AySA cambió facturación para residenciales y anticipa la suba de tarifas
Si bien los aumentos de tarifas todavía se concentran en los servicio de gas y electricidad, es probable que el año próximo también sea el turno del agua.
La decisión de mantener los precios del servicio que cobra AySA por lo menos hasta diciembre y durante los primeros meses de 2018 tiene que ver con la necesidad de acomodar antes los valores Edenor, Edesur y Metrogas.
También se basa en la diferencia de facturación que existe entre los tres servicios. Mientras la luz y el gas se pagan por consumo, en el caso del agua se tienen en cuenta los metros cuadrados o la superficie.
Por eso, AySA comenzó un proceso de cambio de su modalidad de facturación orientada al consumo pero que, según fuentes de la compañía, no representará incrementos tarifarios ni tampoco mayores ingresos para la firma.
En concreto, el cambio será para los clientes de AySA que tengan medidor en sus hogares. Se trata del 14% de los clientes de la compañía concesionaria de los servicios públicos de agua potable y recolección de desagues cloacales para la Ciudad de Buenos Aires y 25 partidos del conurbano bonaerense.
En total, hoy AySA tiene un total de 3 millones de clientes de los cuales 2,5 millones son residenciales.
De ellos, 341.000 usuarios serán los que a partir de ahora deberán pagar por lo que consumen y no por los m2 de su vivienda. Así lo confirmaron fuentes de AySA, quienes aclararon que "la facturación en función del consumo responde al objetivo de sostener y mejorar el servicio que prestamos, incentivando el uso responsable del recurso".
Explican también que estos cambios buscan incentivar el uso responsable del agua, empoderar al usuario, dándole la posibilidad de pagar por lo que consumo, transparentar la factura al desaparecer toda referencia a la superficie cubierta y características del inmueble.
Consideran además que que la medida "es un paso importante para la expansión de la medición del servicio, al dar la opción a los usuarios no medidos de cambiarse al sistema de facturación por consumo, con sólo solicitar un medidor en forma gratuita".
En el caso de los clientes no residenciales, que son 100.000, la modificación ya se aplicó en mayo pasado. Es decir que a partir de ahora, el cobro de os servicios prestados por AySA tendrá dos regímenes de facturación. El medido y el no medido o por superficie.
Según la Disposición SSRH N° 19-E /2017, "los usuarios medidos dejan de pagar el componente del cargo fijo que se facturaba en función de la superficie (m2) del inmueble y pasan a pagar por los m3 que consumen". Para quienes no tienen todavía medidor, el valor de la factura no cambia. Se traslada el monto facturado por los metros cuadrados, incluidos anteriormente en el cálculo del cargo fijo, al cargo variable.
"Esta modificación les permitirá evaluar su futura inclusión al régimen medido. Si deciden cambiar de régimen y solictar un medidor, solo pagarán por el agua consumida y el medidor se instalará en forma gratuita", agregan las fuentes.
La norma establece además un cargo fijo único y homogéneo de $87 más impuestos, por servicio y por bimestre, mientras que el cargo variable pasa a ser el producto de un nuevo precio multiplicado por el volumen efectivamente consumido y registrado, eliminándose toda referencia a la superficie y características del inmueble.
Para quienes no puedan abonar la tarifa, ya existe un programa de tarifa social que se focaliza en los subsidiios de aquellos clientes que lo necesiten. En este sentido, la tarifa social mínima que establece el programa es de $52 por servicio y por mes. No hay un cupo en cuanto a la cantidad de gente que podrá ingresar a la tarifa social ya que todos los que califiquen podrán obtenerla.
Es más, en los casos extremos, la gente es liberada de la obligación de pago y sigue recibiendo los servicios. En la actualidad, este programa de tarifa social beneficia a 250.000 hogares. El 5% de este universo, corresponde al denominado "Caso Social" y está eximido del pago de las facturas. Actualmente hay un 25% de usuarios residenciales que aún gozan de un 25% de descuento en sus facturas que seguirán siendo bimestrales.