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Sobran pesos, faltan dólares: cómo el azote de la sequía plantea una seria amenaza para el Gobierno

Una de las peores sequía de la historia pone a la gestión económica ante complejos desafíos, justo en el año de elecciones presidenciales
22/03/2023 - 15:28hs
Sobran pesos, faltan dólares: cómo el azote de la sequía plantea una seria amenaza para el Gobierno

Faltan apenas cinco meses para las primarias y siete para las elecciones generales, con todo lo que eso conlleva en términos de expectativas privadas sobre las decisiones económicasEl "paso a paso" será, cada vez con más fuerza, el eje de la administración y el único norte, escaparle a un estallido financiero de consecuencias impredecibles antes del momento electoral.

De modo que el escape se produzca, la cuestión es cómo hará Sergio Massa para gestionar la crónica asincronía entre el mundo de los pesos excedentes, no queridos, con el mundo de los dólares escasos, que todos desean.

Ambos mundos conviven, en puja permanente, y cuando en abril debiera comenzar una etapa menos crítica, más abundante en dólares, porque es el tiempo de las cosechas de la soja y el maíz, "la Niña" trae una de las peores sequías de la historia a la producción agropecuaria.

"La cuestión es cómo hará Sergio Massa para gestionar la crónica asincronía entre el mundo de los pesos excedentes, no queridos, con el mundo de los dólares escasos, que todos desean"

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La fuerte sequía impactará en el ingreso de dólares por exportaciones

Pesos excedentes y dólares escasos

Los reportes especializados, locales y también de la USDA norteamericana, muestran recortes persistentes desde finales de 2022, y si bien los precios internacionales son relativamente elevados comparados con los de sequías pasadas (como la de 2017/18), el panorama luce muy preocupante.

En Analytica estimamos que si el Gobierno no implementa una nueva versión del "dólar soja", un remedo devaluatorio discutible pero que demostró efectividad en sus dos versiones previas, la gran sequía reduciría los ingresos por exportaciones en nada menos que u$s16.500 millones.

Con dólar soja, la pérdida se recortaría muy levemente, a unos u$s14.000 millones. Con menos dólares disponibles, las importaciones se resentirán y aumentarán las presiones devaluatorias.

La caída proyectada en el ingreso de divisas equivale nada menos que a dos meses y medio de importaciones de bienes y servicios. En la última década, el agro aportó cuatro de cada diez dólares que ingresaron al país y es por lejos el principal proveedor neto de divisas.

El panorama para el flujo de divisas del año ya era complicado, además, porque, a diferencia de 2022, el acuerdo con el FMI firmado por Martín Guzmán un año atrás tiene dos fuertes exigencias. La primera, que la Argentina pague, en un 2023 electoral, u$s2.600 millones netos al organismo y, la segunda, que las reservas netas del Banco Central crezcan u$s4.800 millones a diciembre, y u$s3.700 millones antes de las elecciones de octubre.

En este contexto, el Gobierno buscó y logró relajar el objetivo de acumulación de reservas, algo que ya logró en 2022, cuando se postergaron u$s800 millones para este año. El entendimiento sobre este punto entre las burocracias argentina y de Washington, con todo, no mejora el cuadro de aguda escasez de dólares en el mercado aunque sí podría significar un menor ajuste de la actividad del proyectado vía una menor reducción esperada de las importaciones.

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La cuestión es cómo hará Sergio Massa para gestionar la asincronía entre pesos excedentes no queridos y dólares escasos

El canje de la deuda del Tesoro y la asincronía

El canje de la deuda del Tesoro lanzado a principios de marzo por el equipo económico busca esta suavizar esta asincronía entre pesos en exceso y dólares faltantes del segundo trimestre. La montaña de vencimientos entre abril y junio, en un contexto de sequía, había puesto en alerta a los inversores en pesos que, además, escuchaban cómo desde la oposición se hacían planteos próximos al default.

En el medio, una campaña electoral que empezará a tomar forma en semanas, y un candidato presidencial expectable, a quien las encuestas parecen fortalecerlo, que desde el discurso plantea un giro copernicano en el modo de administrar el Estado y sus deudas.

Enfatizamos siempre desde esta columna que la gestión Massa ha priorizado el ajuste del gasto primario como eje central de la política económica. En términos reales, hoy se gasta un 20% menos que en tiempos de Guzmán, quitándole presión a la máquina de imprimir billetes de la Casa de la Moneda. Pero los pesos que ya existen, circulando o en los bancos y FCIs, siguen siendo abundantes. Los estertores de la emisión pandémica, primero, y la laxitud fiscal posterior penden sobre el dólar y la inflación.

Por herencia, groseros errores propios y una coyuntura adversa (COVID, guerra en Ucrania y sequía), la administración Fernández cerrará su ciclo de igual forma que Cristina Kirchner y Mauricio Macri: sin dólares suficientes para un funcionamiento adecuado de las actividades económicas. La restricción externa vuelve a aparecer, aun cuando los argentinos atesoramos más de u$s200.000 millones fuera del sistema formal.

Por Ricardo Delgado, economista y presidente de Analytica Consultora

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