La reforma fiscal de Trump: cuánto bajarían los impuestos en Estados Unidos y a quiénes beneficiaría
Esta madrugada, el Senado de Estados Unidos aprobó la reforma fiscal impulsada por el presidente Donald Trump , que se perfila como el gran primer triunfo legislativo del republicano y que es repudiada por la oposición, que asegura sólo beneficia a las clases altas y a las grandes empresas.
De hecho, sus detractores advierten que sería un regalo navideño para las firmas que recibirían miles de millones en deducciones fiscales. Pero en otras partes del mundo las asociaciones comerciales y los gobiernos no están tan emocionadas como las familias pudientes de EE.UU.
¿Cuál es el aspecto principal de la reforma fiscal?
El paquete incluye rebajas de impuestos por un volumen de casi 1,5 billones de dólares y tiene entre sus puntos principales una reducción de impuestos a empresas del 35 al 21 por ciento.
La mayoría de los demás contribuyentes también pagarán menos al fisco al menos temporalmente. Sin embargo, los más ricos se beneficiarán más de la medida de Trump que los pobres y la clase media, según las críticas de los demócratas.
¿Cómo son los impuestos a las empresas estadounidenses en comparación con otros países?
Son notablemente más altos, pero con una reducción al 21 por ciento, la mayor economía del mundo estaría ligeramente por debajo de la media de la mayoría de los competidores (23 por ciento). En la Unión Europea (UE) hay países que permiten a sus empresas pagar aún menos impuestos, entre ellos Reino Unido e Irlanda. Estados Unidos quedaría por debajo de la media de la UE, que es de poco más del 22 por ciento.
¿La reforma supone algún riesgo para Estados Unidos?
Sí, son varios y son importantes. El endeudamiento será aún mayor debido a las grandes deducciones fiscales a empresas y el déficit resultante en los ingresos del Estado. Los críticos señalan que las futuras generaciones de contribuyentes pagarán las consecuencias.
La actual presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, expresó su preocupación porque a su entender la economía estadounidense, ya de por sí a toda máquina, corre el riesgo de sobrecalentarse a largo plazo. Los incentivos podrían fracasar porque las empresas podrían decidir invertir en otros países en lugar de en la economía nacional.
¿Qué opinan los gobiernos europeos de la reforma?
Advierten de una distorsión de la competencia en el comercio con Estados Unidos. Los ministros de Finanzas de España, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia alertaron en una carta a su homólogo estadounidense de la discriminación a las empresas extranjeras.
Temen sobre todo una propuesta de gravar con el 20 por ciento los pagos a filiales fuera de Estados Unidos, una especie de impuesto especial. Se trata de una regulación denominada "excise tax" que exigió la Cámara de Representantes y que afectaría por ejemplo a las empresas automotrices con centros de producción en Estados Unidos porque importan muchas de las piezas de montaje.