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Brasil desacelera su crecimiento y golpea las expectativas de la industria argentina

La evolución del país vecino muestra que las expectativas optimistas generadas por la asunción de Jair Bolsonaro se apagaron rápidamente
12/05/2019 - 08:07hs
Brasil desacelera su crecimiento y golpea las expectativas de la industria argentina

Tras la mejora marginal de enero y febrero, los datos oficiales de marzo moderaron el optimismo en torno a la salida de la recesión argentina.

Puntualmente, la industria retrocedió 4,3% respecto a febrero (sin estacionalidad). A su vez, la caída anual fue de 13,4%, cifra fuerte pero esperable dadas las bases de comparación (economía pre y poscrisis).

Tal como se preveía, el sector se vio afectado por la volatilidad cambiaria, la aceleración de la inflación y la mayor incertidumbre. La caída se generalizó a todos los bloques, sobre todo el automotriz y aquellos vinculados a los bienes de capital, lo que hace prever que la inversión no repuntará pronto.

Con los ingresos reales mejorando de a poco debido a la alta inflación, difícilmente haya una rápida recuperación de los bloques ligados al mercado interno. Lo que podría empujar a la industria son los bloques más orientados al exterior, aunque el pobre desempeño brasilero no invita al optimismo, advierte Florencia Hernández, de la consultora Management & Fit.

El motor brasileño se apaga

La economía del país vecino crece muy poco (1,1% en los últimos dos años) y no logra repuntar. El crecimiento esperado para este año pasó del 2,5% en enero (cuando asumió la presidencia Jair Bolsonaro) a 1,5% en el último relevamiento de expectativas.

El entusiasmo del mercado con la asunción de un candidato de ultraderecha mejoró las expectativas, pero no lograron materializarse en los hechos. El último dato de actividad (febrero) da cuenta de un crecimiento en el orden del 2,5% anual, pero con un retroceso del 0,7% respecto al mes anterior.

Entre las razones se encuentran, por un lado, un consumo limitado por la pérdida del poder adquisitivo y el alto nivel de desempleo y, por otro lado, el freno en la actividad minera a causa del derrumbe de la represa en Brumadhino.

La decepción respecto a la lenta recuperación económica y las tensiones políticas para lograr las reformas en las jubilaciones inquietan al mercado, señala Hernández de M&F.

Y advierte que, de hecho, el deterioro de las expectativas acumula diez semanas a la baja, y no se descartan nuevas correcciones. La situación es preocupante para Argentina ya que, con un mercado interno deprimido, las apuestas recaían sobre el impulso de Brasil para afianzar las exportaciones manufactureras.

Una recesión en forma de L

Las dificultades para controlar el tipo de cambio en medio de un contexto sensible a los ruidos políticos deterioraron las expectativas. Si bien las proyecciones para el primer trimestre se corrigieron levemente al alza (+0,1 punto respecto a marzo) los trimestres siguientes se ajustaron a la baja (-0,2 punto respecto a marzo en ambos casos), atenuando el proceso de recuperación.

Pese a los datos de marzo, el Gobierno mantiene su optimismo y sigue confiando en una reactivación impulsada por el agro y las exportaciones. De todas formas, esto no sería suficiente para encarrilar la actividad hacia el sendero positivo: el 2019 cerraría con una baja del 1,3% anual. El deterioro de las expectativas también alcanzó a la inflación.

Para fin de año las proyecciones del consenso pasaron de 36% en marzo al 40% en abril, alertando a las autoridades. En plena campaña electoral, una nueva movida inesperada en el tipo de cambio podría acelerar la inflación y poner en serio riesgo la reelección, afirma Hernández en un artículo de El Economista.

Al momento, las modificaciones del BCRA parecen tener efecto para estabilizar el mercado, pero con el correr de los meses la dinámica económica va a estar condicionada por el calendario electoral y sus repercusiones.