Dólar, reservas y deuda: ¿puede el Gobierno romper el círculo vicioso en el que está inmerso?
Cuando parecía que el Gobierno lograba aplacar –a fuerza de costosas medidas en términos de actividad e inflación– las dificultades para acumular reservas en el pico de liquidaciones de la agroindustria y la salida masiva de inversores de la deuda en pesos del Tesoro, la renuncia del ministro de Economía Guzmán reanimó las presiones cambiarias/financieras existentes.
Más allá de que la designación de Silvina Batakis no ha sido del paladar de los inversores, el complejo proceso decisorio hasta la elección del reemplazo de Guzmán debilitó al Ejecutivo potenciando el desequilibrio de la relación de fuerzas entre el Peso y el Dólar.
El desplome de los bonos del Tesoro Nacional -en moneda local y extranjera- y la disparada de la brecha en los primeros días hábiles tras la renuncia de Guzmán, potencian el desequilibrio que enfrentan las autoridades económicas. La flamante Ministra de Economía junto con el Presidente del BCRA y el Ministro de Desarrollo productivo, tienen que cortar el círculo vicioso en que se encuentra la economía antes de que produzca una crisis cambiaria/financiera de envergadura.
Lamentablemente, estamos inmersos en un proceso -ver la siguiente figura- en donde no se acumulan reservas netas, el déficit primario aumenta, el roll-over de la deuda en pesos se reduce forzando mayor emisión, y la escasez relativa de divisas se agudiza. Aumentan las restricciones y la brecha cambiaria, el programa con el FMI se diluye y el deterioro de la confianza/expectativas se exacerba.
Crisis del dólar: la receta clásica vs. las necesidades del Gobierno
La receta clásica del "mercado" sería una devaluación del dólar oficial, fuerte suba de la tasa de interés para que en términos reales quede claramente en terreno positivo y medidas concretas de consolidación fiscal acorde a la meta de 2,5% del PIB acordada con el FMI.
Pero el Gobierno quiere evitar un salto cambiario a toda costa, pues no hay margen social ni político para hacerlo, por lo que la alternativa disponible es "profundizar" el cepo, como hizo el Central la semana pasada al incrementar las restricciones al acceso de divisas para importaciones de bienes y servicios.
Las restricciones reducen la demanda de divisas en el mercado oficial, pero a un elevado costo: brecha creciente alcanzando tres dígitos -que genera mayores incentivos a sobre/sub facturación de exportaciones/importaciones, desalentado la acumulación de reservas netas- y dificultad para adquirir productos del exterior, lo que genera problemas de abastecimiento que elevan la inflación y reducen la actividad. Al diluirse la credibilidad, los problemas de la deuda en pesos y la presión sobre las cotizaciones alternativas se acrecientan, potenciando las tensiones cambiarias y financieras.
Cortar el círculo vicioso: la propuesta de Batakis
Para tratar de cortar el circulo vicioso descripto, la flamante ministra de economía ratificó en declaraciones:
- La continuidad del acuerdo con el FMI ("continuar con el programa económico")
- Destacó la prudencia fiscal ("creo en el equilibrio fiscal").
Estas definiciones podrían calmar un poco las aguas, pero los agentes económicos exigirán en un par de semanas hechos que respalden sus palabras (por caso, aplicación de la segmentación de tarifas residenciales y/o menor ritmo de expansión del gasto público).
Un punto a favor de Silvina Batakis a cargo de Economía es que, a diferencia de su antecesor, cuenta con un mayor apoyo del Frente de Todos (FdT). Pero, incluso si la ministra efectivamente busca continuar el acuerdo con el FMI y trata de reducir el déficit fiscal, no queda claro si contará con el suficiente apoyo político para avanzar en la dirección que plantea. Al fin y al cabo, una parte de los diputados y senadores del FdT no respaldaron el acuerdo con el Fondo en el Congreso.
En síntesis, tras un fin de semana de furia, el círculo vicioso en que se encuentra inmerso la economía argentina se profundizó, elevando el riesgo de una crisis de envergadura. Por ende, el desafío más urgente de la flamante Ministra de Economía será regenerar expectativas y apuntalar la confianza para frenar el deterioro cambiario y financiero. Muy fácil decirlo, muy difícil lograrlo.