El lado oscuro del G20: inversiones "a la gorra", jugadas sucias y también un “cuento chino”
La cumbre del G20 mostró sus dos caras. Por un lado Argentina ya cosechó anuncios de inversiones por un total de u$s2.000 millones y reuniones bilaterales clave, que agrandaron las expectativas de un posible acuerdo hoy que baje las tensiones entre Estados Unidos, China, Europa y Rusia. Pero el entusiasmo de Macri y sus funcionarios se ve también opacado por las dudas sobre los proyectos comprometidos y los cortocircuitos inesperados que ya empezaron a impactar en la organización del evento.
Esos choques indeseados registrados tras bambalinas revelan las dificultades que por estas horas enfrenta el Gobierno para hacer equilibrio en un escenario de fuerte inestabilidad global marcada por la guerra comercial, conflictos geopolíticos y la puja de intereses económicos en América Latina, incluida Argentina.
La misión del dueño de casa será lograr que el costoso evento sirva para “reintroducir” al país en el mundo, renovar la confianza de inversores y contrarrestar el creciente malhumor interno por la crisis económica.
Con esa preocupación, el equipo oficial se mostró activo desde el viernes temprano en el centro de prensa ubicado en Parque Norte. Custodiado por un generoso contingente de gendarmes, el enorme predio del sindicato de Comercio fue el escenario en donde el ministro de Finanzas, Nicolás Dujovne, dio a conocer por la mañana el interés de Donald Trump en Vaca Muerta, la posibilidad de nuevos acuerdos bilaterales y el respaldo de EE.UU para que Argentina ingrese a la ansiada OCDE tal como se lo manifestó el presidente norteamericano a Macri.
Macri firmó el decreto para que privados cobren un bono de 5.000 pesos y facilitó condiciones para abonarlo
En Costa Salguero, sede de la cumbre, el mandatario argentino también se reunió el viernes con su par español Pedro Sánchez, con quien abordaron sin mayores novedades las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur. Y posteriormente mantuvo un encuentro con la primera ministra inglesa Theresa Mayle, a quien le agradeció el apoyo del Reino Unido al ingreso de la Argentina a la OCDE en un encuentro en el que avanzaron, según el comunicado oficial, en mayores inversiones de “empresas británicas” en el país.
Cerca del mediodía, en Parque Norte, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, se encargó de elogiar la ambiociosa logística organizada para el G20 y de desplegar el menú de convenios sellados en las últimas horas para relanzar el sistema de PPP (proyectos de inversión pública privada) impulsado por el titular del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), Francisco Cabrera, de la mano de las principales potencias del mundo para realizar rutas obras ferroviarias y portuarias, asociadas a empresas argentinas.
“Esto es inédito, luego de un año de preparación, hubo 109 operaciones aéreas y la mayoría de la gente del centro de operaciones durmió dos horas por la pasión por el trabajo”, explicó sentado sin acompañantes en un amplio sillón del comedor. Y a continuación, entre los vuelos rasantes que se escucharan pasar y las noticias del sismo en plena, el funcionario enumeró los primeros compromisos contantes y sonantes de la cumbre:
- u$s800 millones en obras de infraestructura de la Agencia de Inversiones de Estados Unidos- u$s1.000 millones en el tren de cargas San Martín de empresa estatal China- Crédito para el soterramiento del San Martín de la empresa Sachi de Italia- 100 millones de euros en la compra de un crucero en Tierra del Fuego de la firma Ponant de Francia
El optimismo depositado por Dietrich en las PPP como mecanismo para atraer la demorada lluvia de inversiones, que incluye a firmas rusas y alemanas, solo se vio ensombrecido cuando el propio funcionario reconoció que en realidad los acuerdos son por ahora formalidades: “Nunca nada está asegurado”. Mientras que en otro tramo reveló que tampoco está definido el financiamiento ofrecido por el Banco Mundial para el ferrocarril San Martín.
Lo cierto es que el cóctel de recesión, incertidumbre financiera y “cuadernos” sigue pesando sobre las PPP. Este medio consultó ayer a Dietrich si está previsto que participen del nuevo esquema de licitaciones las empresas involucradas en hechos de corrupción o con sus directivos procesados, como ocurrió el viernes con Paolo Rocca, el CEO del grupo Techint. “Por primera vez hoy hay empresarios y funcionarios presos cosa que nunca había pasado, los marcos normativos no tendrían que limitar las PPP”, respondió.
¿Desacuerdo global?
Pero el factor gravitante en la demora de inversiones de infraestructura parece ser la velada pelea entre grandes constructoras y empresas estatales del exterior por captar negocios y generar plataformas de comercio exterior. De conjunto se trata nada menos que de la cúpula del G20, el selecto grupo de economías avanzadas que volvió a relucir sus diferencias al cancelar Trump a último minuto la reunión bilateral prevista con Vladimir Putin, tras la escalada de acciones rusas contra Ucrania en el Mar Negro.
Espert: "Todavía no vimos los peores números de la recesión"
Para encender aún más el fuego de la discordia, la vocera de Ucrania, Emine Dzhaparova, advirtió en un comunicado que "Rusia es un estado agresor y su líder, Putin, un tirano y asesino" en el marco de la campaña lanzada en Buenos Aires con carteles que denuncian "la guerra de Rusia en Ucrania", un país aliado a Estados Unidos.
Los temblores políticos resonaron en los salones de Costa Salguero, a los que la prensa solo puede acceder invitada por una delegación o a través de una reserva en el limitado cupo asignado para participar de las conferencias oficiales. El viernes ni siquiera eso fue posible en algunos casos: es que a último momento fueron varios los países (China, Rusia y Australia, por ejemplo) que solo permitieron medios de sus respectivas nacionalidades. Una restricción que reflejó la preocupación por enviar el mensaje apropiado a nivel doméstico.
Con todo, la reacción más fuerte fue la de China. Luego del comunicado de EE.UU. sobre la charla en la que Trump y Macri habrían conversado sobre la “actividad depredadora” del país asiático, la delegación china levantó todas sus actividades y se guardó en silencio. Durante la jornada estaban previstas tres ruedas de prensa. La última, programada para a las 18, era una charla del encargado de Asuntos Económicos de la cancillería de ese país. Pero también fue suspendida para desconcierto de los medios que llegaron hasta dos horas antes.
Fuentes chinas consultadas por iProfesional atribuyeron el malentendido a “problemas de protocolo”, en referencia a la organización del evento a cargo de Argentina. Con un margen acotado de movimientos, Dujovne intentó despegarse de la versión sin chocar a la vez con Washington, pero el daño ya había sido causado. Como el promio ministro señaló, la Casa Blanca fue clave en el financiamiento acordado con el FMI. Una señal anticipatoria de la dificultosa jornada que tendrá por delante hoy Macri para quedar bien con los líderes del mundo, sin perder amigos en el camino.