El Gobierno anunció que Dante Sica reemplazará a Francisco Cabrera en la dirección del ministerio de Producción.
El reemplazo se da en el marco de una serie de cambios importantes: Mauricio Macri también decidió desplazar a Juan José Aranguren del Ministerio de Energía, y el miércoles se anunció que Luis Caputo ocupará el lugar de Federico Sturzenegger en el Banco Central.
Sica es economista y contador público. Y fue secretario de Industria, Comercio y Minería durante la Presidencia de Eduardo Duhalde. Además, fundó la consultora Abeceb, que asesora a empresas e instituciones nacionales e internacionales en temas de gestión empresaria, análisis económico y políticas públicas.
Esta consultora emitió durante las últimas semanas dos informes que evalúan el reciente acuerdo que el Gobierno cerró con el FMI. Los informes pueden servir como un acercamiento a las ideas y el pensamiento de Sica en materia económica.
En primer lugar, los textos califican de "muy bueno" al crédito "stand-by" otorgado por el Fondo. "Sobre todo por el monto de la asistencia obtenida, que superó todas las expectativas del mercado".
Pero, por otro lado, advierten que "habrá que ver cuál es el nivel de tipo de cambio al que se converge", luego de retirarse la oferta permanente de dólares que venía sosteniendo el BCRA.
En cuanto a las metas de inflación, el informe dice que "es una buena noticia no haber vuelto atrás a un esquema de control de los agregados monetarios".
Pero advierte: "El hecho de haber establecido nuevamente una meta puntual en lugar de un rango-meta es una apuesta osada, ya que se corre el riesgo de que un desvío respecto de la meta puntual termine impactando negativamente sobre las expectativas y la credibilidad del BCRA, que ya viene deteriorada".
Además, el informe critica que no se haya fijado una meta de inflación explícita para 2018. "Otra de las incógnitas pasa por la dinámica de la tasa de interés dado que no se ha fijado una meta de inflación para este año. Si bien el hecho de que el BCRA no tenga que seguir comprando reservas con pesos y luego esterilizar esos pesos vía Lebacs puede ayudar a descomprimir los niveles de tasas, es probable que la misma deba permanecer en niveles elevados considerando el compromiso futuro de bajar la inflación".
En cuanto al stock de Lebacs, la consultora explica que el "llamado desarme (gradual) del stock de Lebacs" consistiría en que el Tesoro coloque bonos de mediano y largo plazo en el mercado y con los fondos obtenidos de la colocación iría cancelando la Letra Intransferible que mantiene con el Central.
"Esos fondos serían utilizados luego por el BCRA para comprar Lebacs e ir reduciendo progresivamente el stock. En este sentido, la duda que se presenta es el impacto negativo que podría llegar a tener sobre la liquidez del sistema (no es lo mismo tener activos a 35 días que a dos años de plazo), el riesgo de desplazamiento del crédito privado por crédito público y sobre el mercado de bonos".
"A ello se suma el hecho de que si bien el stock total de deuda pública contablemente no cambia (ya que se sustituye un pasivo-la letra intransferible- por otro -bonos -), si lo hace el tenedor. En otras palabras, al final de la historia se produce un aumento del stock de deuda pública "relevante", la que mira el mercado y afecta el riesgo argentino".
Esto lleva a analizar cómo quedará configurado el "panorama en materia de actividad económica, en un contexto en que operarán varias fuerzas recesivas":
- Al apretón monetario se le sumará un recorte fiscal de significación: la meta de déficit primario de 1,3% del PBI para 2019 es muy exigente, ya que implica una fuerte caída del gasto público en términos reales en un año en que el oficialismo se juega la continuidad.
- Ello, sin duda, suma grados de incertidumbre al escenario al sembrar dudas sobre la viabilidad política de la apuesta fiscal. En particular, la partida más afectada sería el gasto de capital sobre cuyas espaldas recaería más del 50% del ajuste en el bienio 2018-2019.
- La apuesta oficial pasa por compensar al menos parcialmente el impacto con la aceleración de la puesta en marcha de las PPP y con las transferencias de responsabilidades de gasto de capital de empresas a algunas Provincias en condiciones de asumirlas en un contexto en que disponen de más recursos tras la reforma tributaria y el Pacto Fiscal Nación-Provincias firmado a fines de 2017.
En definitiva, el informe concluye que "con ajuste fiscal y si se logra sortear el desafío de mantener un tipo de cambio real competitivo, existe la posibilidad de lograr también un ajuste del sector externo amigable con el crecimiento (ya que estimularía las exportaciones y la sustitución de importaciones y la inversión en los sectores transables)".
"Con todo, se le abre a la Argentina una ventana de oportunidad por primera vez en su historia de hacer un ajuste ordenado, evitando una crisis y sus costos asociados. Claro está que para aprovechar esta ventana no hay que olvidar que en paralelo también habrá que seguir avanzando en reformas estructurales que hagan viable y eleven el crecimiento de largo plazo".