario, ¿cómo cataloga la situación financiera que dejó la gestión macrista?
-A pesar que el actual gobierno describe que recibe una herencia muy complicada, hubo un avance en una serie de cuestiones, como alcanzar un equilibrio primario que debería preservarse a toda costa, una baja de algunos puntos del gasto público, un sinceramiento bastante avanzado en tarifas que no se alcanzó del todo por una dinámica política y electoral, y una reducción del resultado negativo de la cuenta corriente. Es decir, si se juegan cartas medianamente razonables, la economía argentina podría empezar a crecer más rápido en la medida que se pueda provocar un shock de confianza en la gente y en los inversores.
-En general, ¿qué reformas se deberían realizar para tratar de revertir la situación actual?
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-En cuanto a las reformas estructurales, creo que la única que se está pensando que es importante es la reforma previsional y se puede encarar con apoyo legislativo. La fórmula hoy implica un gasto creciente que va a ser muy difícil de financiar en un momento ya que ajusta en una dinámica inflacionaria importante, en base a la inflación pasada, algo que provoca cierta inercia en el gasto y es difícil de reducir. Además aumenta el porcentaje del gasto público, que es inflexible a la baja porque tiene un componente social, de jubilaciones y otras cuestiones.
-¿Qué salida hay entonces?
-Se debería abrir más la economía para aprovechar nuestras ventajas comparativas, porque no tiene sentido proteger ciertos sectores que producen bienes a precios muy superiores respecto al resto del mundo, algo que reduciría la oferta de los mismos. Eso se traduce en un salario con menor poder adquisitivo de la gente. Pero no tengo fe a que se pueda abrir más la economía y ayudar a la inserción de Argentina en el mundo, camino que se había emprendido con el anterior gobierno.
-En resumen, el déficit fiscal es un gran problema y no hay margen para aumentar el gasto, ¿puede Fernández así revertir la crisis?
-El déficit es un problema, hay un indicio de que se quiere cuidar el avance realizado en los últimos cuatro años en el sentido de alcanzar un equilibrio primario, porque es una condición sine qua non para reestructurar la deuda. Nadie va a poder reestructurar la deuda si no se garantiza un sendero fiscal doblemente positivo para mostrarles a los acreedores que tenemos capacidad de repago de la deuda. El problema es que hasta ahora las medidas atacan los ingresos, o sea, aumentar los ingresos no significa necesariamente que se mantenga a raya el gasto. Es una forma de cuidar el equilibrio fiscal que no es reactivante.
Por eso lo reactivante, en todo caso, sería tratar de no subir la carga fiscal y disminuir el gasto público en un sendero socialmente aceptable como para que deje de ser un elemento de presión, tanto para la inflación como para el programa de endeudamiento. Ambas cosas generan después una pérdida de poder adquisitivo en nuestra moneda, nerviosismo, volatilidad del dólar y falta de interés del mundo de invertir en Argentina.