EMPRESAS EN CRISIS

De Wrangler a La Salteña, más marcas emblemáticas entran en crisis por la recesión

El parate de la economía complicó o directamente dejó fuera de combate a nombres de peso en la escena comercial local. Detalles de casos contundentes
ECONOMÍA - 14 de Febrero, 2019

Una de las características de la recesión que golpea a la economía doméstica es la sucesión de situaciones críticas que afectan a marcas y empresas emblemáticas.

La última novedad resonante correspondió a la decisión de VF Corporation, controlante de las etiquetas Wrangler y Lee, de dejar de producir en la Argentina.

Si bien desde la representación de las marcas declararon que esta decisión se basa en un cambio de prioridades que abarca a toda la región, lo cierto es que ambas etiquetas continuarán operando fuerte en Chile y Brasil.

Muy cerca de entidades representativas de este sector industrial, como es el caso de Fundación ProTejer, no faltan las voces que dejan en claro que el movimiento de Wrangler y Lee se corresponde con el parate que evidencia el consumo interno, sumado al ingreso de mercadería importada pese a la devaluación. 

Pero el rubro de la indumentaria no es el único que acusa problemas en estos tiempos de economía macrista. La recesión hace mella en compañías de todos los rubros: automotrices, alimenticias y cadenas de consumo en general.

Desde compañías como La Salteña, que acaba de cambiar de manos -previa retirada de capitales norteamericanos-, hasta nombres como Freddo o Mabe, abundan los ejemplos de empresas que han achicado operaciones o directamente bajaron las persianas ante la falta de una perspectiva de mejora en el corto o mediano plazo.

También sufren firmas de menor tamaño, como por ejemplo, los fabricantes de alfajores La Nirva –creadora de marcas como "Grandote"– o Estancia El Rosario.

A este listado se suman empresas que, en su momento, el poder político de turno se ocupó de colocar en el lugar de emblemas del cambio político y económico de la Argentina tras la salida del kirchnerismo. Cresta Roja, el caso más representativo.

Más allá de los matices y particularidades de cada sector, todas las historias tienen un factor en común: el derrumbe de las ventas, sea de bienes o servicios, por efecto de una demanda en retirada, a lo que se sumó -para muchos sectores- una importación que no dio tregua incluso con el dólar alto. 

A continuación, un detalle de compañías de peso que, sobre todo en el último bienio, acumularon los principales reveses y debieron recalcular sus estrategias o, directamente, ponerle fin a sus operaciones: 

La Salteña

El año comenzó con salida de la estadounidense General Mills que, a mediados de enero, cerró el traspaso de La Salteña, la emblemática marca de tapas para empanadas, pascualinas y pastas frescas y secas. La operación quedó en poder de Molinos Río de la Plata, el gigante alimenticio de la familia Pérez Companc.

La operación implicó la salida de General Mills después de 24 años de presencia comercial en la Argentina. La compañía expuso como argumento los malos resultados sufridos en estos últimos años por causa de la recesión y la caída del consumo.

Su proceso de salida del mercado local comenzó en el 2016, cuando la firma vendió una parte del negocio de La Salteña a Bimbo, que sumó el segmento de pan congelado y medialunas.

La transacción concretada con Molinos Río de la Plata incluyó la cesión de la emblemática marca de tapas para empanadas y pastas frescas y secas, además de la planta que la alimenticia posee en la localidad bonaerense de Burzaco y el traspaso de sus 500 trabajadores.

Singer

También en enero, la cordobesa Macoser puso fin a la producción local de las máquinas de coser Singer, que ahora sólo estará disponible en la Argentina a través de los importadores de la marca.

Desde la empresa reconocieron que la decisión responde a la caída en la demanda y a la apertura a las importaciones que motorizó el macrismo.

Hoy por hoy, prácticamente la totalidad del negocio de las máquinas de coser se encuentra bajo control de compañías chinas. A nivel local, se comercializan alrededor de 100.000 aparatos por año.

Macoser informó que reorientará su negocio al desarrollo de cocinas, justamente porque se trata de un producto con el que todavía puede hacerle frente a la competencia importada. "En un contenedor entran 190 cocinas", expresó uno de los ejecutivos, que agregó que, como contrapartida, "entran 3.000 máquinas de coser".

Honda

Ya en febrero, la japonesa Honda decidió frenar momentáneamente su producción, tanto de motos como del SUV HR-V. La medida se extenderá durante todo el mes de marzo, debido a que existe un importante stock de unidades sin vender.

Durante el tiempo que la actividad de la planta de Campana esté paralizada, los operarios serán suspendidos y cobrarán el 70% de su sueldo.

La línea encargada de motos ya venía trabajando a media máquina y ahora se sumó la de autos. Ambas se paralizarán a partir del 25 de febrero. 

En enero, la producción de vehículos retrocedió un 32% y la exportación, un 29%. En tanto, las ventas locales de las automotrices a sus concesionarias se derrumbaron  53,4%, según los datos de Adefa, la cámara que agrupa a las fábricas de autos.

BGH y Brighstar

Durante la última semana, trabajadores de BGH se reunieron en torno a las plantas de la empresa en las ciudades fueguina de Ushuaia y Río Grande, ante las versiones de suspensiones que se extenderían durante los meses de marzo y abril además de despidos.

Dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Río Grande denunciaron que BGH, radicada bajo el amparo del régimen de promoción industrial, pretende despedir "a 1.500 personas entre Río Grande y Ushuaia en los próximos meses".

El secretario general del sindicato metalúrgico, Oscar Martínez, dijo que la firma justificó esta medida en base a los "bajos niveles de producción" que se esperan para los próximos meses, y que incluso se analiza una suspensión de operarios en abril y mayo.

Por su parte, la firma Brighstar, fabricante de celulares para las marcas Samsung y LG, anunció la posibilidad de despidos y de una reducción de la jornada laboral.

"Son decisiones antipáticas pensadas para pasar este momento hasta que se recupere el vigor de la producción", declaró Federico Hellemeyer, presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (AFARTE).

Canale

Marca emblemática del rubro alimentos, Canale quebró en noviembre del año pasado y ya en diciembre comenzó el proceso de transferencia de activos.

Durante ese mes, la firma Dulcor llegó a un acuerdo para operar tres plantas de Alco-Canale, en un lapso de transición hasta que la Justicia active el proceso de licitación para la venta final de las instalaciones.

Dedicada a la elaboración de conservas, pulpas de frutas, tomates, legumbres, hortalizas, dulces y mermeladas, daba empleo a 700 trabajadores desde su planta en la región mendocina del Valle de Uco, además de contar con otro establecimiento menor ubicado en la localidad de General Alvear.

También tenía operaciones en Río Negro, Catamarca y la localidad bonaerense de Llavallol, y llegó a tener una plantilla de 2.400 empleados.

La empresa, que supo ser líder en la producción e industrialización de frutas y hortalizas de la Argentina, se vio afectada por un combo formado por la fuerte caída de sus exportaciones, el menor consumo y la constante suba de costos.

Freddo

En septiembre de 2018, la cadena de helados artesanales,  propiedad del grupo Pegasus, cerró su planta del barrio porteño de Balvanera. De esa forma, la empresa hizo concreta la decisión de tercerizar la fabricación y franquiciar todas sus sucursales. La medida dejó en la calle a casi 300 trabajadores.

Por esos días, Pegasus explicó que pretende adaptar su estructura tanto a la complicada situación por la que atraviesa el mercado local como a las nuevas tendencias de negocios adoptadas en el exterior por cadenas del mismo estilo.

En diciembre del año pasado se supo que Urban Group, operadora de los restaurantes Tucson y las cadenas Deli, El Facón, Grill It y A punto, desembolsó 55 millones de pesos para quedarse con la operación de 12 locales de la heladería, todos ubicados en el corredor que va de Martínez a Puerto Madero.

Winery

A fines del primer trimestre de 2018, los dueños de Winery le pusieron cartel de venta a la mayor cadena de de vinotecas y venta de bebidas alcohólicas de la Argentina. En marzo, sus propietarios pidieron la apertura de su concurso preventivo de acreedores con la idea de reestructurar un pasivo que en el transcurso de 2018 ascendió a 379 millones de pesos.

Previo a ese movimiento, los controlantes de Winery despidieron a más de 100 trabajadores y avanzaron con el cierre de locales en Capital Federal.

Si bien a lo largo del año pasado la compañía activó la búsqueda de un socio o comprador, lo cierto es que el destino de la marca continúa sin horizonte claro.

Musimundo

Tras atravesar un 2018 marcado por los cierres, la cadena concluyó diciembre bajando más persianas en la geografía porteña. Electrónica Megatone, que controla la marca junto a CARSA, desactivó los locales de Caballito, Abasto y Liniers.

Los establecimientos que dejaron de operar funcionaban en tres de los principales centros comerciales porteños.

Retracción del consumo, costos en ascenso y un cambio en el hábito de compra de los consumidores de tecnología son algunos de los aspectos que, combinados, dobegaron la estrategia comercial de la sociedad.

A fines del año pasado, Musimundo sumaba más de 30 sucursales cerradas en toda la Argentina.

Cresta Roja

Presentada en su momento como una muestra del cambio de rumbo político y económico tras la salida del kirchnerismo, la compañía se transformó en un auténtico dolor de cabeza para Cambiemos sobre todo en los últimos dos años.

Tras quedar en poder de Tres Arroyos, tuvo problemas para despegar En noviembre del año pasado, volvió a funcionar una de las plantas de Cresta Roja -ubicada en Esteban Echeverría-, pero lo cierto es que la firma aún no reincorporó despedidos ni clausuró las deudas salariales.

Según organizaciones sindicales, la planta reactivada por Tres Arroyos opera hoy con menos de 200 operarios y crece la incertidumbre entre los 1.000 empleados que aún esperan su momento para retomar actividades en Cresta Roja.

Entre quienes no han recuperado su puesto de trabajo sostienen que la controlante de la procesadora de pollos se comprometió a realizar reincorporaciones de aquí a junio. Pero en torno a la compañía se rumorea que cerca de 500 operarios en espera no serán tomados en cuenta.

Alpargatas

En septiembre de 2018, la firma vendió su marca Topper al brasileño Carlos Wizard Martins en 24 millones de dólares. Durante el mismo mes, Alpargatas anunció el cierre de plantas en La Pampa y en Catamarca.

Hasta ese momento, la firma contaba con siete plantas industriales: cuatro, destinadas al negocio textil en Corrientes, Buenos Aires, Catamarca y Chaco; y tres dedicadas al negocio de calzado en Tucumán, Catamarca y Santa Rosa.

Desde Alpargatas Argentina argumentaron en un comunicado que "desde hace tiempo, la compañía atraviesa la difícil situación coyuntural del país que implica una fuerte caída en el consumo". 

Además, la compañía acusó que "viene sufriendo problemas estructurales que se agravan ante la creciente competencia externa", en especial desde Asia y Brasil, como "elevados costos laborales, alta carga impositiva y una estructura fabril excesiva".

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