Trump ahora se acerca a Alberto Fernández: hubo reuniones para hablar sobre inversión, deuda y agenda geopolítica
El Gobierno de Estados Unidos ya inició el diálogo con Alberto Fernández. El objetivo primordial es mantener la alianza con la Argentina ante las altas chances de la llegada de un gobierno kirchnerista en diciembre que enfriará las relaciones con Washington.
Las discretas reuniones con el equipo del candidato presidencial tuvieron lugar en las semanas previas a las elecciones primarias, en las que Fernández sorprendió a la administración de Donald Trump al derrotar por 15 puntos de diferencia a Macri, uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región.
En dichos encuentros que fueron confirmados a iProfesional por fuentes de ambas partes, la delegación encabezada por el embajador Edward Prado se interesó por los negocios de las empresas norteamericanas en Argentina, el pago de deuda a los bonistas y el acuerdo con el FMI. Mientras que en materia de cooperación se conversó sobre seguridad, contraterrorismo, combate contra la droga y el crimen organizado, proliferación de armas masivas, derechos humanos y situación en el mundo y la región, en particular Venezuela.
"Sí, nos reunimos (con el equipo de Fernández) y esperamos seguir haciéndolo", reveló a este medio el agregado de prensa de la embajada norteamericana, David Arizmendi. En representación del exjefe de gabinete, participaron miembros del grupo que lo asesora en relaciones exteriores. Los de mayor llegada son el exembajador ante EE.UU. Jorge Arguello, el excanciller Jorge Taiana y el exembajador ante el Vaticano, Eduardo Valdés.
"Los Estados Unidos esperan continuar su fuerte alianza con el pueblo argentino y su líder electo, cualquier sea el candidato que elija la gente como su próximo presidente", agregó el funcionario estadounidense ante la consulta sobre las relaciones que mantendrán con un eventual gobierno encabezado por Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
El candidato presidencial envió nuevas señales el jueves a Trump durante un evento organizado por Clarín en el Malba al que luego asistió Macri. Allí señaló que la relación con Estados Unidos tiene que ser "cortés, amable y respetuosa" y descartó un posible conflicto bilateral. Así, intentó reforzar una imagen de moderación ante las dudas que surgen en el norte sobre el rumbo de la Argentina. Entre otros motivos por la posible aplicación de controles a los capitales, la reestructuración de la deuda y la tensión con el FMI.
Estados Unidos es el principal inversor externo en la Argentina desde que en el año 2012 superó a España, con un stock de u$s17.000 millones en Inversión Externa Directa. Y las empresas de ese país tienen mucho interés en el campo, el petróleo y la energía. Por ello, la agenda económica fue uno de los principales temas que se conversaron en los últimos encuentros. "Les interesa mucho la marcha de sus empresas y la posibilidad de hacer negocios", explicó a este medio una fuente del equipo de Alberto al tanto de las gestiones.
La atención volvió sobre la Argentina con el salto del dólar y la salida de capitales tras las PASO del 11 de agosto. Los beneficios fiscales aprobados por Macri, con un costo de $60.000 millones, y la llegada al Ministerio de Hacienda de Hernán Lacunza, en reemplazo de Nicolás Dujovne, incrementaron el temor en Wall Street sobre la continuidad del programa con el Fondo y el creciente riesgo de default. Pero el contexto de incertidumbre no desanimó a la Casa Blanca.
"Somos el inversor número uno en Argentina cerca de 300 compañías están operando en el país y no nos vamos a ir a ninguna parte", aseguró a este medio el vocero de la embajada.
Relaciones tirantes
El equipo de Fernández recibirá este lunes a la misión del FMI que desembarcó el sábado en el país. Según pudo saber iProfesional, el planteo de las espadas económicas de Alberto será el mismo que en la reunión del 27 de junio pasado. Habrá críticas por permitir que Macri utilizara el préstamo para frenar la crisis cambiaria en 2018, algo que está prohíbido por las normas del organismo; se desmarcará del programa vigente y sugerirá que hay un default encubierto.
Por estas horas, la principal preocupación del candidato es el nivel de reservas que dejará Macri después del 10 de diciembre. Desde las primarias, el Gobierno quemó más de u$s8.000 millones para contener el dólar y cancelar compromisos financieros.
En el bunker de San Telmo calculan que el próximo gobierno deberá afrontar vencimientos por más de u$s150.000 millones, sin acceso al mercado voluntario de crédito. Todo esto con un 95% de los fondos del FMI ya desembolsados y una deuda cuasi fiscal por la emisión de Leliq de u$26.000 millones, con tasas de hasta el 74%.
Esos condicionamientos generan expectativas en Washington de una mayor moderación por parte de Fernández. En las reuniones mantenidas con funcionarios de EE.UU., los asesores del exjefe de gabinete se mostraron abiertos a mantener las relaciones bilaterales, manifestaron la importancia que representa ese país para la Argentina y prometieron sostener el acuerdo con el Fondo.
Trump es clave en cualquier negociación con el organismo, que acordó un crédito por u$s57.000 millones. Así sea para cambiar de programa. "Vamos a apoyar el compromiso de la Argentina con el FMI, sus aspiraciones a integrar la OCDE y los difíciles pero importantes pasos que se están tomando para afrontar los desafíos económicos", señalaron desde la embajada norteamericana.
El acercamiento entre Macri y Fernández en las últimas semanas, el respaldo de este último al dólar a u$s60 y el envío de economistas de su equipo a la Rosada contribuyeron a mantener relativamente estable la divisa en torno a los u$s57. El Presidente le pidió a su rival incluso que fuera a Wall Street, pero Alberto se negó. En su entorno buscan reducir al mínimo los gestos de colaboración forzados por la crisis.
Fernández sumó otro guiño el jueves cuando aseguró por primera vez que la renegociación de la deuda será sin quita de capital para los acreedores.
Los contactos con Estados Unidos no son nuevos. Sergio Massa y Axel Kicillof viajaron este año por separado a Washington y expusieron sus programas ante inversores y funcionarios en el Wilson Center. Kicillof mantuvo en mayo una reunión secreta con empresarios de la Cámara de Comercio de ese país, según reveló entonces iProfesional. Luego, en junio, le siguió una comitiva de intendentes y dirigentes bonaerenses del PJ que se reunió en New York con banqueros, inversores y funcionarios de Trump.
Tras las PASO, Massa fue de los primeros en conversar con al menos 20 fondos de inversión. En videoconferencias, el tigrense buscó tranquilizarlos. Sorprendidos por los resultados que prácticamente aseguraron el triunfo de Fernández, los inversores se mostraron inquietos por conocer los pasos que seguirá Macri para asegurar la gobernabilidad hasta diciembre y el plan económico del gobierno entrante.
Nueva estrategia
Una de las preocupaciones de la Casa Blanca son las prioridades del próximo gobierno en su estrategia geopolítica. La apuesta de Fernández a un renovado multilateralismo, equidistante de Estados Unidos y China, junto con una mayor integración regional es vista como un retroceso.
En plena guerra comercial entre las dos potencias, los asesores del exjefe de gabinete cuestionan que el "error estratégico" de Macri de haber enfocado su política exterior en Estados Unidos, lo que facilitó el acuerdo con el FMI. Creen que esos lazos generaron mayor dependencia y compromisos políticos.
En ese sentido, reconocen que Estados Unidos sigue siendo la mayor potencia económica y militar del planeta, aún en un momento de transición en el que China le disputa su primacía. La idea en la calle México es promover una mayor autonomía.
Su diagnóstico es que las mayores oportunidades para comerciar están en la propia región y en la promoción de acuerdos Sur Sur, incluyendo Africa y Asia.Pero lo que más preocupa a Washington es la política sobre Venezuela. Mientras Macri reconoció al autoproclamado presidente Juan Guaidó y se unió al Grupo Lima, Alberto apuesta a una salida negociada del gobierno de Nicolás Maduro con la oposición.
Se trata de una postura similar a la de México y Uruguay, y en oposición a la intervención de Estados Unidos, China o Rusia en la región. Si bien Fernández reconoce que el chavismo derivó en un gobierno autoritario, también sostiene que, a diferencia de una dictadura, fue elegido en las urnas.
En el Frente de Todos existen otras posturas que podrían generar aún más tensiones con Trump. Es el caso del kirchnerismo nucleado en el Instituto Patria, en donde revindican la cumbre contra el ALCA encabezada por Hugo Chávez en Mar del Plata en 2005 y observan intentos de "desestabilización" contra los gobiernos "populares" de Venezuela y Nicaragua.
El exsecretario de la presidencia y exjefe de la exSide, Oscar Parrilli, llamó a apoyar esos procesos en marzo pasado durante un encuentro organizado en el instituto para analizar "la ingerencia imperialista en América Latina desde el Plan Cóndor a la actualidad".