Empresarios no ven el rumbo y Cristina lo marca: ya firmó 85 acuerdos con Chávez
En los últimos dos años, la relación entre la administración kirchnerista y el gobierno de Hugo Chávez pareció ingresar en un camino sin retorno.
Tiempo atrás, la venta de bonos a Venezuela había instalado con fuerza el malhumor entre inversores locales y del exterior ya que, con esa jugada polémica, el Gobierno quedó obligado a pagar una tasa exorbitante del 15 por ciento para que el mandatario bolivariano aceptara comprar deuda local.
A ese controvertido acuerdo económico luego se sumó el mediático escándalo de la valija, recordado por los 800.000 dólares que el empresario venezolano Antonini Wilson, intentó ingresar de manera irregular al país.
Por último, tras la decisión de renacionalizar Sidor a principios de 2008 –movida que tuvo un alto costo político para los Kirchner en plena campaña electoral-, Chávez anunció que haría lo mismo con las empresas TAVSA, Matesi y Consigua, pertenecientes al Grupo Techint, de capitales argentinos.
Esto terminó de encender las luces de alarma entre los empresarios locales, que veían cómo, a pesar del estrecho vínculo a nivel oficial, el gobierno venezolano avanzaba sin contemplaciones sobre las inversiones extranjeras y que llevaron a entidades como la Unión Industrial Argentina (UIA) y a la Cámara de Exportadores (CERA) a pedir que la Argentina rechace su inminente ingreso al Mercosur.
Pocos días atrás, el caudillo caribeño echó más leña al fuego al asegurar que por estas últimas tres empresas pagará "mucho menos" que por Sidor. Hasta llegó a asegurarle al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que no expropiaría empresas de su país, como sí lo hizo con las argentinas.
A pesar de todos estos desencuentros, que podrían suponer un natural enfriamiento del eje "Buenos Aires-Caracas", sucedió todo lo contrario: el acercamiento con Venezuela continuó fortaleciéndose a niveles inéditos, a tal punto que los especialistas ya hablan de las nuevas "relaciones carnales". En efecto, según un informe del Centro de Estudios Nueva Mayoría, adelantado en exclusiva a iProfesional.com, en lo que va del gobierno de Cristina, la Argentina suscribió 85 tratados, lo que supone un promedio de cuatro acuerdos por mes.
"En los cuatro años y medio anteriores, durante la gestión de Néstor Kirchner, fueron 62, es decir, un promedio de 1 instrumento bilateral mensual. Con ello, puede afirmarse que el actual gobierno kirchnerista afianza aún más su vínculo convencional con Chávez", destacó Milagros López Belsué, directora de investigaciones de la entidad.
De este modo, Venezuela se constituyó en el país con el cual la Argentina celebró más convenios bilaterales, representando casi el 31% de los 278 firmados por el gobierno de Cristina Kirchner con el resto del mundo.
En este contexto, López Belsué explicó que, teniendo en cuenta el vínculo diplomático histórico que une a la Argentina con el país caribeño a través de los diferentes gobiernos, desde 1911 hasta hoy, se celebraron un total de 229 tratados.
Lo destacable, según la analista, es que "el 64% de ellos fue firmados durante la administración de Néstor y la actual gestión".
Esto implica que apenas el 36% restante se celebró en los 92 años anteriores de vínculo entre ambos países.
Paralelamente, la especialista destacó que, durante la actual presidencia de Cristina Kirchner, la mayor cantidad de tratados se firmó con países de la región (64%), "pero la preferencia parece ser hacia los miembros de la ´Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América´(ALBA) que, además de Venezuela, incluye a Cuba y Ecuador".
Como contrapartida, muy por detrás, se ubica el mayor socio comercial de la Argentina, Brasil, con el que la actual administración lleva suscriptos apenas 23 acuerdos, es decir, tan sólo el 8% del total. Financiación y energía, ejes de los convenios
Según López Belsué, detrás de este denso vínculo de los últimos años entre la Argentina y Venezuela, "se encuentran razones político-ideológicas, económicas y energéticas".
"Venezuela fue el único país que le compró bonos a la Argentina tras la caída del peso en 2001, materializada con la llegada de Néstor Kirchner al poder", recordó la analista.
En este contexto, la Argentina devolvió gentilezas aprobando su ingreso al Mercosur, incluso cuando este proceso estaba siendo fuertemente debatido en los Congresos de Brasil y Paraguay. Además, su adhesión fue defendida por los funcionarios argentinos "aún cuando fuera cuestionado por los empresarios locales".
Como contrapartida, la Argentina encontró en el mercado venezolano a un proveedor clave de combustibles líquidos para paliar la falta de gas. Entre los últimos acuerdos más destacados se encuentra el que se alcanzó hace dos semanas, a través del cual el gobierno de Chávez abrirá un nuevo cupo de 10.000 vehículos para la Argentina, tras más de ocho meses durante los cuales las terminales locales no pudieron colocar ninguna unidad.
A esto se suma el suscripto en mayo, que avanza en la construcción en la Argentina de una planta para la regasificación de gas licuado, que será traído desde Venezuela en barco.¿Acuerdos sólo para la foto?
Sin embargo, el analista internacional Jorge Castro, aseguró en diálogo con iProfesional.com que "la relación con Venezuela tiene fundamentalmente dos vínculos: el energético y el financiero".
En este sentido, el director del Instituto de Planeamiento Estratégico destacó que "Hugo Chávez, desde que asumió el poder hace diez años, firmó unos 23.000 acuerdos con el resto del mundo. Lo llamativo es que puso en ejecución tan sólo entre el 10 y el 15% de los mismos, no más que eso".
Por lo tanto, aseguró que "no conviene simplemente establecer el grado de vinculación internacional que la Argentina tiene con un país determinado del mundo simplemente por el número de convenios que se ha firmado, sino que lo que importa es el verdadero vínculo estructural".
Y, según Castro, la tendencia de no cumplimiento de Venezuela también se puede trasladar a la relación bilateral que tiene con la Argentina.
"Es cierto que hubo muchos pactos que se firmaron en los últimos seis años, desde que asumió Néstor Kirchner. De hecho, mes a mes se multiplican. Pero hay que ver cuáles de estos se cumplieron en un 100%, porque hay cada vez más convenios que naufragan a través de los años", explicó el analista.
Como ejemplo, cabe destacar que en la última gira de la Presidenta, los funcionarios venezolanos manifestaron que buscan proveedores de maquinaria agrícola, entre otros productos, tras el quiebre de las relaciones comerciales con Colombia.
Sin embargo, la Argentina ya había firmado en 2006 un mega acuerdo por u$s500 millones para venderle maquinarias al país caribeño. Sin embargo, apenas se cumplió poco más de la mitad del mismo, debido a la flaca "billetera" de Chávez, que sufrió un duro golpe con el derrumbe del petróleo. "Hay un gran problema del presidente Chávez y del Estado venezolano y es su escasa capacidad de realización", disparó Castro.Empresarios recomiendan no venderle a Venezuela
Si bien desde Nueva Mayoría destacaron que Venezuela es el principal comprador de industria avícola, de maquinaria metalmecánica y de trabajo, tecnología y ciencia argentina, los empresarios locales que no están amparados bajo el paraguas de un acuerdo bilateral oficial, se muestran cada vez más reacios a comercializar con ese país.
La razón está en que, según explicó Julio Rodríguez, director del Grupo PROA, que nuclea a más de 30 fábricas autopartistas, "las cosas están muy duras con el gobierno de Chávez. Algunos empresarios que exportaron hace cuatro meses todavía no cobraron, y el problema se está agravando día a día por la gran incertidumbre política que hay en ese país".
La razón está en que, a medida que se contrae la economía venezolana, quedan menos dólares disponibles para las importaciones. Para paliar esta situación, el gobierno mantiene un control de cambio y todos los empresarios, así como los turistas y estudiantes, se ven obligados a recurrir a la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) para obtener dólares a precio oficial.
Sin embargo, como casi no entregan billetes, los importadores tienen que recurrir al dólar paralelo, que está tres veces más caro, lo que provocó una enorme dilación en la cadena de pagos de las importaciones.
Rodríguez aseguró que, si no son alimentos o medicamentos, "hoy todos tienen inconvenientes a la hora de venderle a Venezuela. A las empresas del sector las estamos alertando para que tomen todas las precauciones a la hora de exportarles".
Por su parte, fuentes de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), aseguraron que este viernes estudiarán el plan para instalar una representación en el país caribeño pero que "gran parte de las 40 cámaras asociadas están en contra porque, al tener tantos problemas para venderle, consideran que es un esfuerzo inútil".
"Cada vez hay más empresarios que tienen inconvenientes con ese país, por lo tanto es comprensible con que no estén dispuestos a seguir buscando oportunidades comerciales si no es con el amparo del Gobierno argentino", agregó el directivo que pidió un estricto off the record. La Argentina pierde peso en la agenda brasileña
Más allá de estas complicaciones, la realidad es que la embajada argentina en Venezuela tuvo una agenda mucho más completa que la de los diplomáticos apostados en Brasilia.
Al respecto, Carlos López Llana, profesor de la carrera de Relaciones Internacionales en las Universidades de San Andrés, Torcuato Di Tella y Siglo 21 y ex embajador en Francia, no criticó el estrecho vínculo con Chávez, pero sí alertó por la "frágil relación que tenemos con Brasi", país con el que la Argentina firmó apenas el 8% de los acuerdos.
"Estamos muy lejos de tener el acercamiento que se pensó décadas atrás", disparó el especialista, haciendo referencia a la crisis comercial que debieron desactivar Cristina Kirchner y su par Luiz Inácio Lula da Silva meses atrás, cuando las trabas a las importaciones que impuso la Argentina llevaron a numerosos funcionarios brasileños a amenazar con recurrir a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Pérez Llana agregó que, mientras avanza con firmeza la alianza con Venezuela, "el Mercosur también continúa fragilizado, porque es un bloque plagado de obstáculos y problemas".
Por su parte, Castro sostuvo que la magra cantidad de convenios también obedece a una decisión del propio vecino. "La Argentina pesa cada vez menos en las exportaciones e inversiones de Brasil, que ahora aprovecha su condición de nuevo actor global, vinculándose con los grandes capitales de la economía mundial", explicó.
"Mientras más nos acercamos a Venezuela, perdemos peso en la agenda oficial y privada brasileña. Para Lula, la relación con la Argentina es primordialmente política, ya no tiene interés en profundizar la relación comercial. Esto es lo que ocurre y lo que va a ocurrir cada vez más, porque el Brasil de hace cinco años atrás no existe más, hoy es una potencia y es reconocida como tal por los grandes centros de poder mundial", agregó.
Juan Diego Wasilevsky
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