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Cupos de importación, licencias no automáticas y crédito barato: la expectativa industrial tras el discurso de Alberto en la UIA

"No vamos a traer remeras de China ni bicicletas de Corea", dijo Alberto Fernández ante la UIA. Ahora, los industriales aguardan definiciones a su favor
30/11/2019 - 00:01hs
Cupos de importación, licencias no automáticas y crédito barato: la expectativa industrial tras el discurso de Alberto en la UIA

"No voy a traer camisetas o pantalones de China, bicicletas de Corea o zapatos de Brasil para que nuestra producción siga cayendo". Pocas frases de Alberto Fernández han sido tan aplaudidas como esta, pronunciada durante su participación en la 25ª conferencia anual de la UIA. El día después del discurso, mientras los industriales siguen celebrando las señales de cambio de rumbo en la economía, la actividad principal entre los empresarios es redefinir la estrategia de negocios bajo la luz de una nueva política industrial.

Los industriales intentan decodificar el mensaje que Fernández dejó plasmado durante su discurso en Parque Norte y empiezan a imaginar las medidas concretas en que se traducirá esa promesa de poder controlar el mercado interno, sin la amenaza de los productos importados.

En realidad, no hay expectativa por medidas muy novedosas sino más bien por el regreso de viejos conocidos. Analistas económicos vinculados al sector consideraron que de la mano del nuevo Gobierno podrían volver a entrar en vigencia algunas medidas que ya fueron implementadas durante el gobierno de Cristina Kirchner, en especial cupos para importación y restauración de las licencias no automáticas.

Al menos, eso es lo que se interpreta en las gerencias industriales luego de haber escuchado al presidente electo afirmar que se volverá a priorizar la producción y la generación de empleo por encima de la "especulación financiera".

"Ninguna diferencia me va a hacer poner a la Argentina en el lugar equivocado. Es un lugar donde vamos a poder discutir las políticas para el futuro; el desarrollo de la industria y la generación de trabajo serán una política de Estado. Las mejores sociedades son las que cuidan el trabajo en blanco y el trabajo industrial. Aunque nos quieran hacer creer otra cosa, el trabajo industrial es el más seguro para progresar socialmente", dijo.

Además, Fernández le dejó un mensaje claro al sector: "Necesitamos que lo industriales vuelvan a tener crédito, vuelvan a producir y tengan trabajo. En un país donde el crédito se ha vuelto inaccesible, muchas pymes dejaron de hacer aportes patronales y de pagar impuestos", manifestó.

El Plan de Alberto para la Industria

El cierre de varias plantas industriales por culpa de la profundización de la crisis, refieren las fuentes consultadas, incrementó la preocupación de Fernández.

El esquema imaginado por el equipo del presidente electo tiene una cuestión medular: lo que se viene es una especie de "negociación multi banda" (con diferentes sectores económicos) para tratar de redireccionar recursos que ayuden a reconstituir la actividad de la industria.

Este plan cuenta con algunos ejes que el futuro jefe de Estado considera necesarios para salir del pozo de la crisis:

-Transferencias de recursos: entraría perfectamente en el concepto que la propia Cristina Kirchner viene pronunciando cada vez que presenta su libro "Sinceramente".

Se encuentra bajo el paraguas de un "nuevo contrato social", pero que en los hechos significa que "los que más tienen sean solidarios con los que menos tienen", como planteó la expresidenta.

En concreto, la idea pasaría por quitarles margen de rentabilidad a empresas de servicios públicos -en particular se evalúa sobre algunas eléctricas- y a las concesionarias de peajes, que perciben ingresos por doble vía: los tickets vendidos a los particulares y los subsidios del Estado.

Lo mismo vale para las retenciones que se cobran al "campo". No es ningún secreto que, si triunfa Alberto F., habrá una actualización de lo que el Estado percibe como "derechos de exportación" al sector rural.

La única duda que existe refiere al monto de esa actualización: si lo que hoy en día es un monto fijo de $4 pasará a otro de $6; o si directamente se sustituirá la fórmula vigente por otra que tome en cuenta los precios móviles.

-Financiamiento a empresas: este punto se vincula, indefectiblemente, con el anterior. Cuáles serán los sectores y empresas que merecerían una ayuda. Es decir, una asignación de recursos.

La mira está puesta en aquellos sectores más castigados en los últimos años, pero que en caso de una recuperación serían los primeros en captar mano de obra.

En la lista figuran: calzados, textiles, indumentaria, muebles y metalúrgicas. En todos los casos, la idea es asistir a pequeñas y medianas empresas. Sería a través de una tarifa subsidiada. Y un financiamiento mediante un fondo específico, liderado por la banca pública.

"Necesitamos que las Pymes puedan acceder a capital de trabajo o al descuento de cheques y que no sea más caro que el 30% o el 35% anual", dice la fuente.

En contra de lo que aconteció durante el gobierno de Cristina Kirchner, no habría la chance de obtener financiamiento a través de la Anses, cuyo FGS ha quedado golpeado por las decisiones tomadas durante la crisis.

-Protección comercial: la intención es poner una "administración cuantitativa" del comercio exterior. Esto significa la imposición de cupos a las importaciones de productos sensibles. En los primeros borradores se descarta un incremento de aranceles ya que "terminan encareciendo los productos que entran".

En cambio, existe la idea de aumentar el respaldo a aquellos sectores que inviertan y tomen personal. Dado que el diagnóstico es que la capacidad ociosa en la industria se encuentra en niveles históricamente elevados, no habría que esperar nuevas inyecciones de capital en las empresas. Pero sí habría margen para incrementar las dotaciones de personal, según las expectativas "albertistas".

Desde el equipo del candidato alientan un estudio "sector por sector". Aunque arriesgan que esa protección comercial deberá acompañarse por un "monitoreo de los precios".

"Los beneficios vendrán con algo a cambio", prometen. Los sectores que, sugieren, podrían volcarse a ese sistema serían algunos de los ya mencionados: calzados, textiles, indumentaria, muebles y hasta el metalúrgico.

También habría una iniciativa para reflotar el "compre nacional" con el objetivo de respaldar el trabajo en las pymes.

Son medidas que suenan a cosa conocida, claro. En su mayoría, fueron aplicadas durante diversas etapas de la gestión kirchneristas -y años antes habían sido puestas en práctica muchas veces- y, como suele ocurrir en la Argentina, se trata de medidas que retrotraen al viejo debate sobre cómo desarrollar una industria nacional y hasta dónde el resto de los sectores deben contribuir a su financiación.

Lo cierto es que, con los niveles de capacidad ociosa tocando niveles récord y ante el temor de un agravamiento del desempleo, todo hace pensar que no habrá mucho margen para la oposición política ante una nueva versión de las fórmulas proteccionistas. El equipo de Alberto Fernández lo sabe, y sigue puliendo los detalles de su plan.

El entusiasmo de los industriales con Alberto Fernández

En el marco de la 25ª conferencia industrial, la UIA recibió con entusiasmo al presidente electo, Alberto Fernández, quien instó a los empresarios argentinos a "subir las persianas de las fábricas, sacar las lonas de las máquinas y volver a producir para crear trabajo y poner de pie a la Argentina".

El ex jefe de Gabinete fue recibido, entre aplausos, por los dirigentes industriales que se pusieron de pie ante la llegada del futuro mandatario, en medio de la expectativa que genera la próxima gestión.

Entre las definiciones de Alberto Fernández, los dirigentes de la UIA destacaron luego del discurso la referencia que el presidente electo hizo al federalismo industrial y la necesidad de establecer diferencias impositivas entre pequeñas, medias y grandes empresas.

"Entiendo que las pequeñas y medianas empresas deben tener regímenes impositivos distintos a las grandes. Eso es algo que les planteé a mis amigos de la CGT, que reconozco que no les gustó mucho, pero que vamos a seguir hablando", expresó Fernández.

En el mismo sentido, el mandatario electo indicó que las empresas del interior deben tener diferencias impositivas frente a aquellas que están asentadas en los grandes polos industriales, lo que generó un fuerte aplauso de todo el auditorio.

Si bien Fernández no dio definiciones claras ni anunció medidas económicas concretas, los industriales dieron su aprobación a las palabras del presidente electo y resaltaron su presencia en medio de una agenda que el propio invitado reconoció "muy cargada".