El 2017 terminó con dudas: consumidores desconfían del rumbo económico
Las expectativas económicas de los consumidores argentinos cayó 4% en diciembre, respecto del mismo mes de 2016, y retrocedieron nueve puntos porcentuales en la comparación con noviembre, según el índice General de Expectativas Económicas (IGEE) que desde 1982 realiza la consultora Kantar TNS.
Las expectativas más negativas que en meses anteriores impactaron en la evaluación respecto de la dirección que está tomando el país, pasando de un 51% que consideraba que iba en el camino correcto a un 40%, explica el análisis. De esta forma, la tendencia general retomó la volatilidad que se observó hasta el primer semestre del 2017.
"Cada vez que se tratan medidas de impacto económico –como resolución de tarifas, ganancias, la reforma previsional y el paquete económico–, el humor en las expectativas se hace algo más errático, con una incertidumbre pesimista en el comportamiento del consumidor", explicó Mercedes Ruiz Barrio, Investigadora Senior de Kantar TNS.
El indicador revirtió su tendencia positiva en diciembre, generando una caída interanual de cuatro puntos y un retroceso de nueve puntos al comparar con noviembre pasado, se desprende del análisis.
En el estudio que mide la percepción de la población acerca de la situación económica y laboral en el país se destacó que "las expectativas retroceden abruptamente en el cierre del año regresando a los niveles bajos de principio del 2017".
Esto se registró en contraposición a años anteriores donde diciembre es un mes optimista, explicó Ruiz Barrio. Todos los componentes del indicador retrocedieron en diciembre: situación económica-laboral actual y futura en Argentina, ingresos del hogar a mediano plazo y momento para la compra de bienes durables.
Pero el impacto de la retracción fue mayor sobre si es un buen momento o no para la compra de bienes durables como, por ejemplo, heladeras, lavarropas o teléfonos. En este sentido, el indicador de Kantar TNS bajó de 121 puntos a 110 entre noviembre y diciembre pasados.
"El año terminó con un índice de expectativas en baja, un pesimismo –referente a la situación laboral y económica del país– sobre el momento actual mayor que la perspectiva respecto al futuro, advirtiendo que no resulta el mejor momento para la compra de bienes durables", relató la ejecutiva al explicar la opinión de la población.
En líneas generales, las evaluaciones se hacen más críticas entre los menores de 25 años del área del Gran Buenos Aires –que en los de CABA e interior del país–, y de los niveles socioeconómicos más bajos.