La verdad sobre la crisis que desvela al Gobierno: ¿por qué faltan dólares en la economía Argentina?
Faltan dólares, el problema de la economía argentina es la restricción externa. Esta es la supuesta verdad revelada que ha invadido la mente de tantos argentinos, empezando por muchos que tienen la responsabilidad de hacer la política económica. En realidad, compite con la otra verdad que invade la mente de los que están de otro lado de la grieta: el problema es el gasto público. Y de ahí no se mueve el pobre debate económico, que no falten dólares versus bajar el gasto público.
Veamos hoy la primera "verdad": si faltan dólares, tenemos problemas.
Cierto… si entendemos bien el origen de los problemas y las mejores maneras de solucionarlo. La primera rareza es que faltan dólares en el país donde, precisamente, lo que no faltan son stocks dolarizados.
Muchos argentinos mantienen enormes cantidades de dólares, ya sean billetes o activos dolarizados, como ahorros de mediano plazo y reserva de valor. Décadas de inestabilidad, de estafar a los ahorristas, han generado cientos de miles de millones de dolarización de portafolios, fugas de capitales, formación de activos externos o como le queramos llamar a este fenómeno que hace que parte de la riqueza generada en el pasado hoy esté, "por las dudas", fuera del sistema económico.
Qué lejos estamos de propuestas que intenten seducir y convencer (nos) a los argentinos que traigamos, al menos, una parte de esos ahorros para invertirlos localmente.
Las exportaciones vuelan: ¿por qué faltan dólares?
La segunda rareza es que falten dólares en una economía en la que el año pasado (y este año, parece que también) las exportaciones volaron. Sí, el año pasado subieron a u$s77.000 millones, registrando el mayor aumento anual, tanto en valores absolutos como porcentual, de las últimas décadas.
Aun quienes seguimos los números de cerca, corrimos de atrás a la evolución de las "expo", que mes a mes subían más de lo que esperábamos. Obvio, el componente precio internacional (suerte) estuvo de nuestro lado hacia fines de 2019, cuando la soja encabezó un rally de precios que salvó al peso de una segura devaluación.
"El año pasado las exportaciones subieron a u$s77.000 millones, registrando el mayor aumento anual, tanto en valores absolutos como porcentual, de las últimas décadas"
Los productores decidieron vender no solo la muy buena producción del año pasado, sino también parte de lo que tenían "fugado" en silo bolsas, haciendo que precios y cantidades subieran simultáneamente. Y, sorpresivamente también el resto de los sectores no agrícolas (alimentos, manufacturero, minería, energía, etc.) aumentaron sus ventas al exterior, ya sea por mérito o por suerte. Fue una gran tarea de las exportaciones en 2021, que va camino a superarse este año de la mano de mayores precios y mayores cantidades, quizás superando en dólares nominales el récord histórico.
Se trata de un dato no menor para esta economía, en la que las exportaciones son Messi: el único que hace goles en el arco de enfrente, el único sector que trae dólares (obligado) por el mercado oficial. No hay (casi nada) de inversión extranjera, ni repatriación de capitales, ni financiamiento de largo plazo, ni (por suerte) capitales golondrinas. Las expo están solitas y Messi hizo cinco goles el partido anterior, y quizás haga seis este.
Los dólares, por la alcantarilla
El problema es que igual así perdimos seis a cinco y este año pinta que quizás saquemos un empate (las reservas siguen muy bajas y solo suben por el préstamo del FMI). Las exportaciones andan muy bien, pero los dólares se van por la alcantarilla a pesar del súper cepo y las súper regulaciones. No es que falten dólares sino que entran y los despilfarramos.
Una parte de las mayores exportaciones se va, lógicamente (y está bien que así sea), en mayores importaciones, que son necesarias para sostener un nivel de producción y actividad, que este año apenas si volverá al nivel promedio en el que estuvimos estancados desde 2012.
Es cierto, las importaciones (FOB y CIF) también suben en cantidades y en precios por la re-inflación mundial y por los mayores gastos en fletes y seguros. Pero también da la sensación que algo raro hay, cuando se analizan elasticidades históricas entre PBI e importaciones.
"Las exportaciones andan muy bien, pero los dólares se van por la alcantarilla a pesar del súper cepo y las súper regulaciones"
¿No estará habiendo sobrefacturación de importaciones, tanto en mercaderías como en servicios? Con una brecha tan alta como la que tuvimos en estos años, los incentivos a comportamientos ilegales para hacerse de dólares extras baratos y dejarlos en el exterior son altísimos. Es como decir que parte del "faltan dólares" tiene que ver con la alta brecha. Y la alta brecha es consecuencia del desorden macroeconómico, ya sea fiscal, monetario, financiero, deuda o externo. O sea que podemos concluir que "faltan dólares" porque hay desbalance macroeconómico y no habrá chance en el futuro de que "sobren" si no se restablecen ciertos equilibrios.
Podría extenderme largamente, con más casos y más temas, pero todos alrededor de lo mismo. Acá llegamos al punto central: el faltante de dólares no es una maldición propia de los argentinos, que nos condena. Es una consecuencia de un desorden macroeconómico integral que no se resuelve mirando una sola cara del cubo (o del decaedro).
Hay que encarar simultáneamente las seis, ocho, diez, caras simultáneas del desorden macro. Una parte, no menor pero no toda, tiene que ver con el exceso de gasto público; otra, con una demanda de pesos volátil que no puede competir en igualdad de condiciones contra el dólar. Y así podríamos seguir con la incapacidad para generar divisas -salvo cuando el mundo nos da una mano-, los cambios de reglas de juego, los activos en el exterior que no vuelven, y un largo etcétera.