La banca mundial se disputa la deuda argentina
Los bancos están expectantes de que el presidente electo Alberto Fernández defina cómo y cuándo encarará la renegociación de la deuda que vislumbran como el mayor negocio financiero de 2020.
Unas 15 entidades financieras top a nivel global ya tienen propuestas elaboradas y se las acercaron al gobierno saliente y a los posibles negociadores de la futura administración. En el sector explican que si bien las comisiones son bajas, "el negocio está en el volumen".
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Según su visión, el tamaño de la renegociación argentina sería una de las mayores reestructuraciones mundiales de los últimos años, desde la de Grecia en 2012.
La comisión que cobran las entidades depende "de la complejidad" de la tarea, es decir, si "hay que convencer y arriar inversores" o si solo actúan "como un agente administrativo, de liquidación del acuerdo", y "del monto involucrado en la operación", explicaron a Perfil referentes del sistema financiero, abogados, y ex negociadores de deuda.
Un letrado señaló que "en general las comisiones son abajo del 1%", precisó que en los canjes de deuda de 2005 y 2010 fueron de 0,4%, y recordó que en el último caso la pagaron los inversores porque ellos habían acercado la propuesta de reabrirlo. En 2005 el monto a reestructurar fue de u$s81.800 millones y el efectivamente elegible fue de u$s62.300 millones (76% de los acreedores), mientras que en 2010 el volumen involucrado era de u$s12.800 millones y la cifra definitiva unos u$s10 mil millones.Según los expertos, para la actual transacción un 0,4% "sería mucho", y el consenso es que la comisión podría rondar "entre 0,15 y 0,20%" del monto efectivamente reestructurado.
El stock de la deuda pública bruta a fines de junio –último dato oficial disponible– es de u$s337.267millones. De ese universo, u$s142.013 millones es la deuda con el sector privado, que es la que sería renegociada.
De ese total, el 46,7% –unos u$s6.320 millones– está bajo legislación extranjera y es la que los analistas especulan que a la hora de reestructurarse requerirá por su complejidad de la intervención de los bancos "porque hay que diseñar la estructura adaptándola a la ley del país en el cual el bono fue emitido".
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Bajo el supuesto de que la comisión sea de 0,20% implicaría una retribución de u$s132 millones. Si se suma también la deuda bajo legislación nacional (el 53,3% restante), implicaría un premio para las entidades de u$s284 millones. Pero la opinión de los especialistas es que la discusión con inversores con deuda bajo ley doméstica la llevará adelante el gobierno porque alegan que "es más fácil de reperfilar, y de instrumentar desde el punto de vista operativo".
"Creo que será algo más directo, les hacen una oferta a los acreedores y aceptan o no", conjeturó un ex funcionario del área de Finanzas. Un abogado planteó que "se podría incluso no usar bancos si solo se modifican términos y condiciones de forma amigables, pero en algo más complejo es mejor tener un intermediario".
El ex funcionario calculó que el negocio para los bancos sería "de unos u$s100 millones, es muy apetitoso, va a ser el más jugoso del año en la región de América Latina". Según fuentes del sistema financiero, casi todos los bancos de inversión especializados en reestructuraciones porque tienen contacto con los bonistas acercaron sus propuestas.
Los expertos explicaron a Perfil que los bancos "pelean" por participar porque además de plata "les da visibilidad" y eso "les atrae otros negocios". Un directivo de banco internacional consideró a este diario que "es el mayor negocio de deuda del mundo en 2020" y admitió que "da mucho para cortar para adelante nuevos negocios".