Riesgo para el Gobierno: llega a las elecciones con una economía más golpeada que en 2017
La situación económica es uno de los factores decisivos para los votantes a la hora de elegir Presidente. Al respecto, un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea realizó un comparativo de los procesos eleccionarios de los últimos 18 años para analizar cómo le iría al Gobierno en el 2019.
Así, según el economista Gustavo Reyes, en todos los años donde el oficialismo resultó victorioso, el indicador global de la situación económica presentó valores más elevados respecto de los años donde resultó perdedor en las elecciones.
En este caso, en el escenario base, “la economía llegaría a las elecciones en una mejor situación que la actual”, indica.
Para obtener esta conclusión se utilizan cinco variables económicas previo a cada proceso electoral. Las mismas son: la evolución de la actividad económica, la tasa de inflación, la dinámica del empleo, poder adquisitivo de los salarios y crédito total al sector privado.
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“Todas estas variables juegan a favor del estado general de la economía en el indicador construido con la excepción de la evolución de los precios (inflación) que juega claramente en contra”, resume el IERAL. En este análisis considera que para el primer trimestre de 2019, a pesar del aumento en algunas tarifas, el mercado espera que las altas tasas de interés junto con la estabilidad cambiaria permitan continuar reduciendo “muy gradualmente” la inflación.
En consecuencia, se comenzaría a recomponer parcialmente el poder adquisitivo del salario que cayó fuertemente en el último semestre del 2018. Y el nivel de “empleo privado, de la mano de la recuperación en el nivel de actividad, podría comenzar a crecer lentamente a partir del segundo trimestre del 2019”. Según este escenario base, Reyes sostiene que “el Gobierno podría llegar a las elecciones con una economía en recuperación (modesta) y con una tasa de inflación más parecida a la de los últimos meses del 2016 y primeros del 2017 que a los elevados” registrados en el segundo semestre del 2018.
De esta forma, concluye que en la previa al proceso electoral se muestra que la economía alcanzaría una situación mejor que a la mayoría de los períodos similares donde perdió el oficialismo en los últimos 18 años, pero “sería peor que en todos aquellos donde resultó ganador “.El indicador global de la situación económica muestra que la misma estaría llegando a las elecciones de la siguiente manera:
- En mejor forma que en 2001, 2009 y 2013 (donde el oficialismo resultó perdedor).
- Muy similar al 2014 (donde el oficialismo resultó perdedor).
- Peor que los períodos donde el oficialismo resultó ganador (2003, 2005, 2007, 2011 y 2017).
A la hora de determinar cuáles son las variables más lejanas del promedio de los años donde el oficialismo resultó ganador, se destacan tres de ellas: nivel de actividad económica, empleo y créditos.
“Si bien en todos los casos estas variables llegan con una mejoría a las elecciones, su evolución resulta bastante más débil que en los otros períodos eleccionarios donde el oficialismo resultó ganador”, resume Reyes.
Y agrega: “Una de las variables más importantes que explica esta diferencia se relaciona con los niveles esperados de las tasas (reales) de interés que, a pesar que se espera que bajen gradualmente, resultarán notablemente más altas que en la mayoría de los períodos eleccionarios anteriores”.
En su conclusión, la situación económica, a pesar de su recuperación para los meses eleccionarios, “no le jugaría tan a favor al Gobierno cómo sí le jugó en los períodos electorales pasados donde el oficialismo de turno resultó ganador”.
Y considera que las herramientas de política económica disponibles de acá a las elecciones son “bastante limitadas” y que, por otro lado, “el mundo difícilmente mejore mucho en este corto período”, por lo que el oficialismo probablemente habrá de “necesitar de factores adicionales al estado de la economía para obtener el triunfo”.-