El Gobierno no convence a los mercados: los "seguros antidefault" marcan nuevo récord en la era Macri
Luego de que el presidente Mauricio Macri anunciara este miércoles el pedido al Fondo Monetario de su adelanto para su programa de asistencia, los mercados reaccionaron con una inédita escalada de 7,8% en apenas un día, para marcar un nuevo récord de $34,40 en promedio.
Pero el alza del billete verde no fue la única señal de la desconfianza de los inversores en el Gobierno. También los CDS, conocidos como seguros "antidefault", avanzaron hasta los 611 puntos, marcando un récord desde la salida del default.
Durante la era Macri, el peor momento fue el 14 de junio pasado, cuando se anunció la renuncia de Federico Sturzenegger como presidente del Banco Central: los CDS se ubicaron en 418 puntos. Y ya habían subido a 232 el 28 de diciembre pasado, cuando el Gobierno "recalibró" las metas de inflación.
"Durante los últimos años se desarrolló un instrumental más sofisticado sobre la medición de riesgo y anticipación de eventos de crédito basadas sobre los CDS", dijeron Norberto Sosa, director de Invertir En Bolsa, y Marco Valenti, Jefe de Research de de la misma firma, a la agencia Bloomberg.
Sosa, además, completó: "Más allá que nos parezca ridículo o no que el mercado esté pensando en la probabilidad de default de la deuda argentina, consideramos muy útil contar con instrumentos que nos permitan cuantificar la situación".
En los últimos meses, el CDS a 5 años, que el que más volumen opera, avanzó 158%, el reflejo de un deterioro de las expectativas del mercado sobre las probabilidades de impago de Argentina.
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Cómo es la operatoria de CDS
Los CDS surgieron en 1990 con la intención de brindarle cobertura a las petroleras, tras el derrame del Exxon, en 1989.
A modo de ejemplo sencillo, funcionan como el seguro de un auto: el comprador realiza una serie de pagos en el tiempo (primas) y el vendedor asume el compromiso de cubrir parte o el total del crédito asegurado, en caso de un "siniestro" (que no fuese cancelado).
En el mundo de las finanzas globales, quienes lo adquieren buscan asegurarse el cobro de los títulos de deuda soberana ante un impago.
El monto mínimo de la operación es de 10 millones de dólares y los plazos van de uno a diez años. El más frecuente, que se toma para el análisis de un riesgo en particular, es el de cinco años.
Estos derivados de default se habilitan para cobrar si el emisor del bono:
- No cancela en la fecha de vencimiento el cupón de intereses o capital
- Cambia las condiciones de emisión o el lugar de pago establecido
- Realiza una reestructuración de deuda (reducción de tasa o extensión del plazo)
- Declara una moratoria
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Si bien en primera instancia se los califica como "seguros de impago", van mucho más allá de ello.
En muchos casos, se convirtieron en instrumentos a través de los cuales los inversores simplemente apuestan a que el activo que los respalda caiga en incumplimiento.
El comprador y vendedor pueden ocupar ambos roles, ya que un banco que vende este instrumento puede, a la vez, hacer una cobertura de esa operación con otra entidad financiera.
La reproducción de estas transacciones no tiene límites y, por esa razón, el monto global de derivados multiplica varias veces el PBI mundial.
En resumen, son contratos entre privados ("over the counter"), no cotizan en bolsa y son utilizados por empresas para gestionar diferentes riesgos que se plantean en sus negocios", señalan desde la ISDA (International Swaps and Derivatives Association), encargada de negociarlos.
La asociación se creó en 1985 y está integrada por 844 entidades financieras de 64 países.
Su directorio está integrado por representantes del JP Morgan Chase, Citigroup, HSBC, el fondo Pimco, ABN Amro, entre otros.