Tras la devaluación, prevén más recesión pero una economía "más sana"
El dólar cerró la semana apenas por debajo de los $38 y, si perdura la tranquilidad de los últimos días, se empezará a vislumbrar el nuevo escenario del modelo Macri: este tipo de cambio profundiza el contexto recesivo pero, a la vez, permite sanear la macroeconomía, con menos déficit fiscal e incluso, el año que viene, con superávit comercial.
“Luego del salto cambiario de agosto, queda claro que se van a acelerar la inflación –vemos un 10% en el bimestre septiembre octubre– y la recesión. Va a haber una caída del poder adquisitivo, porque los salarios no van a ajustar tan alto como la suba de precios, y eso genera un caldo de cultivo que puede traer un fin de año complicado”, señala Lorenzo Sigaut Gravina, director de la consultora Ecolatina.
Sin embargo, el analista explica el lado positivo: "El actual es un tipo de cambio competitivo, no tanto como el que apareció luego de la crisis 2001-2002, pero está por encima del promedio histórico, tanto en términos bilaterales como multilaterales. Quizá no tanto con respecto a Brasil, por la depreciación del real, pero igual es muy competitivo".
Debido a la depreciación del peso, Sigaut pronostica que Argentina, en 2019, puede llegar a tener superávit comercial, es decir, venderle al mundo más bienes que los que compra. "No alcanzaría para cerrar el déficit de cuenta corriente, por los intereses de deuda, pero se podría achicar del 5% del último año a un valor que esté por debajo del 2 por ciento", señala a Perfil.
Por su parte, el especialista en comercio internacional Marcelo Elizondo, de la consultora DNI, adelantó a ese medio: "Mi pronóstico es que en 2019 habrá superávit comercial. Las importaciones caerán a partir del segundo semestre de este año, por la devaluación y la recesión, y se mantendrán limitadas en 2019". Para cerrar el círculo, Elizondo se refirió al comportamiento de las exportaciones: "Ya venían creciendo 5,5% durante el primer semestre de este año y crecerán más, por la mejor cosecha y por el mejor tipo de cambio".
Menos optimista respecto a un superávit de bienes que sus colegas, Juan Ignacio Paolicchi, de EcoGo, señaló que, según su proyección, el rojo en la balanza se reducirá de los u$s 8 mil millones de 2017 a u$s4.500 millones para este año, y alrededor de u$s700 millones en 2019. "No creo que haya superávit comercial en un año electoral, porque existe la posibilidad de que se busque atrasar el tipo de cambio para que el salario real le gane a la inflación", analiza.
Martín Alfie, director de Radar, advierte a Perfil: "Es cierto que va a haber menos importaciones y hay posibilidades de que se logre un superávit comercial, aunque hay sectores transables que, por las retenciones y la inflación, perderán rentabilidad, por lo que no me queda tan claro que vaya a haber un boom exportador".
En lo que sí coincide Alfie con sus colegas es en que los próximos meses habrá una baja actividad interna: "Pongamos que se estabiliza en este valor el dólar, nosotros tenemos una proyección de caída de la actividad en 2018 en torno al 2,5% y para 2019 no hay margen para crecer, mucho menos en un contexto de ajuste fiscal, por lo que las perspectivas de crecimiento son malas".
En lo que sí puede ayudar el nuevo valor del dólar es en sanear, no solo cuentas comerciales, sino también fiscales: "Con este tipo de cambio competitivo, podés sacar reintegros y poner retenciones, y todavía el sector exportador mantiene rentabilidad positiva. Eso puede sumarte ingresos hasta por un punto del Producto y te ayuda a ir cerrando el déficit fiscal primario", dice Sigaut Gravina.
La devaluación también puede ser una ayuda, ya que frena el turismo emisivo y atrae el receptivo. En 2017, el déficit de turismo fue de u$s10 mil millones. Para 2018-2019, se espera que eso se equilibre.