Acuerdo con el FMI: los puntos más negativos, los favorables y la clave fundamental
En tiempo de descuento y sin margen de negociación, el Ejecutivo anunció un principio de acuerdo con el FMI para desterrar dudas sobre el pago de vencimientos a dicha entidad (u$s730 millones a fines de enero y u$s370 millones a principios de febrero) y mejorar simultáneamente las perspectivas de acumulación de reservas, ya que el Fondo y otros organismos financieros internacionales se comprometieron a aportar fondos frescos en 2022- para compensar los u$s1.100 millones que el BCRA perdió en lo que va del año por dichos pagos.
Los puntos más favorables del acuerdo con el FMI
Lo más favorable del acuerdo es que implica desembolsos por la totalidad del capital otorgado al gobierno pasado a pagar en un lapso de tiempo más extenso respecto de lo aprobado en 2018.
El programa de Facilidades Extendidas negociado, incluye un período de gracia de 4 años y medio, y luego otros cinco años y medio de amortización con cuotas semestrales, mientras que el Stand by firmado por la administración Macri implicaba 3 años de gracia y luego 3 años de pagos.
Los puntos más negativos del acuerdo con el FMI
Lo más negativo del acuerdo es que dichos desembolsos del FMI se realizarán en 10 cuotas trimestrales en función del cumplimiento de las metas cuantitativas del programa, por lo que la incertidumbre sobre un incumplimiento persistiría hasta medidos de 2024.
A priori, el próximo presidente sólo estaría condicionado por metas cuantitativas los primeros meses de mandato.
No obstante, tendrá la ardua tarea de promover reformas estructurales para apuntalar un incremento sostenido de la oferta de divisas -potenciando las exportaciones y reabriendo el acceso al financiamiento externo- para enfrentar un exigente cronograma de pagos de deuda en moneda dura, pues tras la reestructuración con privados y -si se firma el acuerdo- con el FMI, se concentran mayores vencimientos después de 2025.
Capítulo aparte merece la discusión sobre la posibilidad de cumplir las metas anunciadas.
"Lo más favorable del acuerdo es que implica desembolsos por la totalidad del capital otorgado al gobierno pasado a pagar en un lapso de tiempo más extenso"
Se desconocen detalles, pero el entendimiento incluye tres objetivos fundamentales:
- Acumulación de reservas
- Reducción gradual del rojo primario
- Rápido desarme de la asistencia del BCRA al Tesoro.
Alcanzar el objetivo de acumular reservas por u$s5.000 millones en 2022 dependerá de cuan estricta sea la contabilidad de dichos activos (esta incógnita se develará cuando se conozca la letra chica del acuerdo) y del volumen de financiamiento neto de los Organismos Financieros Internacionales y posibles préstamos bilaterales.
Un punto clave: que el acuerdo venga con fondos frescos
Más allá del criterio de evaluación, será clave que la firma del acuerdo venga con fondos frescos. Es decir, que el pago de capital ya realizado al FMI (u$s4.450 millones) se desembolse al inicio del programa, que se concrete todo el financiamiento multilateral anunciado y que el Ejecutivo consiga apoyo bilateral adiciona (es difícil precisar cuántos desembolsos destrabó la gira presidencial a Rusia y China).
Sin financiamiento abundante, la única forma de acumular reservas es con una corrección cambiaria significativa, pues las pérdidas de exportación por sequía treparían a u$s6.000 millones por escasas lluvias en la zona núcleo durante febrero.
La meta de déficit primario para los próximos tres años (2,5%, 1,9% y 0,9% del PBI, respectivamente) lucen cumplibles si se lleva adelante una reducción -en términos reales- acotada del gasto primario.
La principal diferencia con la mirada de Economía es que, producto de la escasez secular de oferta de divisas de la economía argentina, es baja la chance de sostener una tasa elevada de crecimiento en el próximo trienio pues demandaría financiamiento creciente de importaciones. Por ello, considero que la meta de reducción del rojo fiscal no podría cumplirse sólo por mejora de impuestos, lo que implica que habría que reducir alguna erogación.
Esto nos lleva al principal rubro señalado a la hora de podar el gasto público: los subsidios energéticos que benefician a sectores de mayores ingresos. Que el precio de la energía refleje su costo de producción en la mayoría del entramado social y productivo tiene externalidades positivas:
- Uso racional/eficiente de recursos no renovables
- Ahorro fiscal
- Menores importaciones
- Reducción de emisiones contaminantes.
La meta de rápida eliminación de la emisión monetaria para asistir al Tesoro durante los próximos años (1,0%, 0,6% y 0% del PBI, respectivamente) es ambiciosa ya que exige un elevado financiamiento del bache fiscal en el mercado local de capitales y abundantes desembolsos netos de organismos internacionales en los próximos años (más allá del 0,9% del PIB anunciado para 2022).
Alcanzar una tasa de interés real positiva ayudaría a cumplir la meta de reducir la asistencia monetaria y a estabilizar el mercado cambiario, pero al costo de encarecer el financiamiento en pesos del Tesoro (lo cual podría incubar problemas de pago de la deuda pública en moneda local) y del BCRA (creciente pago de intereses de las Leliqs y Pases).
Poco se sabe de las reformas estructurales asociadas a este acuerdo de facilidades extendidas. Según el ministro de Economía, estas no vendrían por el lado de una reforma jubilatoria ni laboral, sino por la promoción de exportaciones y mejoras en la fiscalización. Sin embargo, la discusión actual no pasa por pensar y/o consensuar políticas públicas de largo aliento, sino por si el Ejecutivo va a lograr alinear al FdT para aprobar el acuerdo en el Congreso y que actitud tendrá la principal fuerza opositora.
"Sin financiamiento abundante, la única forma de acumular reservas es con una corrección cambiaria significativa"
Entiendo el incentivo político a no firmar un acuerdo por una parte del oficialismo, ya que este difícilmente permita recuperar en 2023 los votos perdidos en la primera mitad del mandato. Asimismo, es arriesgado para la principal fuerza de la oposición apoyar un pacto que podría naufragar. Pero corresponde que la coalición oficialista acompañe las principales iniciativas del Poder Ejecutivo Nacional y que la principal fuerza de la oposición reconozca que es el progenitor de la deuda con el Fondo.
El acuerdo alcanzado por el Ejecutivo es perfectible, pero ya no hay tiempo para modificarlo. Coincido con el Presidente en que la alternativa de no pagar al FMI -tras haber negociado durante dos años y cancelado con reservas vencimientos con el Fondo por casi u$s8.000 millones- "era salir del partido".
Las escasas reservas netas y un tipo de cambio real poco competitivo -producto de que en 2021 el BCRA no aprovechó la bonanza de precios internacionales para acumular divisas sino para anclar el dólar oficial-, más una sequía que se extendería reduciendo u$s6.000 millones las exportaciones agropecuarias, hacen que los desembolsos frescos de organismos financieros internacionales pactados sean condición necesaria -pero no suficiente- para evitar un brusco salto cambiario, que generaría más inflación y recesión en un país en que la pobreza afecta a la mitad de nuestros jóvenes.