Pesos pesados de la industria discrepan con CFK: no sustituyen exportaciones y suspenden personal

La tregua por el Día de la Industria fue tan breve como un suspiro. Luego de que el Gobierno hiciera las paces con la UIA durante las celebraciones de la semana pasada y la Presidenta anunciara un repunte de la actividad tras 23 meses de caída consecutiva, los gigantes de la industria pusieron en marcha nuevas medidas de ajuste.

Se trata de grandes empresas del rubro siderúrgico, metalúrgico y automotor que, pese al sostenimiento del mercado interno, se ven afectadas por la recesión en Brasil, la creciente competencia china y la baja del precio del petróleo.

En respuesta a esas "presiones", los principales grupos industriales del país prevén extender suspensiones, paralizar sectores y reducir personal para compensar la caída de la demanda.

En otras palabras, prefieren otras alternativas antes que "sustituir exportaciones", tal como pidió Cristina Kirchner durante el acto oficial en Tecnópolis, en el Día de la Industria.

El deterioro de las condiciones laborales despertó preocupación en el seno de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), liderada por Antonio Caló. En su última reunión de Consejo Directivo sus dirigentes coincidieron en caracterizar el escenario como "muy complicado".

“Estamos preocupados en todo el país, porque lo que pasa en mi seccional vemos que ocurre en la mayoría de fábricas”, dijo el titular de la UOM de Villa Constitución, Héctor Ibarra.Techint, con "parada técnica"La "joya" del grupo Techint, Siderar, comenzó a notificar a su personal la semana pasada que a partir del 1 de noviembre apagará uno de sus dos hornos para repararlo y reubicará a los operarios del sector en su planta de San Nicolás, donde emplea 4.500 personas y se producen 2 millones de toneladas de acero por año. 

Si bien es normal que las siderúrgicas hagan un parate de entre tres y seis meses para poner a punto sus instalaciones, esta vez el arreglo llamó la atención a la dirigencia de la UOM al enterarse que la interrupción se extenderá por un año, luego de que este año la producción cayera un 12 por ciento.

La "parada técnica" es parte de un plan de recorte de la fabricación que contempla la supresión de reemplazos vacacionales y la potencial prescindencia de trabajadores contratados, que conforman la mitad de la plantilla. Asimismo, la firma prevé poner un freno en diferentes sectores, como el de la vieja colada continua, en acería, ante la acumulación de unos 170.000 planchones.

Como resultado, se espera que la capacidad de la planta se reduzca al 75%. En la empresa sostienen que el ajuste responde a la "crisis automotriz", los costos de flete y la competencia del acero fabricado en China, cuyos productos le están copando la parada en Sudamérica a las industrias radicadas en la Argentina.

Siderca es la otra nave insignia de Paolo Rocca que avanzó en la reestructuración iniciada el año pasado. Luego de suspender personal y eliminar unos 800 puestos desde abril, la fabricante de tubos sin costura evalúa ahora extender hasta seis meses las suspensiones rotativas que vencen en octubre y que hoy afectan a la mitad de sus 3.000 metalúrgicos.

"Se viene hablando (de extender las suspensiones) si bien aún no hay nada confirmado", dijeron a este medio fuentes de la empresa.

En los últimos días, la empresa giró al cuerpo de delegados la propuesta de reducir el 10% de los puestos en el área de fabricación de cuplas, donde trabajan 240 personas, pero la medida es resistida por los trabajadores.

Las últimas noticias, sumadas a reducción de salarios al 85% y el endurecimiento de las sanciones por retrasos, acrecentó aún más el clima de malestar dentro de la planta de Campana donde, días atrás, estallaron dos conflictos en una misma semana.

Una de las protestas llevó a la UOM a bloquear la salida de camiones, ante la sospecha de que la empresa derivaba cuplas a Siderar para reducir costos. La otra derivó en un enfrentamiento con personal de seguridad en el comedor para rechazar tres despidos disciplinatorios.

Acindar "no sustituye exportaciones"En tanto, Acindar, del grupo indio Arcelor Mittal, evalúa reducir uno de los cuatro turnos para realizar tareas de mantenimiento en algunos de los sectores de la planta, ubicada en la localidad santafesina de Villa Constitución, donde 2.500 trabajadores producen cerca de 1,4 millones de toneladas por año.

Más del 90% del negocio se explica por la construcción, que a nivel local se mantiene estable por impulso de la obra civil y el plan oficial de edificación de viviendas Procrear. Sin embargo, la recesión de la industria automotriz afectó sus exportaciones a Brasil, por lo que las ventas externas hoy representan entre un 5 y un 7% de sus ingresos, la mitad de lo que despachaban antes.

"No sustituimos exportaciones, las que perdimos las perdimos. Nuestro fuerte era Brasil", señaló a este medio el gerente de Asuntos Externos, Carlos Vaccaro. No obstante, señaló que "si hay mercado interno para producir, hay que hacerlo".

La siderúrgica viene de un conflicto por despidos que, tras varias medidas de fuerza y conciliaciones obligatorias, reincorporó a la mayoría de los 12 trabajadores afectados.

La conflictividad creció este año en medio de la pérdida de mercados externos motivada por la abundancia de acero chino que en cinco años duplucó su presencia en el continente.

Además se suma la incertidumbre por la finalización -a fines de diciembre- del "paraguas" protector que representan las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), creadas por el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

Panorama complicado

Con todo, la situación más complicada en la región es la de Paraná Metal, una fábrica de fundición y autopartes que fue comprada en 2010 por el "zar del juego" Cristobal López y ahora pretende cerrar sus puertas, tras enviar telegramas de despido a sus 200 trabajadores.

El ministro de Trabajo de Santa Fe, Julio Genesini, dijo a iProfesional que la compañía del empresario K, titular del Grupo Indalo, evaluará hasta el 31 de octubre el futuro del negocio, mientras mantiene reuniones con la UOM, y la cartera de Industria, encabezada por Débora Giorgi, quien realiza gestiones para conseguir nuevos clientes.

Cerca del gobernador santafesino Antonio Bonfatti reconocen que hay otros casos de empresas con problemas en la provincia. Ese es el caso de Vassalli Fabril, la mayor fabricante de cosechadoras del país con sede en Firmat que, a partir del 1° de septiembre, redujo la jornada de trabajo en más del 50% afectando a unos 500 trabajadores.

La cartera laboral le otorgó a la empresa un Proceso Preventivo de Crisis y aseguró que "hasta el 31 de diciembre seguirán cobrando el sueldo".

"El problema es grave, vamos a ir de mal en peor, de continuar esta situación. Las suspensiones son preferibles a los despidos", dijo una fuente del Gobierno de Santa Fe.

En Córdoba, el panorama tampoco es alentador. El titular de la UOM, Rubén Urbano, denunció a este medio una ola de suspensiones y despidos "encubiertos" que "está dejando ocioso al 40% de los trabajadores de la UOM" en la provincia, a raíz de la caída de la industria automotriz y sus efectos sobre la rama autopartista.

La situación se agravó con la decisión de las terminales automotrices de suspender personal ante la falta de dólares y los temblores en Brasil. Ese camino siguieron Ford y Volkswagen, junto con FCA (Fiat + Chrysler) y General Motors que, además, lanzaron un plan de retiros voluntarios.

La devaluación en Brasil repercute a su vez en firmas como Fate, la principal fabricante de neumáticos de la Argentina, que este miércoles y jueves suspenderá a sus 1.800 operarios.

La medida despertó el malestar de la opositora seccional del Sindicato del Neumático (Sutna) que iniciará medidas de protesta para rechazar las suspensiones y exigir un premio en el marco de las paritarias.

No obstante, desde la firma, perteneciente al grupo Aluar, adelantaron a iProfesional que el recorte de jornadas de trabajo se extenderá por tres meses, a menos que cambie el escenario.