Con la renuncia de Triaca, el Gobierno relanza gestión laboral de “emergencia” y se dispara la disputa por su reemplazo
“El ministro de Trabajo es Dante Sica”. Con esa premisa de fondo, el Gobierno anunciará hoy la renuncia de Jorge Triaca a la secretaría de Trabajo, cuya gestión sufrió un fuerte desgaste por la dificultad para implementar la reforma laboral, los choques con la CGT y las denuncias que volvieron a salpicar al funcionario en los últimos días.
La conferencia de prensa encabezada por Sica servirá para formalizar por anticipado el alejamiento de Triaca, que recién se concretará en diciembre una vez concluida la cumbre del G20. Allí Mauricio Macri apuesta a revalidar su mandato ante los principales líderes del mundo.
El recambio será el primer paso de un plan más ambicioso para renovar el aire de un área que había visto recortada sus funciones con la última reestructuración de gabinete y que ahora, bajo el control total del ministro de Producción y Trabajo, tendrá a cargo un nuevo diseño de las relaciones laborales, al menos hasta las elecciones de octubre.
Esto incluye la redefinición urgente del lugar que ocupará la CGT en el esquema de poder macrista, uno de los múltiples rostros del peronismo que se convirtió en el talón de Aquiles de Cambiemos. El reciente acercamiento a Cristina Kirchner del triunviro dialoguista Héctor Daer terminó por encender las alarmas en los cuarteles del PRO.
Fracasada la “guerra de trincheras” practicada por Triaca, ahora Sica busca profundizar el diálogo con los gremios en vistas de un fin de año crítico, cargado de conflictividad por el impacto del ajuste sobre los salarios y el empleo.
En su agenda de corto plazo, deberá fijar la pauta salarial para las próximas paritarias y un monitoreo exhaustivo de las ramas en picada libre. Entre los sectores que preocupan se encuentra el aeronáutico, el metalúrgico, ferroviarios y automotriz. Si las autoridades no intervienen, los gremios del sector pronostican un clima de tensión laboral.
“La idea es mantener el diálogo fluido con los gremios a través de una mesa permanente”, explicaron anoche a iProfesional cerca del ministro de Producción y Trabajo.
El "superministro" inauguró esa mesa con la negociación del decreto que fija un bono de fin de año de $5.000 en dos cuotas y un mecanismo por el cual los despidos deben ser informados a las autoridades con 10 hábiles de ancitipación.
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Aunque la medida provocó un amplio rechazo entre los industriales, empresarios de comercio y de la construcción, la CGT finalmente desactivó la quinta huelga general que amagaba con lanzar en vísperas de la cumbre del G20.
Triaca, en cambio, fue marginado de esas negociaciones. Según fuentes oficiales, el funcionario quedó a cargo del conflicto con los aeronáuticos, que el viernes pasado paralizó más de 200 vuelos sin que Trabajo dictara la conciliación obligatoria. Lejos de un acercamiento, este viernes habrá medidas de los aeronavegantes y controladores.
Ya en septiembre pasado la relación con los sindicatos había alcanzado un punto de no retorno. En los días previos y posteriores a la cuarta huelga general, el funcionario intentó reunirse en dos ocasiones con los dirigentes de Azopardo, incluso en Casa Rosada, pero estos se desentendieron. Uno de ellos fue el extriunviro Juan Carlos Schmid.
Puja por la sucesión
Pese a las señales de continuidad enviadas por Sica en las últimas horas, la salida del secretario de Trabajo desató de inmediato una puja encarnizada en el ámbito empresarial y sindical por ubicar un allegado entre sus posibles reemplazantes. En ambos bandos, la noticia era esperada desde hacía tiempo.
“Ahora vamos por la secretaría de Trabajo, con alguien que tenga relación con Sica”, dijo a este medio un hombre del gremio metalúrgico, liderado por Antonio Caló. Esa persona sería el abogado de la UOM, Tomás Calvo, quien ayer se mostró dispuesto a “acompañar” si se lo piden, al ser consultado por iProfesional.
Las expectativas de un sector del sindicalismo no son antajadizas: en la cúpula de la CGT consideran al ministro de Trabajo y Producción como un hombre propio. Recuerdan que hasta hace poco, antes de asumir su cargo, fue asesor del metalúrgico Francisco "Barba" Gutierrez y del automotriz Ricardo Pignanelli.
Pero tampoco ven con malos ojos al segundo de Triaca, Horacio Pitrau, pese a que el actual viceministro de Trabajo llegó a su cargo en agosto del año pasado con la misión de profundizar la confrontación con el sindicalismo.
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Otros nombres que suenan son los del ministro de Trabajo bonaerense y exhombre de Techint, Marcelo Villegas, y el del titular de Ferrocarriles Argentinos, Lucas Fernández Aparicio, del riñon del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, que abandonó la cartera laboral por diferencias con Triaca.
En el sector empresario, en tanto, reconocen que Triaca “cumplió un ciclo”, pero recibieron con incertidumbre el cambio de fusible. “El mejor equipo de los últimos 50 años ahora está integrado por suplentes, lo que nos espera”, disparó un miembro de la cúpula de la UIA.
En la central fabril todavía mastican bronca por el bono de fin de año, pese a que el decreto contempla la posibilidad de negociar su absorción en las paritarias. Solo la presencia de Sica les lleva cierta tranquilidad. Paradójicamente, los industriales también consideran al ministro uno de los suyos.
"Lo importante no son los nombres sino las políticas, lograr ampliar el concepto de productividad como objetio de las relaciones laborales", dijo a este medio José Urtubey, vocal de la UIA.
Otro industrial, en tanto, advirtió que "esto no lo arreglan con cintura, con este modelo no se arregla".
Desgaste
La figura de Triaca venía desgastada desde hace tiempo por un cúmulo de factores. La reestructuración de Gabinete terminó de quitarle protagonismo en su trato con las organizaciones sindicales, un territorio en el que en paralelo ganaron terreno el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y el de Interior, Rogelio Frigerio.
En el Gobierno, sin embargo, niegan que su renuncia estuviera vinculada a los roces que hubo en el último tiempo con Sica, o a las denuncias que acumuló en su contra en el último tramo de su designación.
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"Ningún tipo de interna con Sica, ni denuncia, ni nada por el estilo. Simplemente una decisión personal que tiene que ver con el momento del gobierno y de los desafíos que de vienen", explicaron a este medio.
Desde su designación temprana, Triaca intentó desarrollar mesas de diálogo tripartitas, convenios por sector y un acuerdo para reintegrar fondos de las obras sociales. Esos fueron los instrumentos políticos elegidos para llevar adelante la reforma laboral y mantener un férreo control de las paritarias.
Pero a poco de andar, se encontró con una resistencia inesperada. Luego de fracasar el diálogo con los empresarios por su renuencia a frenar los despidos y otorgar un bono en 2016, Pablo Moyano frustró en diciembre pasado los cambios a la legislación laboral, que hoy duermen en el Senado y que ahora Sica promete mantener congelados.
Ese episodio rompió el vínculo entre Macri y el padre del camionero, Hugo Moyano, quien a partir de entonces, de ser un aliado clave del Gobierno, pasó a formar parte de la "mafia sindical" - la denominación oficialista del sindicalismo corrupto- y a ser blanco de media docena de causas judiciales en su contra.
Pero también desgastó a Triaca, quien se convirtió a su vez en objeto de crítica de los gremios. "Quiso impulsar una reforma laboral y se lo impedimos junto a Sergio Palazzo (La Bancaria) y la CTA. Fue un instrumento de los empresarios, del FMI y el peor ministro de la historia", aseguró ayer Pablo Moyano a iProfesional.
La fortuna del funcionario se vio así afectada por su marcado enfrentamiento con un espectro creciente de organizaciones gremiales, que incluyó la intervención de una decena de entidades, las multas a sindicatos y la no homologación de acuerdos. Los fallos de la Corte Suprema sobre las intervenciones tampoco lo favorecieron.
Con todo, lo que lo dejó al borde de la cornisa fue el escándalo de su empleada en negro Sandra Heredia, al frente del sindicato marítimo SOMU intervenido desde hace dos años. Su designación irregular expuso una red de nepotismo que involucró a su cuñado Sergio Borsalino. Pero Mauricio Macri decidió sostenerlo en su cargo.
A fines de octubre, el secretario de Trabajo quedó envuelto en otra polémica al ser denunciado en la Justicia por el presunto desvío de $15 millones de la Unión del Personal de Seguridad de la República Argentina (Upsra), bajo intervención política y judicial desde 2016. Hace dos semanas, en las imágenes que difundió el programa ADN Recargado en C5N, se ve a dos personas vinculadas al funcionario contando fajos de dinero.
En las últimas horas, el sindicato único de trabajadores de control y permanencia (Sutcapra) denunció en la Justicia federal a Triaca y su directora de Asociaciones Sindicales, Karina Palacios, por supuestos abusos de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público, según la presentación formal a la que accedió este medio.
Ahora, con su reemplazo, la CGT apuesta a recobrar un trato más fluido con el Gobierno. Creen que el bono inyectará algo de consumo al mercado interno, pero sobre todo esperan volver a retomar una dinámica de negociación que garantice la paz social y el funcionamiento de las obras sociales en tiempos revueltos.