Loser: "Sobre la reestructuración de deuda con el FMI hay slogans de campaña muy atractivos que no son correctos"
La discusión está sobre la mesa. En pleno ambiente de campaña electoral son muchos los economistas, a los que se suman dirigentes políticos de la oposición, que mencionan sin atenuantes que el próximo gobierno necesitará renegociar la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Incluso, ya varios arriesgan que se requiere estirar el plazo de pago a unos diez años. Otros, en cambio, afirman que no será necesario un nuevo acuerdo y que la economía acompañará el año que viene para poder cumplir con todos los compromisos.
Para conocer muy de cerca cómo razona el organismo que le otorgó al país un préstamo por u$s57.000 millones que todavía no se terminó de desembolsar, y cómo salir de este complejo escenario, no hay nada mejor que recurrir a un argentino que trabajó durante 30 años (entre 1972 y 2002) en el propio FMI.
De hecho, su experiencia es tal que durante sus últimos años de desempeño en dicha entidad fue director del Departamento del Hemisferio Occidental, por ende, fue responsable de las negociaciones con la Argentina en la década del ´90 y en la previa a una de las mayores crisis locales.
Se trata de Claudio Loser, un economista doctorado en la Universidad de Chicago, que desde Washington, su actual lugar de residencia, dialogó con iProfesional sobre cómo ve a la Argentina y al acuerdo establecido con el Fondo Monetario.
Este es el diálogo mantenido por Loser con iProfesional.
-El FMI ha ponderado las mejoras de la economía argentina. ¿Cree que realmente hay avances?
-La situación de Argentina es compleja pero con señales bastante claras de mejora, aunque eso no se ve en la calle. Las cuentas fiscales están en buen estado, han mejorado, las cuentas monetarias están bajo control y la balanza de pagos muestra alguna mayor estabilidad. Por supuesto, va a demorar hasta que se note en la economía porque la gente mira el nivel de ingresos que tiene y los precios, y no el hecho que hay más actividad en una serie de sectores, que ahora pueden competir mejor con el resto del mundo.
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-Pero en el contexto actual, ¿puede ser exitoso el plan del FMI?
-Existe en la Argentina una percepción de continua caída en la actividad. Tengo entendido que ha habido un elemento positivo en los números, por supuesto que si se compara la actividad económica en el primer o segundo semestre con el mismo período del año pasado ahí por supuesto que se ve una caída importante, pero en el mes a mes o trimestre a trimestre, a mi juicio, hay aumentos relativos de actividad. Por el lado de los precios relativos, el incremento del dólar llevó a que la gente, lamentablemente, tenga menos recursos, a que haya más consumo interno, como por ejemplo en el turismo, donde hay mayor visitantes del exterior y los argentinos no viajan tanto al extranjero como antes, que era un subsidio muy importante. Por supuesto a todos nos gusta viajar, pero ahora es una posición más realista.Además, el campo, por supuesto, ha estado ayudando, un poco por la cuestión climática y también por la mejora del tipo de cambio. Y también hay un tema de ayuda para los insumos de la industria automotriz y otros rubros. Todo esto va a verse en el resultado a través del tiempo, no es algo percibido claramente en el bolsillo, a pesar que las estadísticas parecen indicar una cierta recuperación.
-Usted estuvo en el FMI durante varios años, ¿considera que la versión actual del organismo es más flexible a la que usted conformó?
-El Fondo Monetario evidentemente ha cambiado, no en la sustancia porque los números son los números y cuando hay un resultado fiscal insostenible hay que corregirlo, y si hay una inflación muy alta también hay que corregirla. Lo que pasa es que ahora el Fondo ha sido más explícito en que hay ciertas cosas que hay que defender, como los principios de un ajuste más razonable y de un crecimiento más inclusivo y con defensa de la gente más pobre de la sociedad. Ojo, es algo que el personal del FMI siempre creyó pero permitió que se tomaran ciertas medidas y que se le echara la culpa por cosas que el organismo no empujaba. Y en Argentina esa fue una de las cosas más importantes que han cambiado en la actualidad al Fondo Monetario Internacional.
-¿Ahora el organismo interviene menos en las políticas locales?
-El Fondo ahora se mete menos en los detalles. Hubo un periodo, diría luego de la caída del bloque soviético y en momentos como la crisis asiática donde el FMI se metió en demasiados detalles, un grave error. Y creo que esto ha estado cambiando en los últimos tiempos y que se nota claramente en la política del organismo en cuanto a la Argentina.
-¿Cómo evalúa el tipo de acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario?
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-El acuerdo del Fondo apoya de forma muy importante a los esfuerzos del gobierno argentino. Pienso que, al principio, el programa no funcionó porque hubo una percepción equivocada tanto del FMI como de las autoridades acerca de la confianza del mercado, pero después de los ajustes de fines de 2018 creo que mejoró mucho.
-¿Qué opina de la decisión del FMI de dejarle vender al Gobierno los dólares que le prestó para pagar la deuda?
-Creo que hubo un margen grande en la política cambiaria, para algunos de nosotros era importante que haya una flexibilidad, pero no es la primera vez que el Fondo Monetario acepta de que haya una intervención moderada en el mercado cambiario a fin de estabilizar las expectativas. Sobre todo en el caso de Argentina, donde el dólar es un símbolo más fuerte que en países como Brasil o Chile, por ejemplo. En ese sentido, creo que hubo pragmatismo por parte del FMI y se ha dado el espacio necesario a las autoridades argentinas para que apliquen su programa para calmar al mercado.
-¿Qué debe hacer Argentina en el mediano y largo plazo para solucionar los problemas de fondo que posee?
-La economía argentina tiene un potencial extraordinario pero no ha podido progresar en los últimos 75 años. Creo que las reformas que deberían hacerse son, primeramente, establecer un sistema legal que sea mucho más práctico y moderno, o sea, que se respete más a la ley y que haya menos intervención por parte del Estado. Por otra parte, tiene que mirarse muy seriamente el sistema jubilatorio, no porque la gente mayor tenga muchos recursos sino que el tema es ver si el país puede permitirse mantener para las generaciones futuras los beneficios que ahora se han dado.Por otra parte, se debería ver el régimen laboral que protege a los empleados del Estado y a los de las grandes empresas pero que, a la vez, deja desprotegidos a los pequeños industriales y, en general, a las pequeñas y medianas empresas y a sus empleados. Es decir, en vez de estar el personal en blanco como correspondería, está en negro y excluido de los beneficios que tienen los gremios organizados.
-¿Cómo se puede reducir la inflación para lograr que las otras variables de la economía se equilibren?
-El proceso de reducción de la inflación, y con ello generar una mayor estabilidad del dólar, es un objetivo importante. Solamente con una reducción del déficit fiscal y, lamentablemente, en esta reducción del crecimiento que ha ocurrido en los últimos meses, puede lograrse una reducción de la inflación. Es decir, la política fiscal junto a la política monetaria están haciendo su trabajo pero no es algo que pueda solucionarse en pocas semanas, sino que en los próximos meses se verá el resultado de esta política.
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-¿Qué escenario ocurriría en caso de ganar las elecciones el peronismo kirchnerista?
-En términos de política, hasta tanto el kirchnerismo no tenga una posición más clara y más razonable que la que tiene van a haber miedos. Se tiene temor que se vuelva hacia atrás, a un desmanejo económico. Realmente es el kirchnerismo versus el macrismo, y esto tiene muy preocupados no sólo a los inversores extranjeros sino también a los argentinos. Y esta situación, evidentemente, es lo que está afectando seriamente la disponibilidad de fondos, más allá de lo que están aportando el Fondo Monetario, el Banco Mundial y organismos como la CAF y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo).
-Muchos analistas y dirigentes políticos sostienen que es complicado pagar la deuda, ¿de qué manera cree que se pueda renegociar?
-En primera instancia, el programa va a llevar a mayor crecimiento, y una vez que sean alcanzadas las metas importantes en términos de inflación, de corrección fiscal y monetaria va a haber una reacción importante en la actividad económica. Cualquier programa que siga no va a pedir que se haga más ajuste del que se ha pedido hasta ahora en la parte fiscal, o quizá puede ser un poco más, pero no tiene por qué ser un ajuste más fuerte. Y eso haría que la negociación de un próximo programa con el FMI, si las cosas marchan más o menos bien, sería mucho más fácil y permitiría la renovación financiera dentro de un esquema económico, siempre que esté apoyado por el gobierno actual y su sucesor. Esto ocurrió en Brasil cuando Lula subió al poder, que mantuvo una serie de políticas y que llevó a que este país se fortaleciera a través del tiempo, más allá de los problemas que tuvo después con su gestión.
-Sin embargo, la oposición afirma directamente que será necesario renegociar con el Fondo Monetario a un plazo de hasta diez años, ¿es posible?
-La Argentina no puede renegociar con el Fondo Monetario plazos más largos en forma explícita, pero hay que entender que los préstamos acordados con el país tienen que ser devueltos en un período de tres a cinco años, pero si se entra en un proyecto a más largo plazo, como por ejemplo un acuerdo de facilidad extendida, que en vez de ser a dos años podría ser a tres o más tiempo, como existe en otros países, se podría pensar en una reestructuración implícita de la deuda con el Fondo. Aparte, si las cosas están bien, no habría una necesidad de hacer una reestructuración de la deuda privada.
-Ocurre que muchos sostienen que es muy complicado llegar a un déficit cero como estaría solicitando el FMI, ¿qué opina?
-La percepción de que Argentina no puede tener un déficit cero se debe a que el déficit global es muy difícil que sea cero, pero lo que la Argentina tiene es un déficit primario muy importante. Es decir, si se saca el pago de intereses, los gastos exceden a los ingresos en el sector público, algo que no es sostenible y tiene que corregirse.
En resumen, no es necesario que el déficit total sea cero, pero por lo menos se pide que parte de los intereses sean pagados con el resultado primario y eso es lo que el FMI y las autoridades están queriendo. Acá hay un juego de palabras y definiciones que hacen que el diálogo entre autoridades y la oposición sea muy vago y con slogans muy atractivos pero que no son correctos.