Quién es el culpable de la crisis económica argentina, según un columnista de The New York Times
The New York Times analiza la nueva crisis económica y financiera de la Argentina que se desató luego del "resultado inesperado" de las elecciones PASO en las que la fórmula Alberto Fernandez-Cristina Kirchner le ganó a la fórmula presidencial del oficialista Mauricio Macri por casi 15,6 puntos.
"Los argentinos recuerdan el papel que desempeñó el Fondo Momentario Internacional (FMI) en la última recesión. También recuerdan cómo mejoró su vida con el kirchnerismo". Así comienza la nota de opinión escrito por el experto en economía y política latinoamericana, Mark Weisbrot, apunta toda la responsabilidad a la gestión de Mauricio Macri por la turbulencia de estos días que hizo devaluar un 19% el peso, puso en debate la posibilidad de pagar sus deudas y volvió a hacer temblar las góndolas al ritmo de la inflación.
En una lapidante columna de opinión, Weisbrot, quien es también co-director del Centro de Investigación Económica y Política en Washington, D.C, presidente de Just Foreign Policy responsabiliza al gobierno de Mauricio Macri, critica el acuerdo con elFMI y elogía la gestión kirchnerista.
"La coalición de Fernández atribuye su victoria a las políticas económicas fallidas de Macri, pues lo consideran culpable de la crisis económica, la recesión y la inflación elevada que el país experimenta actualmente. Por su lado, Macri afirma que el miedo a un futuro gobierno kirchnerista fue el culpable de la turbulencia financiera tras las elecciones, así como a los problemas que ha habido en la economía desde que asumió el cargo hace más de tres años y medio", dice Weisbrot y argumenta que esta lógica de culpas es "casi arquetípico" y que se repite en varios países donde el oficialismo se enfrenta a la centroizquierda -en el Reino Unido, España, Francia, Grecia.
El autor habla sobre indicadores económicos de ambas gestiones y argumenta sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y sentencia: "Esa memoria y conciencia colectivas quizá ahora determinen el resultado de este debate recurrente sobre la economía y, con ello, la elección general del 27 de octubre y posiblemente gran parte del futuro de Argentina.
Weisbrot continúa hablando sobre las alteraciones en el mercado y afirma: "En el caso de Argentina, está la derrota electoral de un gobierno cuyas políticas económicas han fracasado de manera evidente y una victoria para los rivales que provienen de un periodo de crecimiento económico sólido y ampliamente compartido".
Para el autor de la nota, "desde la perspectiva de un economista o un científico social, no está claro el motivo por el cual deberíamos temerle al kirchnerismo" y enumera una serie de políticas e indicadores económicos que demuestran que "los gobiernos de los Kirchner estuvieron entre los más exitosos del hemisferio occidental".
Entre estos, señala: "Calculos independientes mostraron una disminución del 71 por ciento en la pobreza y del 81 por ciento en la pobreza extrema; el establecimiento de uno de los programas de transferencias monetarias condicionadas para los pobres más grandes de Latinoamérica; un aumento del 42 por ciento del PBI per cápita, según el FMI; la reducción a la mitad en el desempleo y la desigualdad económica". Y concluye que ne los doce años de poder kirchnerista se generaron "importantes mejoras en la calidad de vida de la mayoría de los argentinos".
Sin embargo, señala el decaimiento del crecimiento en los últimos años de la presidencia de Cristina causado por algunos "errores" cometidos, sumados a "un golpe económico externo". El último punto, el especialista lo adjudica al fallo del tribunal de apelaciones de Nueva York que en 2012 "tomó de rehenes a más del 90 por ciento de los acreedores de Argentina para pagar los fondos buitre" y el bloqueo del gobierno de los Estados Unidos a los créditos de los prestamistas internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo.
¿Qué tanto de esta crisis económica y mal desempeño es responsabilidad de su predecesora?
En contraste, Weisbrot describe las políticas económicas del macrismo y enumera los indicadores desde el comienzo de su mandato y sentencia: "la pobreza ha incrementado de manera significativa; el ingreso por persona ha caído; el desempleo ha aumentado; las tasas de interés a corto plazo se han disparado del 32 al 75 por ciento actualmente; la inflación se ha elevado del 18 al 56 por ciento; la deuda pública ha crecido del 53 por ciento a más del 86 por ciento del PIB".
Weisbrot se pregunta: "¿Qué tanto de esta crisis económica y mal desempeño es responsabilidad de su predecesora?" y enuncia la toma de préstamo de 57.000 millones de dólares que Macri solicitó al FMI en 2018. Si bien afirma que "la estrategia del programa era restaurar la confianza de los inversionistas por medio de una política fiscal y monetaria mas estricta", para el autor el resultado fue el contrario: "las medidas desaceleraron la economía y socavaron la confianza de los inversionistas", explica.
Para Weisbrot, "el gobierno desperdició más de 16.000 millones de dólares en intentos fallidos para evitar que el peso decayera" y contrajo deuda pública que "es digno de atención" ya que no es parte de la herencia del gobierno anterior. El autor cree que "la historia se está repitiendo, aunque en este caso el FMI tiene una alianza más fuerte con el gobierno de la que tenía hace veinte años" y que la alianza Fernández-Fernández debera "esbozar cómo piensan salir de este desastre".
Finalmente, sobre el FMI, Weisbrot explica el imaginario político que tiene el organismo en la cultura argentina y concluye: "al igual que en 2003, la economía no puede recuperarse bajo las condiciones acordadas con el FMI, así que tendrán que renegociarse".