El mercado se prepara para la mayor prueba del BCRA en los últimos dos años
Se fue otra semana complicada. Esta vez dejó al FMI, un probable blindaje de montos y condiciones a determinar, y análisis políticos, económicos y financieros de todo tipo.
Mientras que si se habla de sensibilidad hay que mencionar un ida y vuelta entre extremos, sin sentimientos moderados de por medio. Algo que es de por sí poco feliz a la hora de proyectar.
Pero hay más. La semana también dejó un dólar a $23,7 -que llegó a operarse arriba de $ 24 el viernes-, intervenciones en diferentes mercados (con fuerza diversa) y una estrategia del BCRA cada vez más debatida y criticada.
Esto último es un dato clave, de cara a una semana en donde, el martes, el organismo enfrentará su mayor prueba desde que está la actual administración.
Su éxito o no dependerá de una multiplicidad de variables, algunas racionales y otras no tanto. Un punto no menor si se considera cómo se gestó esta crisis, y cómo se fue profundizando hasta hoy, consigna Sabrina Corujo a La Nación.
De forma concreta, se sabe que el BCRA deberá afrontar vencimientos por unos más de $670.000 millones, el equivalente a unos 29.000 millones de dólares.
El número final dependerá del resultado de las intervenciones de los últimos días, y de lo que pueda hacer este lunes. No obstante, esto no cambiará la importancia del tamaño de la licitación, que representa cerca del 53% del stock total de letras (de unos 1.265.080 millones) y el 67% de la base monetaria.
La renovación total de los vencimientos está descartada, y no sólo por las circunstancias actuales del mercado, sino por la historia reciente.
En las cuatro licitaciones de este año (recordando que son mensuales), el BCRA dejó afuera -es decir, no llegó a renovar- en promedio un 14% de los vencimientos de la fecha.
Un poco mas atrás, en diciembre y en un clima que empezaba a mostrar cierta tensión, el BCRA había liberado incluso un poco más (18%). En consecuencia, pensar que la entidad podría verse esta vez obligada a no lograr renovar entre 18-20% del stock, sería bastante lógico.
Igual, la foto de quienes son hoy los tenedores de estas letras es diferente a un tiempo atrás, lo que no es un dato menor.
Actualmente, se apunta a que un 35-37% está en manos de entidades financieras, a lo que hay que sumarle otro peso fuerte de fondos, y otros inversores institucionales. Esto cuando hay que recordar que uno de los elementos de análisis de estas últimas semanas fue el desarme de no residentes ante la vigencia del impuesto a la renta financiera.
Otro dato a analizar en cuanto a la licitación, lógicamente, tiene relación con la tasa y la concentración del interés -lo que, en principio y de pasar con éxito este martes, llevará a seguir hablando del tema nuevamente en un mes-.
En cuanto al rendimiento, hay tres puntos a señalar:
1) desde la última licitación del 17 de abril, en donde la letra corta cortó a 26,3%, el BCRA elevó la tasa de referencia en 1275 puntos desde 27,5% a 40% anual;
2) en las últimas licitaciones la tasa que terminó convalidando el organismo -tomando como referencia la letra más corta- terminó siendo de entre 25 y 80 puntos por arriba de la que marcaba el mercado secundario, y entre 50 y un punto por debajo de la tasa de política monetaria determinada;
y 3) el dólar es una de las variables clave que debe analizarse como causa y consecuencia del resultado de esta licitación. El billete, sólo para tener como referencia, se devaluó cerca del 15% desde la última licitación de abril, y más del 24% en lo que va del año. En otras palabras, lo que pueda llegar a renovar -o en su defecto lo que no renueve- puede explicarse por el movimiento esperado para el billete -o explicar el comportamiento futuro de éste-.
En este marco, y como referencia para la licitación de este martes, se marca por un lado la tasa de política monetaria que esta en 40%, y por otro lado, el cierre de los rendimientos del mercado secundario el viernes. Acá, aunque hay que ver cómo opera este lunes, la tasa de la letra de julio (42 días) fue de 42,1% anual. Incluso como otro dato, debemos remarcar, el aplanamiento en realidad de toda la curva con las dos más larga (96 y 131 días) en 41,3% y 40%, respectivamente.
El otro punto, para terminar, no menor es el clima en el cual llega el BCRA a esta licitación. No sólo acá se deben mencionar las variables económicas en revisión (más inflación y menor crecimiento son seguro costos de la crisis, aunque aún no sabemos en qué magnitud) y el deterioro de las financieras (vistas como impacto en las cotizaciones, y lo que acarrea la suba de tasas), sino en la incertidumbre que existe hoy sobre la estrategia de la entidad monetaria luego de intervenciones sucesivamente cuestionadas en las últimas semanas.