Kicillof anunció alta inflación de febrero y disparó munición gruesa contra analistas y medios de comunicación
El ministro de Economía Axel Kicillof informó que la inflación para el mes de febrero fue de 3,4% según el nuevo Índice de Precios Nacional y Urbano (IPCNu). De esta manera, se acumula un alza oficial en los precios de 7,1% en el primer bimestre de 2014.
Según aclaró el funcionario, los rubros que presentaron mayores subas correspondieron a atención médica, con un alza del 6%, equipamiento del hogar (4,8%), alimentos y bebidas (4%) e indumentaria (1,4%).
"Trasladaron la variación del tipo de cambio, a veces las expectativas, a veces el tipo de cambio ilegal y a veces otros rubros 'por las dudas'", disparó el funcionario para justificar la cifra.
Y agregó que, debido a la variación cambiaria de enero, "hubo sectores productivos y porciones de la cadena de comercio que decidieron pasar el valor del dólar a sus precios mecánicamente. Es una decisión que desde el punto de vista económico, la rentabilidad empresarial y costos, no tiene ningún sentido económico".
Asimismo, aseguró que el Gobierno mantuvo reuniones con empresarios a lo largo de enero y febrero y aclaró que "entraron en razón" dado que, según el ministro, la suba de precios fue la que provocó una caída de la demanda. "La variación en los valores de los productos es una decisión del comerciante, no del Gobierno", subrayó.
"Ni el sector importador tenía por qué aplicar aumentos por suba del dólar", enfatizó e hizo mención especial al caso del sector de medicamentos, con el que se llegó a un acuerdo que, aclaró, empezó a regir en marzo y se verá reflejado en el próximo indicador.
Asimismo, se refirió al rubro automotriz. "Hubo algunos incrementos y resta por verse si fueron concesionarias o terminales", indicó y cuestionó los aumentos sobre los autos.
"Enero y febrero están sujetos a estas distorsiones", concluyó y dejó así abierta la expectativa para un marzo con un índice inferior.
Antes de pronunciar la cifra, Kicillof volvió a cargar contra las consultoras privadas y contra los medios de comunicación que difundió dichos valores: "Un economista salió a decir que la inflación fue de seis y nadie le pregunta cómo la midió, con qué comercios o qué canasta".
"Muchos periodistas han hablado al país diciendo esto" indicó y enumeró los indicadores para resaltar las diferencias en las mediciones. "¿Por qué lo transfieren a todo el país y a todos los bienes?", cuestionó, dado que la mayoría de los índices continúan ponderando sólo los precios de la Ciudad y del Gran Buenos Aires.
Sigue el "sinceramiento"En las últimas jornadas se había instalado en el mercado una sensación de incertidumbre respecto de si el "sinceramiento" mostrado en enero por el nuevo índice se mantendría también en febrero.
La duda estaba alimentada, como siempre, por los rumores políticos, pero sobre todo por la constatación de que los números darían mucho peor que lo originalmente previsto. Es así que las mediciones privadas mostraban un empeoramiento de la inflación en febrero respecto de enero, algo inusual, ya que por factores estacionales el segundo mes del año suele ser relativamente tranquilo en materia de precios.
Esta situación ponía al Gobierno en una disyuntiva complicada:
- Si admitía la inflación real, entonces se exponía a que el programa Precios Cuidados cayera en el descrédito. Y, más grave aun, podría hacer perder autoridad al Gobierno ante los sindicatos, justo cuando las negociaciones salariales ingresan en su fase definitoria.
- Por el otro lado, si se volvía a "maquillar" los números, eso implicaría un golpe mortal a la credibilidad, no ya del recién nacido IPCNU, sino de cualquier dato estadístico emanado de fuentes oficiales. Y, para empeorar la cosa, se volvería a tensar la relación con el Fondo Monetario Internacional, lo cual sepultaría las aspiraciones oficiales de volver al mercado de crédito externo.
El debate se resolvió por el lado de la sinceridad. Y para contrarrestar los efectos negativos de la noticia sobre la opinión pública, los funcionarios apelaron a una nueva dosis de "relato".
Primero, el secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, anticipó que el dato de febrero contendría un efecto de "subas desproporcionadas" que surgieron por las expectativas de que sobrevendría una mayor devaluación.
Pero hizo hincapié en que ese momento de volatilidad estaba ya bajo control, gracias a la aplicación de "Precios Cuidados".
Luego, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, también intentó "compensar" la mala noticia de febrero al adelantar que marzo reflejará un dato sensiblemente inferior.
La intervención de Capitanich apunta a transmitir una sensación de estabilidad en el contexto de las paritarias.
Ninguno de los dos funcionarios hizo referencia al motivo que, para la mayoría de los economistas, explica el alivio de la presión inflacionaria en marzo: la fuerte contracción monetaria dispuesta desde el Banco Central y el enfriamiento de la demanda como causa de la disminución del salario real.
Kicillof, "se despachó" contra todosEl ministro repartió críticas "a diestra y siniestra". Habló de empresarios que suben injustificadamente los precios, de consultores privados que elaboran índices de inflación "paralelos" y volvió a lanzar duras críticas contra la prensa.
Sobre las mediciones de la evolución del índice de precios realizadas por privados, consideró que "surgen de una nebulosa, no tienen base clara, ni rigor metodológico".
Asimismo, se quejó porque los periodistas, según su visión, "nunca hacen una repregunta" a los economistas entrevistados sobre su metodología. "El periodismo también tendría que estar intrigado en conocer" cómo se obtienen esos números, indicó.
Dijo que algunos medios tratan con "mucha irresponsabilidad el tema" al tomar "como verdad" la información provista por las consultoras. "La prensa no le da un eco lateral, es tapa de diarios", sostuvo y pidió "más delicadeza" a la hora de informar.
En la conferencia de prensa en que anunció el Índice de Precios al Consumidor Nacional urbano (IPCNu) de febrero, de 3,4%, Kicillof citó las estimaciones de ocho consultoras privadas que dan cuenta subas de entre 3 y 6 por ciento para febrero, de las cuales, dijo "se desconocen la metodología que emplean y la canasta" que toman como referencia.
En ese sentido, aseguró que si tuvieran que explicar "cómo construyen ese número habría una gran dificultad, porque van del 3 al 8%", y como "divergen olímpicamente entre ellos no habría forma de coincidir".
Al repasar los índices de distintas consultoras, a las que sólo identificó con un número, destacó que para algunas "entre enero y febrero hubo una desaceleración de un punto" pero al mismo tiempo "hay otras que hicieron lo contrario y dijeron que en febrero hubo una aceleración respecto a enero".
"Todo esto sin decir qué rubros y porqué lo transfieren directamente a todo el país y a todos los bienes, lo que no puede ser así" afirmó y pidió que "por lo menos le impriman algo de rigor, no tiren números sin razón".
Repercusiones en Twitter
Sus dichos y el nuevo índice dispararon una serie de réplicas por parte de la oposición y de los mismos economistas que discrepan de las políticas económicas del gobierno de Cristina Kirchner.
"Kicillof no entiende el fenómeno inflacionario. Esta caliente porque la devaluación de fines de enero se fue a precios", aclaró el economista José Luis Espert.
Mientras que Eduardo Levy Yeyati, director de la consultora Elypsis sentenció: "El Kirchnerismo no deja pasar ninguna oportunidad de decepcionar".
Y el mismo Miguel Kiguel respondió que cree más en la consultora Elypsis que en el "Indek". Además, afirmó que "si el INDEC quiere despejar suspicacias lo mejor es que de a conocer la metodología y los precios relevados".
Para Patricia Bullrich, una de las diputadas nacionales que difunde el índice Congreso tuiteó: "El 3,4 de inflación lo acerca cada vez más a Kiciloff a Moreno.....índice poco serio".
Nicolás del Caño, el diputado nacional del Frente de Izquierda que propuso que los legisladores "ganen lo mismo que un docente" resaltó que "en dos meses la inflación ya se comió casi todo el aumento que van a percibir los jubilados a fines de mes", al igual que lo hicieron en sus cuentas Facundo Moyano y el senador nacional Ernesto Sanz.
Según el economista y diputado por el PRO, Federico Sturzenegger, "el número tenía que ser mayor a 4,4% que fue el número que dio la Ciudad de Buenos Aires que tiene menor ponderación de alimentos. "Ergo número publicado no es creíble".