Efecto aguinaldo y precio del dólar: nuevamente se calentó en los bancos la demanda de divisas por parte del público
El movimiento se percibió en los bancos. Nada que tuviera la gravedad de otros momentos, pero sí que obliga a un monitoreo más de cerca. Tanto, que los banqueros están atentos a si la oleada finaliza ya en esta próxima semana; o si se mantiene.
Se trata, ni más ni menos, de un incipiente renacer de la demanda de dólares por parte de ahorristas minoristas.
De acuerdo a consultas en los principales bancos privados, las compras de billetes verdes por parte de pequeños inversores alcanzaron entre u$s120 y u$s150 millones la última semana.
Se trata de un monto muy superior al que venía siendo e implicó que en algunas entidades financieras la demanda de divisas se haya llegado a triplicar.
No es un monto que vaya a desestabilizar el sistema ni mucho menos. Tampoco alcanzó para modificar la tendencia bajista del tipo de cambio en la última semana, pero obligó a los financistas a prestar atención para definir si retrata el inicio de un salto en el nivel de la demanda en medio de la campaña electoral.
En algunos bancos interpretaron que el fenómeno tiene básicamente dos explicaciones: una, el cobro del medio aguinaldo. Y, dos, la percepción de muchos ahorristas de que el actual tipo de cambio es "barato", en relación al que podría haber una vez que pasen las elecciones.
En las mismas entidades comentaron a iProfesional que durante las últimas jornadas, en simultáneo con la suba en la demanda, no se notó ningún fenómeno extraordinario con los depósitos del sector privado.
Los últimos datos oficiales sobre los plazos fijos alcanzan hasta el fin de semana pasado. Y marcan que las colocaciones en pesos se mantienen estancadas. No se evidencia un drenaje relevante.
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En concreto, el stock de plazos fijos en pesos de empresas y particulares suman $1,2 billón. Del 31 de mayo al 28 de junio (último día hábil) el stock colocaciones por parte del sector privado creció en $30.784 millones. Una expansión del 2,6%. Es decir, por debajo al 4% mensual (promedio) que devengan esos depósitos.
En otra palabras: si los plazos fijos crecen menos que la tasa de interés que pagan los bancos significa que existe una salida neta. Pequeña, pero salida al fin.
El Gobierno mira cómo la cotización cae
El Gobierno también observa con lupa la situación en el mercado cambiario. Por ahora, desoyó las voces -como la de Martín Redrado e incluso la sugerencia de Carlos Melconián- de tomar medidas para que el dólar corra, al menos, a la misma velocidad que la inflación.
Esos economistas creen que el Banco Central debería intervenir en el mercado comprando billetes verdes para apuntalar la cotización y, de esa manera, despejar la visión de que el dólar va quedando retrasado, algo que indefectiblemente, más temprano que tarde, dispara la demanda.
Por ahora, Guido Sandleris desatendió la sugerencia de utilizar esas herramientas. En el "mercado" suponen que el Gobierno prefiere jugarse a mantener un tipo de cambio pinchado rumbo a las elecciones, a pesar de que ese escenario sea riesgoso.
Cuanto más atrás quede la cotización, cualquier movimiento alcista será percibido como una devaluación (aunque en términos reales no sea lo que suceda). En el mientras tanto, además, una divisa pinchada potencia la demanda de los inversores ante la sensación de que se aproxima un salto cambiario. Por lo menos, ésa es la historia económica argentina de los últimos años.
Lo cierto es que, ya de por sí, la demanda de billetes verdes se ha estabilizado en montos elevados. Tanto en abril como en mayo últimos, la dolarización de los ahorristas minoristas sobrevoló los u$s 1.400 a u$s1.500 millones mensuales.
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Se trata de un monto superior a los u$s726 millones y a los u$s935 millones de los dos primeros meses del año.
En todo caso, hubo varios motivos que contrarrestaron la presión compradora de los últimos meses y neutralizó el impacto en el precio, que incluso descendió a $43:
-La abultada -y estacional- oferta de divisas del sector agroexportador.
-Un escenario internacional totalmente favorable hacia los mercados emergentes, como el argentino.
-La oferta diaria de u$s60 millones acercada por el Tesoro (y ejecutada por el Banco Central) y que forma parte del acuerdo con el Fondo Monetario.
El principal cambio de la última semana -a este esquema favorable- fue que volvieron a escena los inversores minoristas.
En los últimos dos meses, una gran parte de esa dolarización fue producto de compañías de seguros y algunos fondos del mercado que estuvieron comprando papeles de Latam.
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Los distintos escenarios sobre dolarización masiva, en medio de la incertidumbre económica y la campaña electoral, son evaluados periódicamente en los principales bancos y en los despachos oficiales.
Según comentan dos banqueros, tanto ellos como funcionarios del BCRA coinciden en que, en el peor escenario, esta tendencia podría trepar en los próximos meses a no más de u$s15.000 millones.
Y que si ese fuera el escenario de estrés, la autoridad monetaria tendría la capacidad para manejar la situación sin una devaluación traumática.
Economistas muy respetados en la City, como Gabriel Rubinstein, estiman que el BCRA guarda un poder de fuego cercano a los u$s45.000 millones. Muy superior a lo que se estima como una dolarización extrema y repentina.
Además, la inminente llegada de u$s5.400 millones adicionales de parte del Fondo Monetario Internacional no hará más que reforzar esa "trinchera".
El cálculo que realizan financistas y funcionarios refiere a que el escenario financiero podría continuar tranquilo hasta las PASO del 11 de agosto. Y que luego dependerá de los resultados que se verifiquen esa noche.
Todos en la City recuerdan que, durante 2011, el mismo año que Cristina Kirchner fue reelegida con el 54% de los votos, la dolarización en los meses previos a las elecciones alcanzó la friolera de u$s3.000 millones. Durante 2017, previo a las legislativas, hubo meses con montos similares, que incluso fueron superados el año pasado. Ya sin comicios pero sí con la desconfianza por la crisis.
La ecuación cambió en los últimos meses, una vez que ocurrió la devaluación y se puso en marcha el súper apretón monetario. Los argentinos pasaron a disponer de menos pesos en los bolsillos para comprar dólares.
Salvo cuando -como ocurrió durante a última semana- cobran el aguinaldo o si cancelan los plazos fijos. Por ahora, y de manera incipiente, se dio algo de la primera opción.
Los banqueros también están atentos a lo que pueda suceder con las colocaciones superiores al millón de pesos, que son ahorros de las empresas o bien depósitos de los Fondos Comunes de Inversión (FCI).
Después del fin de semana largo -que incluye feriado bancario-, se jugará el próximo partido.