Qué desafíos enfrenta Lacunza, el elegido de Macri para dar vuelta la economía y el resultado de las PASO
La debacle electoral del domingo, que derivó en una nueva crisis cambiaria que tuvo en vilo al país durante el resto de la semana, puso al Gobierno contra las cuerdas. En este contexto, la situación hizo que constantemente se barajase la posibilidad de realizar cambios en el Gabinete para dar nuevos aires a la imagen y la gestión macrista.
La disparada del dólar fue el factor determinante. El viernes previo a las PASO había cerrado en $46, mientras que el siguiente terminó en $58. El miércoles, en una jornada preocupante, había tocado los $63.
Finalmente, este sábado por la tarde María Eugenia Vidal cedió a su referente económico, Hernán Lacunza, para que acompañe a Macri. Serán, para Presidente y el nuevo ministro, días -o meses- de navegar en la tormenta. En todo caso, la situación económica de enderezarse para que el macrismo tenga alguna chance en las elecciones presidenciales de octubre.
La salida de Dujovne confirma que el stand by cayó y empieza una nueva etapa con el FMI
Hay una cuestión que inmediamente le sale al cruce al recién llegado Lacunza: deberá recibir próximamente a las autoridades del FMI, que hasta ahora tenían como interlocutor a Nicolás Dujovne. De ellos dependerá, revisión de las cuentas públicas mediante, si la Argentina tendrá disponible a mediados de septiembre el desembolso de más de u$s5.000 millones.
El Gobierno anunció en junio de 2018 el acuerdo del tipo "stand by" por u$s50.000 millones con el FMI aunque luego se actualizó a u$s57.100 millones. Sin embargo, quienes negociaron el préstamo no están más: antes de la salida de Dujovne se había ido Christine Lagarde. La directora del organismo tomó una licencia cuando los líderes europeos la nominaron para presidir el Banco Central (BCE).
Lacunza, además, deberá analizar los números que heredó de Dujovne. Según las consultoras privadas, las medidas económicas anunciadas por Macri para reconquistar a las clases media y baja costarían $100.000 millones. Eso entraría en contradicción con la meta fiscal acordada por Dujovne con Lagarde.
El Gobierno consiguió en el primer semestre un superávit fiscal primario de $30.221 millones luego de que en ese período del año anterior el ala económica prendiera las luces de alarma por un déficit de $105.825 millones. Sin embargo, al considerar los pagos de la deuda pública, el superávit se transformó en déficit financiero por $287.202 millones -1,3% del PBI-.
Los números para el tercer trimestre quedaron viejos: Dujovne anunció en julio que la meta fiscal primaria para septiembre pasaría de $60.000 millones a $70.000 millones, pero Lacunza deberá revisar ese objetivo tras los anuncios de Macri. Dujovne se opuso a ese gasto de $100.000 millones porque traería cortocircuitos con el FMI, pero perdió la batalla. En consecuencia, el sábado presentó su renuncia indeclinable al considerar que el Gobierno "necesita una renovación significativa en el área económica".
El nuevo ministro de Hacienda tiene buena relación con el presidente del Banco Central (BCRA): Lacunza llevó a Guido Sandleris en 2016 al Ministerio de Economía bonaerense para que fuera su secretario de Finanzas. Ahora, con Lacunza en Nación, Damián Bonari, subsecretario de Política y Coordinación Económica bonaerense, lo reemplazará en la Provincia.
Macri nunca dudó en cambiar funcionarios cada vez que la situación lo forzaba: si cuando asumió el 10 de diciembre de 2015 aseguró contar con el "mejor equipo de los últimos 50 años", sus tres años y medio de gestión lo hicieron pragmático: eligió a Alfonso Prat-Gay como su primer ministro de Hacienda y Finanzas, pero en diciembre de 2016 lo reemplazó por Dujovne en Hacienda y Luis Caputo en Finanzas, señala TN.
En junio de 2018, Caputo saltó a la presidencia del Banco Central y Dujovne sumó a Hacienda las competencias de Finanzas. Ahora, ninguno de los dos, aunque artífices del acuerdo con el FMI, está más: Caputo renunció en septiembre de 2018 y Dujovne, el sábado por la tarde.