Se profundiza la crisis en la cadena de heladerías Persicco: cierra locales y ajusta el personal
En un contexto de crisis económica como la que está atravesando el país, las heladerías no se escapan a esta realidad y deben aggiornarse a estos tiempos: cierran locales, ajustan personal, pagan los sueldos en cuotas e incluso hasta bajan la calidad de sus helados.Uno es el caso de la cadena Persicco: sólo en las últimas tres semana cerró las sucursales propias de Caballito y Pilar. Antes habían bajado la persiana locales en Devoto, las Cañitas, Recoleta, Vicente López, Puerto Madero, Nordelta y Belgrano.
Ya en octubre del año pasado habían pedido un concurso preventivo por cesación de pagos.
Hace una semana, su sucursal de Salguero y Cabello estuvo tomada por sus empleados durante siete días. "Tras el cierre de Caballito y Pilar, la empresa prometió pagarles las indemnizaciones y cuando llegó el momento no cumplió. Después de una semana de toma, arreglaron el pago del 100% en planes de 3 y hasta 7 cuotas", contó a BAE Negocios Marcelo Gasso, secretario de organización del sindicato de Pasteleros."El mes de junio lo cobramos en tres cuotas, ya nos avisaron que julio lo cobraremos en cuatro. Hace tres años, éramos 120 trabajadores hoy quedamos 30. La producción en la fábrica bajó un 50% sólo en el último año", señaló Héctor Opsansky, delegado de la planta.
La situación de la empresa, a cargo del empresario Gustavo Balabanian (directivo de River Plate, del grupo Tutelar y de Seguro Paraná), se complica cada día si bien no baja la calidad de su producto.
Otra de las que está padeciendo la crisis es la cadena de heladerías Freddo, la que cerró su planta de Balvanera, tercerizó su producción y le dio de baja a locales propios y priorizó a los franquiciados.
La marca de paletas Yolas de Chungo también cerró cuatro puntos de venta en shoppings y despidió a sus doce empleados.
La heladería Un Altra Volta comenzó a bajar el histórico nombre de algunas sucursales y las rebautizó con el nombre de Aversa -el apellido familiar-, como la de avenida Libertador o la de Corrientes, pero los helados ya no tienen la misma calidad.
Gabriel Fama, presidente de la Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines, señaló a BAE Negocios: "No podemos trasladar a precios las subas. Los lácteos y las materias primas aumentaron un 100%, los envases térmicos, la cobertura y el cacao están dolarizados. A principio de año, un kilo de almendras costaba $320 hoy supera los $550, los mismo pasa con las avellanas, pistachos, nueces y chauchas de vainilla. Sólo pudimos aumentar un 40% los precios en un año". Un año atrás, un kilo de helado artesanal costaba $350 o $400 hoy vale entre $500 y $600 y con su precio histórico, debería costar $900, unos 16 dólares.
"Con esta última devaluación y las subas, nuestra rentabilidad cayó a la mitad. Tenemos que afrontar costos laborales, y ahora te vienen con un bono de $2.000. No podés proyectar nada, con eso nos tiraron un salvavidas de plomo. Muchas heladerías tuvieron que despedir personal para poder pagar la luz", señaló Fama.