Entre cuotas fijas y dólar quieto, la clase media armó su propia bicicleta financiera

El contexto actual ha generado un "extraño cóctel" que es aprovechado por la clase media. Cómo funciona. La opinión de expertos
ECONOMÍA - 28 de Julio, 2010

Federico es un empleado que cobra un sueldo de $4.000. Es decir, el equivalente a unos 1.000 dólares.

Su perfil es más bien conservador. Desde hace tiempo mantiene como objetivo el de ahorrar el 20% de su sueldo, es decir unos $800, para así­ ir haciéndose de unos u$s200 al mes. Siente que -frente a una inflación del 25%- comprar dólares resulta un "excelente negocio". Y no quiere perdérselo.

En cambio Ana, su pareja, se entusiasma con los avisos de 50 cuotas para adquirir electrodomésticos. Entiende que -frente a la actual suba de precios- los planes en cuotas son el "negocio perfecto" para renovar sus artí­culos del hogar. Y tampoco quiere perdérselo.

Calculadora en mano –y tarjeta de crédito en la otra- hace la cuenta y observa que "ese par de cositas" a las que le puso el ojo cuestan unos $9.600. Y está convencida de que el momento actual resulta ideal para dar el gran paso.¿Dolarización o consumo? Esa es la cuestión que los lleva a mantener una larga conversación para saber qué conviene hacer. Finalmente, llegan a un acuerdo:

  • Ana hará la parte del negocio "en pesos": destinará unos $400 (u$s100) para pagar sus gustitos a 24 cuotas, para que la inflación vaya diluyendo ese pago en el tiempo y ganar dinero con ese mecanismo.
  • Federico hará la parte del negocio "en dólares": destinará unos $400 para comprar uno u$s100 al mes, esperando que, en algún momento, se produzca un ajuste en la cotización.

Al igual que Federico y Ana, miles de argentinos se encuentran a diario con el dilema de comprar a precios congelados o ahorrar. Sin embargo, los datos que arroja la realidad económica actual están indicando que se ha generado una "armoniosa" tercera opción.

Sucede que, históricamente, cuando aumentaba el nivel de consumo se reducí­a la cantidad de dólares que los argentinos atesoraban en el colchón. Y, viceversa, cuando bajaba la fuga de capitales el ritmo de compras de bienes y servicios volví­a a incrementarse.

El contexto actual le ha dado a la clase media una tercera variante.

Y ha generado una suerte de "bicicleta financiera" por la cual busca aprovechar los planes en cuotas extendidas -para licuar los pagos mensuales– a la vez de comprar dólares para cubrirse de un futuro ajuste. Licuación y cobertura resultan ser las palabras que llevan a una combinación de ganancias en pesos y protección en dólares que gran parte de la sociedad busca capitalizar.

¿Por qué pagar de contado un bien, cuyo precio se puede congelar en el tiempo, cuando parte de los ingresos puede encontrar su destino en el billete verde?, parece ser el razonamiento de buena parte de la clase media.

"Se da una combinación de factores que hace que para la gente resulte una opción lógica el ahorro en moneda dura y el consumo en pesos, que se van a ir licuando por la inflación", observa Gabriel Martini, analista financiero de la consultora Abeceb.

Los datos de la economí­a constituyen un fiel reflejo de lo que está ocurriendo: la fuga de capitales continúa latente (totalizó entre u$s5.500 M y u$s7.000 M en el primer semestre, a razón de u$s1.000 mensuales, aproximadamente) con altibajos de un mes a otro. Al respecto, algunas proyecciones privadas dan cuenta de una baja en julio.

En tanto, esa salida no estuvo acompañada por una merma en el consumo. Por el contrario, el ritmo general de compras no cesa y también en estos seis primeros meses se incrementó, nada más y nada menos que un 6 por ciento.

¿Cómo se explica que las familias vayan paulatinamente volviendo a ahorrar en dólares mientras, simultáneamente, suben su nivel de consumo?

Al respecto, no es menor la influencia del shock de liquidez provocado por los aumentos nominales de salarios, que entraron en vigencia en los últimos meses. 

"Quienes ahora tienen una mayor cantidad de pesos pueden, sin modificar el porcentaje del ingreso familiar que se destina al ahorro, demandar mayor cantidad de dólares y también aumentar su consumo", señala Luciano Cohan, economista jefe de la consultora Analytica.La bicicleta versión clase mediaPara el ejemplo en cuestión, y a la hora de sacar cuentas de rendimientos, Federico prevé que la inflación se mantendrá en 25% anual el próximo año y que su salario se incrementará un 20% (tal como sucedió en este 2010). Asimismo estima que el dólar se moverá al alza en torno del 10%, en lí­nea con lo que ya anticipan las consultoras

privadas.

Así­ las cosas, con su remuneración creciendo por encima de la cotización de la divisa, con un 10% de su salario podrá ir comprando progresivamente más billetes verdes, empezando en u$s100 hasta llegar a u$s 119, justo cuando Ana termine de pagar la cuota 24.

En tanto, esa cuota que deben afrontar por el electrodoméstico, que el primer mes equivalí­a al 10% del salario, al final del camino representará tan solo un 6,9 por ciento.

¿Cómo llegan a la famosa cuota 24?

  • Pudiendo ahorrar unos 2.629 dólares con el 10% del ingreso a lo largo de dos años.
  • Habiendo licuado la compra de esos $9.600 que, de representar 2,4 salarios (en la cuota 1), se habrá reducido a 1,6 (en la cuota 24).

Federico y Ana están contentos. El negocio en pesos y en dólares está consumado.

Ahora tienen los artí­culos del hogar que necesitaban y lograron guardar billetes como resguardo. Y, "de yapa", consiguieron un regalito: el salario ajustado frente a la cuota constante les permitió que hayan quedado "liberados" unos $2.016 que podrán usar para darse otros gustitos. O que pueden transformarse en dólares, con lo cual podrí­an comprarse u$s438.

¿Usted cree que lo de Federico y Ana representa un caso aislado? Todo lo contrario, es una "bicicleta" de la que ya disfrutan muchos argentinos. No es exactamente la que se utiliza en la city porteña para hacer un negocio de tasas en el tiempo, pero sí­ reviste el carácter de rentabilidad y resguardo.

Es que el contexto actual lo permite (cuota fija, dólar subiendo menos que la inflación y subas salariales proyectadas por encima del repunte del billete). Dólar y consumo: una extraña pareja unida por un tercero

Tradicionalmente el consumo y la compra de dólares han sido dos variables que actúan en forma inversa.

En plena crisis campo-Gobierno de 2008, a la que luego se sumó la incertidumbre propia de las elecciones legislativas locales más la recesión global (2009), dieron lugar a una fuerte fuga de capitales que se llevó unos u$s37.000 M del sistema.

Recién para fines del 2009, esa "succión" de divisas pudo controlarse para permitir un aumento sistemático y sostenido del consumo.En 2010, ese histórico "divorcio" entre ahorro en dólares y compra de productos mutó a una suerte de "convivencia pací­fica", por cual coexisten ambos –respetándose cada uno los espacios– mientras se mantenga el actual escenario económico y éste transcurra sin sobresaltos.

"Hay dos tipos de fuga de capitales. Una es la tí­pica del momento de crisis, como ocurrió durante el conflicto con el campo. Pero también hay otra, que es la que vemos ahora, donde las familias destinan en forma continua una porción de su ingresos a la compra de dólares", analiza Cohan, de Analytica.

Y define al momento actual como una coyuntura en la cual es factible que se siga verificando una demanda sostenida de divisas sin que eso implique que el consumo disminuya su fuerte ritmo de crecimiento.

Ahora bien, ¿quién es el tercero en cuestión que, en última instancia, permitió esta unión? ¿Por qué la misma no se dio con tanto í­mpetu tiempo atrás?

Sucede que, el famoso "yuyito, con las divisas que genera por sus ventas al mundo, permite que ingresen los dólares suficientes para abastecer al mercado. Y hacen que éstos cumplan su rol de "ancla" contra la inflación y, además, evitan mayores tensiones en la plaza cambiaria.

¿Podrí­a darse el actual contexto sin los "sojadólares"? El economista Miguel Bein es contundente: "La economí­a argentina hoy es viable gracias a los dólares de la soja".¿Cuánto durará el actual contexto dólar consumo?

Los analistas creen que puede extenderse durante algunos meses, porque la fuerte entrada de divisas proveniente de la exportación agrí­cola garantizarí­a un flujo lo suficientemente grande como para financiar tanto el consumo como la compra de billetes del sector privado.

"Está cambiando la estacionalidad del ingreso de divisas. La cosecha de este año es muy superior a las anteriores y, además, los productores no están liquidando todo en un perí­odo corto, como hací­an antes, sino que van haciéndose de stock y vendiendo de a poco, en la medida en que el precio les resulta atractivo", señala Joaquí­n Berro Madero, analista de Ieral.

Para Madero, la liquidación de dólares seguirá en un ritmo fuerte por lo menos durante un trimestre más.

En tanto, Eric Ritondale, analista de Econviews, la consultora que dirige Miguel Kiguel, señala que, a pesar de la baja de julio, la dolarización irá cobrando mayor protagonismo en los próximos meses.

"Es hora de que se corrija la cotización de la divisa estadounidense. Creo que el Banco Central irá convalidando un precio más elevado", afirma Ritondale.

En general los analistas hacen referencia a un mayor protagonismo de la compra de divisas frente al consumo –a mediano plazo– por la protección que realizan los argentinos en épocas preelectorales.

"Esto que vemos hoy se parece a una reactivación de tipo ‘one shot’, porque alcanza su lí­mite rápidamente. Después que la gente compró el LCD y cambió el lavarropas, ya no puede seguir sumando electrodomésticos. No se sostiene una economí­a con ventas de LCD", afirma Cohan.

Pero además advierte sobre las "facturas" que el actual boom puede pasarle a la economí­a en el futuro: "Esta situación de alto consumo y compra de dólares, con alta inflación y baja inversión no resulta gratis. Alguien la está pagando, y es la gente que tiene pesos, el que pone en plazos fijos o el que necesita capital circulante para producir. En resumen, se sacrifica ahorro de mañana".

Pero mientras eso no ocurra, los fondos fiscales seguirán bombeando el consumo, mientras el Banco Central festeja su récord de reservas.Fernando Gutierrez

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