Standard & Poor’s baja calificación de tres bancos argentinos por la turbulencia del mercado financiero
Standard & Poor’s Global Ratings bajó sus calificaciones crediticias a tres bancos argentinos. Se trata de Galicia, Patagonia y Banco de la Provincia de Buenos Aires, que pasaron a 'B-' desde 'B'.
Al mismo tiempo, afirman sus calificaciones crediticias de emisor y de deuda de largo plazo de 'B-' de Banco Hipotecario y afirman su calificación crediticia de corto plazo de Banco Patagonia de 'B' y nuestra calificación de deuda subordinada de Banco Galicia de 'CCC'.
"Bajamos la calificación crediticia de emisor de largo plazo en escala global de los tres bancos como consecuencia de la acción similar que tomamos sobre las calificaciones del soberano", informan desde la calificadora.
Además, fundamentan este accionar en que "la pronunciada turbulencia del mercado financiero, con una depreciación significativa del peso argentino y un salto en las tasas de interés, tras las elecciones primarias, ha debilitado significativamente el ya vulnerable perfil financiero del soberano".
Y asevera: "La magnitud de las ventas de activos en los mercados financieros y la probable larga duración de estas condiciones durante el periodo electoral han debilitado sustancialmente los principales indicadores crediticios, lo que ha llevado a la implementación de políticas económicas a un modo de manejo de crisis. Rara vez calificamos instituciones financieras por encima de la calificación soberana del país en donde operan, dado que consideramos poco probable que estas instituciones no se vean afectadas por los eventos en las economías locales".
Asimismo, mantienen su BICRA sin cambios, en el grupo ‘8, con un riesgo promedio para los bancos que operan en el país (ancla) de ‘b+’. "Sin embargo, revisamos la tendencia del riesgo económico a negativa debido al impacto potencial de una exacerbación en las condiciones económicas adversas", señalan.
"En los próximos trimestres, esperamos que las instituciones financieras en el país continúen operando bajo condiciones económicas desafiantes, exacerbadas por las recientes turbulencias en el mercado que están erosionando la trayectoria del crecimiento económico, y la dinámica inflacionaria y de deuda", estiman.
También esperan que "el producto bruto interno (PBI) se contraiga 2,3% este año, y que la inflación se acelere a niveles de 55% año con año, dado el impacto de una depreciación de 30% del peso. Estos factores están obstaculizando el crecimiento del crédito en términos reales y los indicadores de calidad de activos de los bancos. Consideramos que el adecuado nivel de provisiones y de capitalización y la baja relación crédito-PBI con foco en los sectores formales de la economía, permitirán a los bancos hacer frente a las pérdidas adicionales derivadas del debilitamiento de la calidad de los activos".
"Los bancos argentinos han otorgado préstamos denominados en dólares en forma creciente, pero la mayoría de ellos son para agentes que generan ingresos en la misma moneda, como los exportadores, lo que alivia el riesgo potencial", explican.
"Los riesgos para los bancos que operan en el sistema financiero de Argentina siguen siendo muy elevados, dado el historial regulatorio débil, una confianza históricamente baja de los depositantes en el sistema y la ausencia de fondeo diversificado a largo plazo. La base de depósitos de la industria exhibió cierta volatilidad en mayo y especialmente en agosto de 2018 (con una baja de la base de depósitos en dólares de 6%), pero se recuperó posteriormente. En 2019, también se observa volatilidad tras las elecciones primarias. Esperamos que dichos movimientos sean manejables dados los altos niveles de liquidez del sistema. Además, en nuestra opinión, el mercado de capitales doméstico poco profundo y el acceso limitado a los mercados de capital extranjero dan como resultado una gama limitada de fuentes de fondeo para los bancos", concluye el informe.