"Peso real", una idea que podría ser beneficiosa: ¿están dadas las condiciones?
La idea de crear una moneda común con Brasil quedó instalada tras la visita que el jueves realizó el presidente de aquel país, Jair Bolsonaro, a la Argentina. La idea sería que esa moneda, bautizada como "peso real" facilite la integración y evitaría que los shocks monetarios afecten el comercio bilateral.
Sin embargo, su implementación no sería tan sencilla ni tan rápida como a muchos les gustaría, especialmente por las asimetrías entre ambas economías, más que nada porque el peso argentino sufre embates por el malestar local, así como también por los vientos que le pegan desde lo internacional.
Según los especialistas, la unión monetaria es la última etapa de la integración económica y el Mercosur está solo en la primera etapa, o sea se estarían saltando etapas, con lo cual es inconsistente. Por eso, se cree que para poder concretarla deberán pasar décadas.
El anuncio realizado el jueves generó un rápido revuelo en el ámbito político y económico de ambos países. Sin embargo, este viernes se le puso paños fríos al entusiasmo. Por un lado, el Banco Central brasileño aclaró que no se encuentra trabajando en una moneda común y desde el gobierno argentino, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, aclaró que "puede ser un proyecto de largo plazo pero requiere de una convergencia macroeconómica previa".
No obstante, economistas y analistas argentinos ponen en duda la viabilidad, al menos inmediata, de este proyecto, ya que surge en un acuerdo entre un presidente nuevo y otro que apuesta a la reelección pero no la tiene asegurada.
En ese sentido, el economista Gabriel Rubinstein sostuvo este viernes que en la actualidad, no están dadas las condiciones ni en Argentina ni en Brasil para avanzar en una moneda común porque "falta muchísimo" para que pueda llegar a concretarse por lo que consideró que "carece de sentido decirlo ahora, como si fuera un proyecto que va a tener alguna importancia en el futuro próximo".
Rubinstein contó que conoce en profundidad el tema porque entre 2003 y 2005 estuvo trabajando en un proyecto similar junto a Roberto Lavagna, cuando este era ministro de Economía.
"Fui a Brasil y me reuní con las máximas autoridades del gobierno brasileño. Lavagna lo había propuesto en su momento. Creo que lo de ahora es para ahorrar comisiones de dólares para exportar. Si es eso, es algo sin importancia en lo macroeconómico", detalló en declaraciones a FM Millennium.
Además, el economista recordó que en aquel momento el proyecto de la moneda común no avanzó porque "Brasil veía que la Argentina estaba con ciertas inestabilidades económica y ellos no querían tener problemas a partir de eso".
"En tanto, lo veían como algo muy verde, de alguna manera esperaban que el país saliera del default, tenga una economía más ordenada para seguir hablando y avanzar. No querían avanzar porque seguramente no le veían ningún beneficio para ellos. Hoy la Argentina tampoco está pasando por un buen momento, tiene inflación y riesgo país altísimo, además de que ambos países están con problemas fiscales grandes por resolver", consideró.
Rubinstein manifestó que "para avanzar en otra cosas, cada país tiene sus problemas importantes" y remarcó que "hasta que cada uno no tenga estable su macroeconomía, no tiene sentido pensar en una moneda en común que tenga alguna viabilidad".
"Para avanzar en un proyecto como el que llegó a sugerir ambos gobiernos las políticas macroeconómicas y comunes deben ser muy sólidas en cada país, no se puede tener políticas tan divergentes", enfatizó.
Además, dijo que conoce muy bien a los brasileros y le consta que "son vuelteros al máximo, y siempre trataron de evitar que Argentina los contagie con sus problemas".
"Es un tema desafortunado para plantear en estos momentos", añadió.
El economista Diego Giacomini, a su vez, consideró que la unión monetaria Mercosur "es mala idea", ya que "es la última etapa de la integración económica y el Mercosur está solo en la primera etapa, o sea se estarían saltando etapas, con lo cual es inconsistente".
"La gravedad de este delirio es que seguiría habiendo independencia de las políticas fiscales, que nuestro socio mayor es casi tan delirante fiscalmente como nosotros y lo más importante que es más curro de la casta política: un Banco Central Supra Nacional con más cargos políticos", remarcó el especialista.
Al respecto consideró que la solución es la "libre competencia de monedas y dejar que elijamos en qué ahorrar, comerciar y tener nuestros ingresos, eliminar el @BancoCentral_AR y poner Banca Simon anti-corrida".
Por su parte, el economista Gustavo Neffa consideró que ésta es "una idea en el sentido correcto pero que choca con la realidad por asimetrías entre las dos economías".
"Por lo menos llevará un lustro para que se lleve a cabo si se alinean planetas. A Europa le llevó 10 años. Si se suman el resto de los países del Mercosur el potencial aumenta. El problema es que si no se ponen de acuerdo dos países en poner arancel cero intrazona, ni le Mercosur es una prioridad para ambos, ni pueden hacerse valer como bloque ante la UE, ¿cómo van a ponerse de acuerdo en una moneda común?", indicó Neffa en su cuenta de Twitter.
Además, el economista recordó que "Grecia e Italia devaluaban cuando tenían el dracma y la lira" y destacó que "ante la crisis y ya en la Eurozona tuvieron que ajustar para acoplarse a la competitividad promedio por lo que "el malestar trajo una coalición entre un partido de izquierda (Movimiento 5 estrellas) y otro de derecha (La Liga)".
"Puede que con el tiempo las diferencias terminen costando caro y más en Latinoamérica. ¿Qué puede ganar Brasil de integrarse monetariamente con Argentina, que podríamos decir que no tiene una moneda? La idea es pasar de una zona de libre comercio imperfecta a una Unión Económica con moneda propia estilo Eurozona?", comentó.
Además, el economista aseguró que en este caso hay "pocos actores y demasiadas diferencias".
"No solo podría perjudicar a Brasil que podría ser arrastrada por devaluaciones que terminen perjudicando el consumo interno sino para Argentina que podría ver apreciar su moneda en términos reales perjudicando su cuenta corriente si no corrige la inflación a un dígito y elimina su problema fiscal y le da solvencia de largo plazo a su deuda, lo cual es muy improbable que pase en una sola gestión", señaló Neffa.
Por su parte, el economista Martín Vauthier, director de EcoGo, aseveró que la unión monetaria "podría ser el desenlace natural de un proceso de integración y hasta podría cumplir relativamente bien las condiciones de Zona Monetaria Optima".
De todos modos, aclaró que "sería un proyecto de largo plazo donde primero deben darse varios pasos en términos de convergencia".
Finalmente, Guillermo Nielsen, uno de los referentes del equipo económico del precandidato presidencial del kirchnerismo, Alberto Fernández, cuestionó con dureza la posibilidad.
"La idea de la moneda compartida con Brasil tal como salió en la primera información, me trajo a la mente la idea, e incluso creo que hubo una ley, para trasladar la capital a Viedma", concluyó.