MERCADO INMOBILIARIO

Inquilinos en modo crisis: por la suba de alquileres, "rebajan" el barrio y las comodidades

Algunos propietarios ya piden una actualización semestral de hasta el 18%. Muchos inquilinos optan por inmuebles más chicos y zonas más económicas
ECONOMÍA - 04 de Mayo, 2019

Los efectos de la crisis económica se hacen notar y quienes hoy alquilan una vivienda saben bien de qué se trata. Habituados durante los últimos años a vivir en determinadas zonas y espacios, muchos se vieron forzados a un cambio.

El de Adolfo, por ejemplo, es uno de los casos. Empleado en una productora de cine, en 2016 se había mudado a un departamento de tres ambientes (77 metros cuadrados) ubicado sobre la avenida Pedro Goyena, una de las zonas mejor valuadas de Caballito.

Durante 2018 pagó $17.500 mensuales, una cifra posible para su realidad. Al arrancar 2019, ese monto ya superó los $ 20.000. Si bien tuvo que hacer un esfuerzo más grande para llegar, se adaptó.

Pero en marzo su empleador decidió una reducción de horas, con la consecuente baja salarial. Para Adolfo la ecuación dejó de cerrar y, así, debió armar las valijas.

"Me quedaba todavía un año de contrato, pero me resultaba muy complicado hacer frente a ese gasto. Mi sueldo no es malo, pero no es el de hace un año. Además, al aumento del alquiler le debía sumar el de las expensas y de los servicios", comenta a iProfesional.

Hace 15 días, Adolfo se mudó a Almagro. Resignó apenas 4 m2, pero el cambio de ubicación le permitió bajar su presupuesto en $4.700 al mes. "No tuve opción. El edificio en el que vivía antes era muy bueno, pero mis condiciones ya no eran las mismas y se me iba a hacer todo cuesta arriba", se queja.

Como para tantas otras personas que vieron modificada su realidad, ahora "el achique" se impone entre los inquilinos. Y, como ocurrió con Adolfo, buscan la forma de pararse en el nuevo escenario.

Un "combo" de aumentos

Héctor D´Odorico, al frente de la inmobiliaria que lleva su nombre, da cuenta de la situación, producto de las dificultades económicas y laborales por las que muchos deben atravesar.

"Por lo general, quienes se enfrentan a este tipo se problemas deciden irse de la propiedad una vez que ya recortaron por otros lados. Este paso es el último que se da en busca de recuperar capacidad monetaria", explica.

El especialista señala que el alquiler no es el único factor que desencadena esta situación, sino que se trata de un combo. Expensas, servicios y hasta televisión por cable son algunos de los ítems que aumentaron con fuerza en los últimos tiempos.

"De alguno, como la TV paga, se puede prescindir sin mayores inconvenientes más que el que representa quedarse sin ese servicio. Pero la luz, el gas o el agua se deben pagar", subraya el empresario.

La pared contra la que chocan los inquilinos es muy dura. En las inmobiliarias admiten que los propietarios –sobre todo en los barrios de mejor poder adquisitivo– se ponen firmes al momento de sostener sus pretensiones.

Como ocurre cada vez que los créditos hipotecarios se vuelven inaccesibles, los alquileres pasan a ser la única vía para quienes precisan un techo. Y ante el crecimiento de la demanda, los precios comienzan a subir y las posiciones de los dueños se endurecen.

De acuerdo con los últimos datos que dio a conocer el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, en marzo se firmaron 2.738 escrituras de compra-venta. De este total, apenas 197 tuvieron de por medio un crédito hipotecario, lo que deja muy en claro la dura realidad que le toca afrontar a quienes no cuentan con los medios necesarios para comprar.

"En el segmento de los alquileres hay mucho movimiento porque desaparecieron los préstamos. Esto complica todavía más la posición de los inquilinos", precisa D´Odorico.

Y, como si fuera poco el incremento anual que ya se aplica, desde hace ya un tiempo que los dueños –con el aval de las inmobiliarias– impusieron retoques semestrales en los valores. Actualmente, se mueven entre el 12% y el 15%, pero los agentes inmobiliarios advierten que ya muchos comienzan a hablar de un 18%.

"No es lo más recomendable para este momento. Intentamos que algunos propietarios lo entiendan, pero saben que tienen un activo muy buscado y creen que pueden tirar de la cuerda todo lo que quieran", sostiene Federico López Castromil, al frente de la inmobiliaria que lleva su nombre.

El otro argumento que lleva a los dueños de los inmuebles a aferrarse a esta postura es la rentabilidad. Hoy se encuentra en uno de los puntos más bajos de la última década.

López Castromil también hace referencia al incremento que muestran desde hace tiempo todos los ítems que contemplan el mantenimiento de una vivienda.

"Los alquileres se incrementaron y es cierto, pero los servicios no se quedaron atrás. Todo el combo pesa, no se trata solo del valor del alquiler. Las expensas, por ejemplo, vienen teniendo un retoque importante y a muchos se les complica afrontarlas", afirma el especialista.

En este sentido, el inmobiliario resalta el fuerte nivel de demora que se registra en el pago de las expensas. Actualmente, cerca de un 30% de quienes deberían afrontar este gasto no tienen las cuentas en orden, toda una muestra de la complejidad del momento.

El único camino para todos

El escenario no es el mejor, está claro, pero hay ciertos segmentos en los que la situación aparece un poco más dura que en el resto.

Los especialistas explican que esto es lo que ocurre con los departamentos mejor ubicados y de mayor tamaño. Sobre todo, en aquellos equipados con amenities o cocheras, lo que los encarece.

Para un público de cierto poder adquisitivo, los precios que se manejan en este tipo de inmuebles pueden hasta algún punto llegar a ser admisibles. Pero para quienes habían llegado hasta allí tal vez con una cuestión más "aspiracional", el sueño se derrumba con velocidad.

Hoy –sobre todo en ciertos segmentos de la sociedad– los departamentos que más rápidamente se ubican son aquellos más chicos y sin amenities. Además, se tiene muy en cuenta el costo de las expensas, un punto cada vez más sensible.

Para las inmobiliarias el negocio de los alquileres volvió a ser casi el único medio de subsistencia. Como las ventas no mejoran, la renta de inmuebles se convierte, cada vez con mayor frecuencia, en la fuente de ingresos más importante para los agentes.

A esta situación se suma el hecho que se deben enfrentar a los propietarios, que muchas veces no aceptan una baja en sus pretensiones económicas.

¿Cuál es el argumento para sostener esa postura? La pobre rentabilidad que ofrece este negocio.

De acuerdo con el último trabajo que llevó adelante la consultora especializada Reporte Inmobiliario, hoy se encuentra en el nivel más bajo desde 2015, y el cuarto peor en los últimos 17 años. Alcanza el 1,78%; solo se registraron peores marcas en 2015 (1,49%), 2004 (1,40%) y 2003 (1%).

Los especialistas sostienen que la realidad de los alquileres no variará en lo que resta del año. La demanda se mantendrá en niveles altos como consecuencia del parate que registran los préstamos hipotecarios (según analistas, sin perspectivas de recuperación inmediata), y muchos dueños ven a esta situación como una buena posibilidad para incrementar sus ganancias.

En el medio, los inquilinos comienzan a mirar hacia zonas más baratas, arman sus valijas y hacen cuentas para intentar que el costo del alquiler sea un dolor de cabeza menos fuerte de lo que es hoy.

 

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