Guerra contra los precios, "a todo o nada": este es el duro plan B que evalúa el Central para atacar a la inflación
La inflación, y la falta de efectividad en combatirla, sigue siendo uno de los temas que más desvela al Gobierno, que viene de difundir un paquete de instrumentos que tienen como objetivo impulsar el consumo, combatir la recesión y retomar la iniciativa política.
El conjunto de anuncios, que se concieron tras la decisión del Banco Central de congelar la banda cambiaria hasta fin de año, principalmente busca revertir el malhumor social por el continuo aumento de precios.
El índice terminó moviéndose cerca del 12% en los primeros tres meses del año, con un preocupante nivel del 4% proyectado para abril. A este ritmo, el Gobierno sabe que está condenando a tener otro año de inflación rozando el 40%, según los últimos cálculos de las consultoras privadas que, igualmente, podrían ajustarse al alza ante el mínimo cambio.
El propio ministro de Hacienda, Nicolas Dujovne, reconoció que el porcentaje correspondiente al mes de abril será "más alto" que los útimos meses.
"Estamos dejando atrás la inestabilidad cambiaria que vivimos con mucha crudeza el año pasado y que explica en buena medida la inflación tan alta que vimos en marzo y en abril", jusitificó el funcionario.
Pero el tema precios también preocupa, y mucho, a otras áreas, como es el caso del Banco Central. Más allá de las nuevas medidas que lanzó la entidad -un nuevo manotazo al programa monetario-, lo cierto es que en el entorno de Guido Sandleris ya piensan en un plan B si esto tampoco funciona.
Los primeros en escucharlo fueron algunos pocos banqueros e inversores que estuvieron reunidos cara a cara con funcionarios del Central y Hacienda que participaron de los eventos paralelos a la reunión del FMI-Banco Mundial en Washington.
En uno de esos cónclaves ultra reservados, la comitiva del Banco Central (compuesta por Sandleris; el vicepresidente, Gustavo Cañonero, y el economista jefe, Mauro Alessandro) transmitió un mensaje claro de dureza contra la inflación: "Whatever it takes" o, en español, "cueste lo que cueste".En medio de las charlas reservadas, los funcionarios del BCRA afirmaron que si los precios no empiezan a bajar después de mayo, no descartan medidas más duras. En esa lista, dijeron, estaría la idea de reducir incluso más la cantidad de dinero en la economía.
Según supo iProfesional, se habló de crecimiento negativo de la base monetaria (definida por la cantidad de billetes y monedas en poder del público más los depósitos en pesos de los bancos en el BCRA).
Esto quiere decir que Sandleris estaría dispuesto a retirar más pesos en términos nominales (ya no reales como ahora) de la economía, profundizando la escasez de liquidez, impulsando las tasas de interés hacia arriba y complicando aún más la salida de la recesión.
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De esta manera, el esquema de secar la plaza de pesos -con una inflación anualizada arriba de 50%- sería la última carta para frenar los precios "a todo o nada".
Pero sería una medida extrema, precisamente porque se quitaría liquidez a costa de elevar las tasas de interés (aún más). Casi no hay ejemplos de países que con inflación tan elevada hayan recortado en términos nominales la base monetaria.
Habría que retrotraerse a Uruguay en el 2000. En medio de la crisis de esos años, contagiados por el default argentino, el presidente del Banco Central charrúa, Julio de Brun, quien llegó a elevar las tasas por encima del 100%, logró un índice de precios del 10% con una base monetaria negativa en términos nominales.
Claro que otra cosa es aspirar más pesos en medio de un aumento de precios mucho mayor, como sería en el caso local.
La autocrítica por la "laxitud"
Sea como fuere, actualmente el Banco Central tiene un esquema de crecimiento cero de la base monetaria hasta diciembre, algo que incluso estuvo sobrecumpliendo a pesar de ser una política muy restrictiva.
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Así, la meta promedio mensual de la base está fijada en $1,34 billones y en marzo fue sobrecumplida en $29.000 millones (2%) respecto al nuevo objetivo. Pero no alcanzó para que la inflación vaya en descenso.
Entre las idas y vueltas que tuvo la estrategia del Central desde que asumió Sandleris, la entidad le quitó el aumento por estacionalidad a la base para mantenerla "constante" y sin actualizaciones.
Después de haber sido más "laxo" en diciembre -algo incluso admitido por Sandleris la semana pasada-, el Central entendió que no es tan sencillo controlar la demanda de dinero y cómo influye en los precios de los bienes y el dólar. Otra herramienta que imaginan en el BCRA como "contención" de los precios es avalar e impulsar una mayor apreciación de la moneda. Haberse corrido de la compra de dólares cuando éste perfore el piso de la zona de no intervención (ZNI) va en ese sentido.
Sandleris cree que un apretón monetario fenomenal y una baja de la divisa -aunque sea transitoria- podrían ayudar a "desinflar".
Así, sigue con el esquema de que "sin pesos no hay con qué comprar dólares". En ese sentido, calculan en el Central que la potencial dolarización electoral no será tan disruptiva algo que, de cumplirse, ayudará a contener la inflación por el famoso "passthrough", es decir, el traslado a precios de la suba del billete verde.
¿Cómo dan las cuentas?:
-La dolarización en 2018 representó aproximadamente 12% del total de activos en pesos. Ajustando por la dolarización ya ocurrida, una cifra equivalente para el resto de 2019 representaría aproximadamente u$s7.000 millones.
-El Tesoro subastará u$s9.600 millones para financiar sus necesidades en pesos durante los próximos 8 meses. Por ende, los billetes verdes alcanzan.
-Las familias ya han dolarizado su riqueza (93% hoy contra 83% a comienzos de 2018).
-Los bancos y otras instituciones del sector financiero tienen restringida su tenencia de divisas.
-Las tenencias de activos en pesos a corto plazo (con vencimiento dentro del año calendario) por parte de no residentes fueron más de u$s20.000 millones en 2018 comparados con los cerca de u$s5.000 millones este año.
"El BCRA admitió humildemente ante nuestra audiencia de inversores que la perspectiva de la inflación ha resultado ser mucho más desafiante de lo que se esperaba inicialmente, pero las autoridades se mantuvieron firmes en su mensaje de que harán lo que sea necesario para fomentar la estabilidad financiera y forzar la desinflación", reza un documento interno que publicó uno de los bancos de inversión que invitó a funcionarios del Central y al que accedió iProfesional.
"La estabilidad financiera y, más precisamente, el tipo de cambio nominal y su efecto en la inflación, siguen siendo la principal prioridad para la administración de Macri y el BCRA", remarca esta entidad estadounidense.
Y agregaron: "Las autoridades reconocieron que la inercia inflacionaria ha demostrado ser más estricta de lo que se esperaba inicialmente, con salarios incrementándose, efectos del passthrough retrasados y precios regulados más altos que son los principales contribuyentes al exceso de inflación". En otro pasaje del paper exclusivo a sus clientes, remarcan que los funcionarios creen que una desaceleración más explícita en el ritmo del aumento de los precios al consumidor "solo comenzará a materializarse a partir de abril".
A pesar del optimismo que le quiso impregnar Sandleris en su última conferencia de prensa al presentar el IPOM, con frases del estilo "la inflación es un fenómeno transitorio" y que "falta muy poco para que la tome un sendero descendente", en privado no se confían y ya evalúan un plan B de alto impacto si la arenga tampoco vuelve a funcionar. A todo o nada.