Luego de frenar al dólar, el stock de Leliq se acerca al billón de pesos
La demanda de pesos sigue débil: un recorte en las tasas de interés llevó en cuestión de días a una disparada del tipo de cambio, que solo se contuvo con la drástica reversión de las tasas.
El Banco Central tuvo que desandar en marzo todo el sendero bajista que había aplicado a los rendimientos de las Letras de Liquidez (Leliq) en la primera mitad de febrero.
A fines de febrero, el BCRA expandió $136.000 millones en cinco ruedas. La reacción del tipo de cambio fue brutal: entre el 1 y el 7 de marzo el dólar saltó casi 8%, a un récord de $42,30 mayorista y $41,35 en el promedio al público.
La entidad debió reabsorber en las cuatro ruedas operativas de marzo unos $149.400 millones. Fue una victoria "pírrica": el dólar quedó dos pesos más caro y las tasas, 7,8 puntos porcentuales más altas que al cierre de febrero, señala Infobae.
En un período de alta inflación esta operatoria tiene un costo elevado, que se sintetiza en la altísima rentabilidad que debe garantizar el Central a los bancos para que éstos mantengan firme la demanda de Leliq.
Las Letras de Liquidez son un instrumento de deuda que emite el Banco Central de muy corto plazo, que lleva a renovaciones diarias de vencimientos y pago de intereses de enorme magnitud.
El Central emite estos títulos con el objetivo de aspirar pesos excedentes para graduar la circulación de moneda y ponerle contención a la inflación. También evita que el exceso de pesos se vuelque a la demanda de dólares, con la consecuente presión sobre los precios y el tipo de cambio, tal como ocurrió en 2018.
"Las Leliq son la revancha del sistema financiero como negocio de intermediación, en oposición a las Lebac donde solo una parte de estas fueron manejadas por los bancos. De esta forma, hoy representan la principal fuente de aplicaciones en activos rentables y de resultados de las entidades", puntualizó un reporte de Portfolio Personal Inversiones.
En poco más de cinco meses de vigencia de las Leliq como referencia de la política monetaria, el BCRA desembolsó desde el 1 de octubre por "intereses realizados" unos 166.290 millones de pesos. A una tasa de cambio de 41,20 pesos (mayorista al 8 de marzo), equivalen a más de 4.000 millones de dólares.
Este monto implica un costo para el BCRA, pero no representa una ganancia plena para los bancos, pues estos pagan una tasa por captar depósitos, es decir, que compite con una inflación que se aceleró en primer tramo del año. Por ejemplo, la tasa Badlar, para depósitos de más de un millón de pesos, alcanza 37,31% anual en bancos privados. Las tasas de plazo fijo hasta 59 días, el 35,98% anual.
La tasa de las Leliq, en 57,89% anual en el promedio del viernes, pero con un pico de más de 60% anual en la licitación de la tarde, es la referencia de la política monetaria y "derrama" a todo el sistema financiero. Cuando los rendimientos de Leliq, título solo suscripto por bancos, se incrementan o bajan, los bancos a su vez aumentan o bajan las tasas que ofrecen a los ahorristas por sus depósitos o las que perciben por otorgamiento de créditos.
"Si bien las Leliq aparecen en el marco de un discurso de desarme de la famosa 'bomba' de Lebac, no parecen haber cambiado mucho el panorama inicial en cuanto al costo que representan estos instrumentos para el BCRA. Al mismo tiempo, el 'apretón' monetario que implicó la adopción de este nuevo régimen terminó de golpear a la actividad económica, impactando fuerte en la producción industrial y en el consumo", subrayó un informe de CEPA (Centro de Economía Política de Argentina).
A partir del 1 de octubre del año pasado, cuando se implementó el nuevo esquema monetario y cambiario con la llegada de Guido Sandleris a la presidencia del BCRA, el stock de Leliq fue aumentando a medida que la entidad desarmaba la circulación de Lebac hasta su extinción.
En poco más de cinco meses creció un 132%, desde $423.851 millones a $983.236 millones. Ello implica que ahora el Banco Central afronta semanalmente vencimientos que se acercan al billón de pesos.
Mientras que el stock de Leliq fue en ascenso en estos cinco meses, las tasas mantuvieron un sesgo decreciente hasta el 14 de febrero pasado, cuando el INDEC informó que la inflación de enero fue de 2,9%, para alcanzar una tasa anual de 49,3%, la más alta de la era Macri.
Después haber alcanzado el 73,5% anual el pasado 8 de octubre, la tasa de Leliq tocó un piso de 43,937% el 14 de febrero y ahora volvió a aproximarse al 58%, según el promedio de corte de las licitaciones.
Esa curva en los rendimientos no pasa desapercibida. Un mayor stock neutralizó en buena parte la baja de la tasa hasta febrero. Y ahora, con un stock en récord nominal y rendimientos en ascenso se mantiene en un rango alto el pago de intereses. Según cálculos de la Consultora Ledesma, en base a los datos oficiales, las Leliq realizaron intereses por $24.396,9 millones en octubre; $26.518,2 millones en noviembre; $31.491,1 millones en diciembre; $43.337 millones en enero, $30.967 millones en febrero, y suman unos $8.017,5 millones en loa que va de marzo.Los bancos tienen una restricción de encajes, que pueden integrarse con estos títulos. Por eso vuelven a colocar en Leliq los intereses percibidos, lo que explica en parte por qué el stock de estas letras crece tanto mes a mes.
Las Leliq representan el mayor pasivo del Central, después de la Base Monetaria (billetes y monedas en circulación, cheques cancelatorios y depósitos en cuenta corriente), hoy cercana a 1,4 billón de pesos, en un nivel que se ajusta a la meta de emisión "cero" al que se comprometió la entidad con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Medido en dólares este pasivo alcanza los USD23.865 millones, una tercera parte de las reservas internacionales, sobre USD 68.000 millones. En ese aspecto hubo una mejora importante en relación con los activos del BCRA, pues un año atrás el stock de las Lebac (más de 1,2 billón de pesos) equivalía a USD60.370 millones, casi la totalidad de las las reservas por 62.609 millones de dólares.
Sin embargo los sucesos negativos se acumularon en el último año, con "corrida" cambiaria, una devaluación del peso superior al 50% ( salto de más de 100% en el valor del dólar), una caída en tobogán de la actividad económica y el acuerdo stand by con el Fondo Monetario Internacional, cuyos préstamos sostienen el activo del BCRA, pero a la vez restringe la libertad de acción de la entidad para utilizarlos más allá de los pagos de deuda.