"Modelo M" doble comando: el BCRA baja poco la tasa, el "ala política" se queja por la economía
Finalmente, se develó el misterio: el Banco Central dispuso una leve reducción de la tasa de referencia de 75 puntos básicos, del 28,75% al 28% anual.
Fue menor a la esperada por un mercado que, en las últimas jornadas, había descontado un descenso superior al punto y medio, algo que se había reflejado en el mercado secundario de las Lebac.
Para algunos analistas de la City, apenas se trató de una "baja testimonial".
En el comunicado que acompañó la determinación, el BCRA fue categórico: anticipó que "será cauteloso" respecto de las medidas que vaya a tomar en el futuro.
Poco antes de la comunicación oficial, la cotización del dólar -que había trepado a $19,40 a mitad de la rueda- terminó la jornada en $19,31, con un retroceso de dos centavos en relación al lunes.
Esta tendencia terminó marcando la tranquilidad con la que los operadores tomaron la modificación de la tasa de interés.
La decisión del Comité de Política Monetaria (Copom) se produjo tras el anuncio del 28 de diciembre, cuando el equipo económico en pleno definió la nueva meta de inflación: la elevó de una franja inicial de entre 8% y 12% al 15% para 2018.
La corrección bajista de la tasa se produjo en medio de una revisión del "modelo económico M" impulsado por el Gobierno.
Hasta hace unos días, venía poniendo todas sus energías en lograr una abrupta desinflación de la economía.
Pero, en un contexto en el que el nivel de actividad ya corre serios riesgos de plancharse, la Casa Rosada optó por priorizar el crecimiento económico por sobre la inflación.
Esto marca un repentino cambio en el principal objetivo perseguido por el oficialismo, al que el Banco Central trata de acomodarse.
Por cierto, no son pocas las voces que advierten sobre el peligro de que ambos puedan quedarse a mitad de camino.
Es decir, que Sturzenegger no llegue a cumplir con la meta inflacionaria y que la "mesa chica" no logre un repunte del 3,5% del PBI, tal como está previsto para 2018.
El banquero central, por su parte, dejó en claro en el comunicado del martes que será "menos duro" en su manejo de la política monetaria, siempre y cuando observe que se vaya cumpliendo con el proceso desinflacionario.
En otras palabras, su laxitud en el manejo del costo del dinero dependerá de que el índice de precios se encamine al 15% que es la nueva referencia, también de difícil cumplimiento.
"Si se busca una menor velocidad de desinflación que la planeada originalmente, corresponde un sendero de política monetaria menos contractivo que el que antes se preveía", reza el comunicado del Banco Central.
Luego, la entidad aclara que si alguien pensaba que la autoridad monetaria podría aplicar una reducción severa del costo del dinero, está equivocado.
Según afirma el BCRA, la reducción gradual de la tasa de interés sólo podrá sostenerse en el tiempo en la medida en que la evolución de la desinflación vaya recorriendo el sendero buscado.
La decisión de Sturzenegger de bajarla poco fue aplaudida por varios economistas quienes, en los últimos días, advirtieron sobre las implicancias negativas que tendría una fuerte reducción sobre el dólar, por un lado, y sobre el índice de precios, por otro.
Para Daniel Artana, de Fiel, lo hecho por el funcionario "ha sido una muestra de autonomía" del Banco Central, dado que fue muy leve en comparación con la que le hubiese gustado al "ala política".
Además, afirma que "la nueva meta del 15% sigue siendo muy ambiciosa".
Federico Furiase, director de la consultora Eco Go, señala a iProfesional que Sturzenegger "reforzó su compromiso antiinflacionario en momentos en los que no cuenta con demasiado margen para bajar la tasa más de lo que lo hizo".
Fausto Spotorno, director de Ferreres & Asociados, coincide: "El Banco Central actuó bien. Personalmente, no creo que pueda hacerla caer mucho más si es que quiere alcanzar la meta del 15%".
"La reducción del 0,75% no pone en riesgo el cumplimiento del nuevo objetivo establecido por el Gobierno", añade.
Un reporte de Balanz Capital, distribuido entre sus clientes horas antes de la definición del BCRA, ayuda a entender la presión de Sturzenegger en varios sentidos.
Por un lado, a raíz de la fuerte influencia ejercida por el "ala política" del Gobierno. Por otro, a partir de su ingrato recuerdo de lo acontecido en el pasado reciente.
Sobre este último punto, "tanto en 2016 como en 2017 el BCRA redujo anticipadamente las tasas, generando un rebrote inflacionario y posterior incumplimiento de las metas estipuladas", recuerda Balanz Capital.
El banquero central pareció responder a las dudas de ese reporte -y de tantos otros que se escribieron en las últimas jornadas en la City- en el último renglón del comunicado oficial: "El Banco Central conducirá su política monetaria para alcanzar su meta intermedia de 15% en el año 2018", suscribió.Doble comandoAhora, la gran pregunta es si volverán las tensiones entre el Sturzenegger y la Casa Rosada, luego de una baja en la tasa que, para el "ala política", tiene sabor a poco.
Sucede que, mientras el jefe del BCRA centra sus decisiones en la inflación, en el Palacio de Hacienda ya están temiendo por no llegar a cumplir con el crecimiento económico previsto para este año.
La revisión de la meta inflacionaria sirvió para levantar el tipo de cambio, a todas luces atrasado: el precio del billete verde, que en la Navidad orillaba los $18,30, ahora saltó a $19,30.
¿Qué pasará con el dólar? Furiase es categórico: "Quedó claro que el Central no va a entregar el control de la tasa de interés. En este contexto, el tipo de cambio se estabilizará en los valores actuales y, por cierto, volverá el carry trade".
La posibilidad de que la estrategia de Sturzenegger sea percibida como demasiado moderada, y que finalmente no ayude ni a levantar la actividad ni a darle pelea a la inflación, forma parte de los análisis de los importantes bancos de inversión. También de economistas, como es el caso de Pablo Goldín (MacroView).
"Mi gran temor es que esta estrategia lo haga quedar a mitad de camino: que el índice de precios quede arriba de la meta y que la actividad económica se deshilache", advierte.
Goldín teme por "un contexto más desordenado, en el que dentro de un tiempo nos estemos cuestionando qué se quiso hacer. Es el gran desafío que tiene tanto el Gobierno como el Banco Central".
Al igual que Goldín, son varios los economistas que creen que la movida del BCRA (bajar la tasa pero apenas un poco, a modo de simple gesto), es una de las tantas contiendas que protagonizarán Sturzenegger y el "ala política" del Gobierno, con el trío Marcos Peña-Mario Quintana-Gustavo Lopetegui a la cabeza.
Fueron precisamente estos funcionarios, asesorados por el ex JP Morgan Vladimir Werning, quienes se volcaron a ponerle límites a la estrategia de "mano dura" que venía aplicando Sturzenegger para combatir la inflación.
La corrección de la meta (de una franja inicial de entre 8% y 12% a la "recalibración" del 15% para 2018) devino en un nuevo piso del dólar, considerado auspicioso y saludable por los funcionarios de Casa Rosada.
En tanto, los operadores de la City hicieron rápidamente su lectura: si el Gobierno admitía un derrotero más laxo en el combate contra el alza de precios y ponía como prioridad el crecimiento, entonces el costo del dinero iba a bajar.
En las horas previas a la decisión del COPOM, la tasa implícita de las Lebac de corto plazo mostraba una caída de 1,75 punto. Y de hasta 3 puntos en las de largo plazo.
Sin embargo, Sturzenegger desistió de convalidar ese marcado descenso (al menos por ahora) y redujo solamente el tipo de interés de referencia un 0,75%.
El influyente Miguel Bein había advertido que su colega en Reconquista 266 no iba a tener demasiado espacio para ir más rápido: "Yo no veo una baja de dos puntos. Un punto puede ser suficiente para poner el dólar en el rango en el que se está moviendo ahora".
En su visión, "el tipo de cambio estaba muy atrasado", y si bien "ahora está mejor" debería valer un peso más para lograr mayor nivel de inversiones y exportaciones.Artana, de FIEL, coincide con el ex asesor de Daniel Scioli durante la campaña 2015: "Lo que se está discutiendo ahora es el ritmo de la economía".
Los últimos registros del INDEC sobre la actividad económica marcan un inesperado estancamiento cuando se hacen las comparaciones mes a mes.
Esta tendencia, de persistir, pondrá en riesgo la expansión del 3,5% del PBI escrita en el Presupuesto 2018. Esto es, precisamente, lo que mantiene en alerta tanto a la Casa Rosada como al Palacio de Hacienda.
En la City, la pregunta que todos se hacen es si Sturzenegger se plegará al cambio de orientación de la Casa Rosada. Sobre este punto, el funcionario enfatiza que, pese a todo, hará primar la cautela.
La próxima movida tendrá lugar en 15 días. En dos martes, el Central volverá a definir su estrategia de tasas.
Una vez más, el mercado hará sus apuestas, no sin advertir la existencia de un "ala política" que prioriza el crecimiento y a un jefe del BCRA que mantiene su foco en combatir la suba de precios.